Elecciones andaluzas

PP Y C'S lograrían la mayoría en el Congreso

Si se llevan los resultados andaluces a las generales, el PSOE perdería seis escaños y Podemos pasaría a ser cuarta fuerza.

PP Y C'S lograrían la mayoría en el Congreso
PP Y C'S lograrían la mayoría en el Congresolarazon

Si se llevan los resultados andaluces a las generales, el PSOE perdería seis escaños y Podemos pasaría a ser cuarta fuerza.

La extrapolación de los resultados de las elecciones andaluzas al ámbito nacional es un ejercicio difícil. Lo lógico sería comparar los resultados de las elecciones autonómicas en Andalucía del 2-D con las anteriores de 2015. Considerando los avances y retrocesos de las diversas opciones políticas, pero aplicando un modelo de extrapolación podemos repercutir los resultados de Andalucía en el ámbito nacional, pero no dejará de ser un simulacro por lo difícil de comparar elecciones tan heterogéneas como unas elecciones autonómicas y generales. Además la composición del electorado español en su conjunto tampoco es coincidente sociológicamente con el electorado andaluz. Pero puestos a trasladar la voluntad del electorado de Andalucía al total nacional nos encontramos con un nuevo terremoto político, incluso de mayor magnitud que el vivido en el sur en la jornada del 2-D. La suma de escaños actuales del PP y Cs, que es de 169, se vería incrementada hasta los 192, lo que les otorgaría la mayoría absoluta. El incremento sería de 23 diputados. La caída del Partido Popular quedaría compensada ampliamente por el avance de Ciudadanos que duplicaría su representación parlamentaria.

En el bloque de la izquierda, los actuales 156 escaños se convertirían en 121, en este caso perderían en conjunto 35 diputados. Los socialistas se desprenderían de 6 y Unidos Podemos de 29 escaños.

El arco parlamentario del Congreso de los Diputados sería muy diferente al actual. Predominio del centro derecha y una mayoría sólida por primera vez desde 2011.

Obviamente se trata de una simulación, pero está demostrado tanto en elecciones generales como autonómicas, que la baja participación de la izquierda facilita las mayorías absolutas de la derecha. Esto es lo que ha sucedido en Andalucía. La izquierda ha perdido 700.000 votantes, unos 400.000 del PSOE y otros 300.000 de Podemos e IU. La abstención ha sido la opción mayoritaria de ellos. Ya vivimos una circunstancia similar en las alecciones autonómicas de 2012 en esta región, la derecha rozó la mayoría absoluta. Entonces las participación bajó al 62,3%. El anuncio de la participación a las 14:00 horas en la jornada del 2-D de tan solo el 29,9% presagiaba el desastre de la izquierda. El porcentaje era muy similar al de las elecciones de 2012, en las que fue del 29,3%. También las mayorías absolutas de Aznar y Rajoy se alcanzaron con tasas muy elevadas de desmovilización de la izquierda y por lo tanto de abstención.

La victoria de la derecha en Andalucía se explica como la combinación de dos factores, a la abstención de la izquierda, se une el crecimiento neto de la derecha en más de 350.000 votos. Por lo que la derecha finalmente alcanza 1,8 millones de votos, frente a los 1,6 de la izquierda.

Sin la abstención masiva de la izquierda el resultado hubiese sido más equilibrado. Y hay que reconocer que el electorado de la izquierda andaluza ha facilitado la victoria de la derecha con su importante y llamativa abstención.

La campaña andaluza ha sido planteada por la derecha en clave nacional, como una primera prueba de cara a un posible adelanto electoral. La izquierda contestaba con una campaña más localista, más centrada en la región. Pero finalmente se ha impuesto el mensaje de las tres derechas, y las alianzas del gobierno de la nación con partidos que quieren romper España, como ya advertía Susana Díaz a Sánchez en diciembre de 2015, ha decantado a buena parte del electorado socialista andaluz a la abstención, mientras que en la otra izquierda, Podemos e Izquierda Unida, han perdido aproximadamente 300.000 votantes. En este caso uno más uno no han sido dos, a pesar de su estrenada coalición en Andalucía han retrocedido en escaños y votos. No era de extrañar, entre las elecciones generales de 2015 y 2016 Podemos e IU recibieron en diciembre de 2015, 1 millón de votos, iban por separado, y seis meses más tarde, al ir juntos bajo la marcha Unidos Podemos, recibieron 750.000 votos, es decir, 250.000 votos menos. En la jornada del 2 de diciembre se ha repetido el rechazo de una parte de sus votantes a la coalición. En 2016 fue del 25%, el 2-D ha sido del 33%. De uno de cada cuatro se ha pasado a uno de cada tres. Estas son las claves más importantes que explican la abstención en el seno de la izquierda de Andalucía.