Política

Elecciones andaluzas

¿Por qué gusta Vox?

Hoy es el «día D» de Abascal, su discurso «fácil» cala en votantes «enfadados» y «movilizados» que reniegan de los partidos tradicionales

Hoy es el «día D» de Abascal, su discurso «fácil» cala en votantes «enfadados» y «movilizados» que reniegan de los partidos tradicionales.

Nada hacía presagiar hace un año su llegada a la arena política. Aún no están dentro de ningún Parlamento, hay que esperar a constatar hoy la prueba real –las urnas–, es decir la confianza que los andaluces depositan en ellos. Pero el caso es que Vox ha despegado. Sus adversarios le han dado voz antes de que se instalen en las instituciones y su discurso cala en la masa social, justo en un momento clave de descontento general. Llenaron en octubre el palacio Vistalegre donde presentaron sus «100 medidas urgentes para España» y hoy se testará en Andalucía el poder de movilización que han ido tejiendo estos meses.

Abascal aseguraba en su cierre de campaña del viernes que iban a hacer historia en Andalucía y se permitía soñar con ello: «Si convencemos a los que dudan tendremos las llaves de San Telmo», decía. Se dirigía en el mitin de Sevilla a cerca de 3.500 simpatizantes. Una cifra que nos lleva a preguntarnos cómo ha conseguido el partido de Santiago Abascal llenar pabellones. ¿Por qué gusta Vox? Para el profesor de Historia en la UCM, Jorge Vilches este partido tiene un «estilo populista claro que conecta con la gente». Se refiere a la ausencia de un «discurso profundo». Un ejemplo para clarificar: «es más fácil hablar de la identidad española que de la gestación subrogada», apoya. El politólogo Pablo Simón destaca que su crecimiento se basa en el «electorado partidario de la recentralización», apunta al perfil de votante más masculino y de clase media-alta. Jorge Vilches respalda la descripción y completa con que capta la atención sobre aquella masa «enfadada» que se va a «movilizar con más facilidad». El catedrático en Sociología en la UCM, Amando de Miguel cree que «hoy en día la gente busca partidos con otro estilo». A su juicio, Vox se dirige «a una masa de españoles que les preocupa la desmembración de España, y ningún partido más se preocupa por ello».

Andalucía es para el partido su primer combate, el CIS le otorga un escaño, pero un resultado notable puede hacer saltar a la formación a más parlamentos. Un hecho en el que coinciden los expertos consultados: «Una vez que entre en esta comunidad, será una realidad, contarán con el altavoz que les alzará a todos los medios», explica Vilches que cree que cuanto más tiempo tarde Susana Díaz en formar gobierno «más beneficio obtendrá Vox». Diferencia esta situación con el auge de Podemos en 2015 tras las elecciones europeas que les llevó a las instituciones. «Mientras que el partido de Iglesias tenía a Intereconomía y a La Sexta, Vox no ha recabado aún ese apoyo». Pablo Simón ve que «si consigue representación en Andalucía es probable que entre en más parlamentos. Tiene un espacio a la derecha del PP sobre el asunto territorial» pero alerta: «veremos en el medio plazo lo que ocurre».

El innegable ascenso en simpatizantes ha obligado a los partidos a revisar su discurso, no solo en Andalucía, sino también en los cuarteles generales de Madrid, al contrastar que , según analiza el de Miguel, ha calado la estrategia de Abascal. «Hacen mella en los desengañados de la política». Recuerda Vilches la influencia del espacio al que se dirige Vox: «va hacia la movilización, a un votante nacionalista, conservador en lo social, liberal en lo económico como los populistas», un perfil que engloba con la pretensión que nacieron de «ser la alternativa del PP». Recuerda Simón que aunque «está lejos de otros partidos de Europa, podría obtener espacio en un entorno fragmentado y volátil como el actual».

Por tanto, ¿qué le ha facilitado a Vox su llegada al juego político? El fracaso del sistema autonómico, la crisis independentista o su rechazo a las subvenciones a partidos, son claves para de Miguel que recuerda que Ciudadanos «ya tuvo esas oportunidades», pero diferencia que Albert Rivera «no dice abiertamente que es un partido de derechas». El crecimiento del partido, subraya, está en la «publicidad gratuita» que el resto de partidos les proporcionan. Clave para este partido será los votantes que puedan arañar a PP y Cs, así como los que puedan moverse de la abstención en Andalucía, según de Miguel. La pretensión de Abascal de ser alternativa comienza hoy.