Elecciones generales

Sánchez, en busca del hueco perdido entre PP y C’s

PSOE / Se ve como única alternativa

Sánchez, en busca del hueco perdido entre PP y C’s
Sánchez, en busca del hueco perdido entre PP y C’slarazon

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, volvió ayer a enfundarse el traje de candidato a presidente del Gobierno en el debate de Atresmedia. El secretario general inició y acabó su intervención en clave electoral con una llamada al voto útil y a los indecisos, destacando que el cambio que demanda la sociedad sólo vendrá de la mano del Partido Socialista, porque otras opciones no tienen otro fin que perpetuar a Mariano Rajoy en el poder. Ante un Podemos «que sabe que no va a ganar las elecciones», porque «Pablo Iglesias lo tiene prácticamente interiorizado», Sánchez ubicó al PSOE como la única alternativa a las «dos derechas», representadas en las siglas de PP y Ciudadanos.

Sánchez se ciñó a la estrategia prevista, realizando una crítica encendida a la gestión del Gobierno, en la que fue intercalando las propuestas económicas y en materia de empleo que propone el PSOE para «unir lo que la derecha ha separado». En este sentido, Sánchez no dudó en reconocer que en la próxima legislatura no se podrán bajar los impuestos, «y quien lo diga miente», destacó. En materia económica, el líder socialista aprovechó también para criticar el contrato único que defiende Albert Rivera, al que identificó con el despido libre y «una vuelta de tuerca más a la reforma laboral» del PP. Con este argumento, el de «las dos derechas», Sánchez intentó neutralizar al líder de C’s como alternativa de gobierno y ubicarlo en el continuismo de Rajoy.

Para desactivar a los emergentes, que presumen de no tener pasado, Sánchez tuvo que recurrir a su ideología. A Rivera le ubicó en el ámbito más conservador, puntualizando que votar a Ciudadanos es votar derecha, mientras que a Pablo Iglesias le colocó en la extrema izquierda, afeando que su modelo de gobierno sea el de Alexis Tsipras en Grecia. Iglesias, sin embargo, se alineó en varias ocasiones con Sánchez, aunque le lanzó un golpe bajo señalando que «manda poco» en su partido.

El bloque del Estado del Bienestar fue en el que Sánchez se sintió más cómodo y donde fue capaz de jugar a fondo sus cartas: exponiendo de una forma clara la oferta programática del partido en el ámbito de los derechos y libertades y reivindicando los avances que ha logrado el PSOE en España. Sánchez puso en valor la solvencia del proyecto socialista, apelando a su historia y a su experiencia de gobierno, así como a sus expectativas de futuro, centradas en la igualdad de oportunidades.

El líder socialista estuvo sereno e intentó colocar sus propuestas estrella en cada uno de los bloques del debate, especialmente en el territorial, donde defendió con vehemencia su reforma federal de la Constitución respecto al rupturismo de Mas y el inmovilismo de Rajoy. Sin embargo se echó en falta en la intervención del líder socialista más alusiones a la ausencia del jefe del Ejecutivo, pues éste era uno de los ejes de su estrategia de cara al debate que no supo aprovechar. En materia de corrupción, el líder socialista pasó de puntillas por los ERE de Andalucía, pero se detuvo en enumerar los delitos que se le imputan al PP.

La propuesta

- El líder del PSOE propone que para asegurar las pensiones se reconstruya el Pacto de Toledo y se cree un nuevo impuesto específico dirigido al sostenimiento y la financiación de la hucha de las pensiones, que grave las rentas y el patrimonio, con un plus para los ingresos más altos. El modelo es el tipo impositivo que existe ya en Francia y que define un modelo solidario.