El candidato a formar Gobierno, en manos del Rey

Tras constituirse las Cortes, mantendrá reuniones con los representantes de los partidos del Congreso y después propondrá a la fuerza política que considere para gobernar

Una de las principales diferencias que se han establecido entre el reinado de Don Juan Carlos y el de Felipe VI es el inestable panorama político con el que se encontró el Rey Emérito en el inicio, que abrió la puerta a unos de los periodo más analizados de nuestra historia, la Transición.

Parece, no obstante, que durante la jefatura de Estado de Felipe VI se va a reeditar un periodo convulso aunque al revés: si en el de su padre se asentó un sistema político bipartidista que ha durado 40 años, Felipe VI se encuentra con su fin. O al menos de momento. A un año y medio de su proclamación, el Jefe de Estado tendrá la responsabilidad de proponer el candidato a La Moncloa cuando se constituyan las Cortes el próximo 13 de enero.

A partir de este día, el Monarca iniciará una ronda de reuniones con los representantes de los partidos políticos que tengan representación parlamentaria, en la que ejercerá su papel de árbitro y moderador entre las fuerzas políticas. Tras estos encuentros, Don Felipe propondrá al candidato a través del presidente de Congreso, según establece el artículo 99 de la Carta Magna. Esta decisión lógicamente la tomará en función de los escaños que haya conseguido cada partido y de las conclusiones sacadas en estas conversaciones. Lo normal es que el Rey proponga a Mariano Rajoy, ya que lidera la lista más votada. Pero aquí podríamos encontrarnos con la más que probable situación de que el resto de los partidos políticos no le apoye: Ciudadanos (con 40 escaños) asegura que se abstendrá, lo que favorecería a los votos a favor, pero tanto PSOE (90 diputados) como Podemos (69) votarán en contra, tal y como han manifestado ambos partidos. Así que Don Felipe tendrá que proponer a otro candidato, que siguiendo el criterio de la lista más votada es Pedro Sánchez, quien podría sellar un pacto de gobierno con Pablo Iglesias, o que éste le apoyase en su investidura, movimiento que el líder de la formación morada supedita a la celebración de un referéndum en Cataluña.

En este escenario político, el Rey no lo tiene fácil. «Don Felipe tiene ahora el poder propositivo», explica Carlos Barrera, profesor titular de Comunicación Electoral de la Universidad de Navarra. «No hay que olvidar que España no es un país aislado, sino que se recibirán presiones por parte de los partidos europeístas y del ‘‘establishment’’ político», asegura. Por ahora, Jean Claude-Juncker, presidente de la Comisión Europea, envió ayer una carta a Rajoy felicitándolo por los resultados, y ha mostrado su deseo de que se «forme un gobierno estable que pueda jugar su papel en Europa». Cada uno que haga su propia lectura.

Fuentes cercanas a la Casa del Rey informan de que el Monarca no ha dado ningún paso ni lo hará hasta que comiencen las reuniones a partir del 13 de enero. En caso de que finalmente no se pueda formar gobierno, al Jefe de Estado le corresponderá disolver las Cortes y se celebrarán unas nuevas elecciones.

El Rey no interrumpirá sus despachos semanales con Rajoy, que ha pasado a ser presidente en funciones, y quedará informado puntualmente de los asuntos de Estado como le corresponde por mandato de la Constitución.

Este jueves, Don Felipe se dirigirá a los españoles en su segundo discurso de Navidad desde que es Jefe de Estado, un mensaje que generará una gran expectación ya que, como máximo representante de los españoles, contendrá claves determinantes de la situación política y del futuro del país.