Política

Elecciones andaluzas

El PP ofrecerá a Cs un Gobierno de coalición y presidir el Parlamento

Casado abre la puerta a que Vox se implique en un acuerdo de legislatura sobre la base de su programa

El líder del PP, Pablo Casado, con un grupo de personas que ayer visitó el Congreso en una de sus jornadas de puertas abiertas / Efe
El líder del PP, Pablo Casado, con un grupo de personas que ayer visitó el Congreso en una de sus jornadas de puertas abiertas / Efelarazon

Casado abre la puerta a que Vox se implique en un acuerdo de legislatura sobre la base de su programa.

El pulso entre el PP y Ciudadanos por la Presidencia de la Junta de Andalucía tiene ya marcado su punto de inflexión en el calendario, será el próximo 27 de diciembre, cuando se constituya el Parlamento andaluz y los cinco partidos con representación se repartan los siete sillones de la Mesa, el órgano rector de la Cámara. Lo lógico es que haya un acuerdo previo entre PP y Ciudadanos sobre la composición de la Mesa y sobre la candidatura para que salga adelante ese Gobierno del «cambio» que han convertido en seña de identidad los dos partidos que han quedado como segunda fuerza (26 escaños) y tercera (21 escaños) en las elecciones del domingo. Si no se concreta ese acuerdo previo es casi imposible que haya nuevo Gobierno, «salvo que Cs pacte con el PSOE», según puntualizan en el PP. De momento, los populares colocan la presión sobre Cs para que sea posible el «cambio» en Andalucía, y Cs lo hace sobre el PP, con la misma exigencia que las dos formaciones plantean como irrenunciable, la de quedarse con la Presidencia de la Junta. Hoy se reúne la Ejecutiva Nacional de Cs y ahí decidirán quién y cuándo empieza a negociar con otras fuerzas.

El PP está dispuesto a cederle a Cs la Presidencia del Parlamento y a formar un Gobierno de coalición, con cesión de vicepresidencia y reparto de consejerías. En lo que afecta a Vox, la dirección popular se maneja con la información de que el partido de Santiago Abascal no quiere entrar en el nuevo Gobierno para no asumir el desgaste de cara a las próximas elecciones europeas. Una entrevista de Pablo Casado en RNE dio ayer lugar a la interpretación de que ofrecía cargos a Vox dentro del nuevo Gobierno andaluz, pero Génova desmintió oficialmente esa interpretación. Que, por cierto, ya había hecho saltar resortes territoriales porque justo en la víspera los «barones» trasladaron al líder nacional la demanda de que se marcasen distancias con Vox en la medida de lo posible para no continuar perdiendo espacio en el centro. La idea de un Gobierno andaluz con consejeros de Vox levanta sarpullidos entre buena parte de los cargos regionales y municipales que se la juegan en las autonómicas y municipales. Los recelos varían por comunidades, pero son grandes en general porque a nadie se le pasa por alto que el partido tiene ahora el problema añadido de una competencia por su derecha, además de la que le planteaba por el centro Albert Rivera. También valoran que cuanto más protagonismo tenga Vox en el nuevo Gobierno, más fácil le va a ser presentarse como voto útil en otros territorios. Casado señaló literalmente que Vox debe decidir si tiene un papel «pasivo», y se abstiene, o «activo, en la línea de programa electoral para estos cuatros años».

El PP plantea la negociación en un doble nivel. En Andalucía, entre las direcciones regionales, y también en el ámbito nacional, con contactos entre los principales líderes de las tres formaciones que se han repartido los votos del centro-derecha. Todo está abierto, y están dispuestos a negociarlo «todo» salvo la Presidencia de la Junta. «O se respeta que por votos y escaños nos corresponde la Presidencia de la Junta o vamos al caos de la repetición electoral, que es un desastre para Cs», explicó ayer el candidato popular, Juan Manuel Moreno.

En la primera batalla por el reparto de la Mesa del Parlamento, el PSOE buscará amarrar la Presidencia como contrapeso a un hipotético Gobierno de derechas. Este organismo fija los ritmos legislativos, y su control es fundamental si los partidos no llegan a un acuerdo previo para gobernar porque puede acortar o alargar los tiempos de cara a unas nuevas elecciones. Vox tendrá como mínimo uno de los sillones de la Mesa del Parlamento andaluz porque el artículo 36 del Reglamento establece que todos los grupos tienen derecho a estar presentes en la Mesa. Lo primero que tendrá que hacer el próximo presidente de la Cámara es poner fecha al debate de investidura, y a partir de ahí correrá el reloj.