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Constitución: ¿reforma o vigencia?

LA RAZÓN inaugura una serie de debates sobre los temas más relevantes de la vida política española. El segundo de ellos se centra en la reforma de la Constitución, si existe o no el consenso suficiente para acometerla y los objetivos que los cuatro principales partidos plantean para su modificación

Rubén Martínez Dalmau (Podemos), José Luis Ayllón (PP), el director de LA RAZÓN, Francisco Marhuenda, Gregorio Cámara (PSOE) e Ignacio Prendes (C’s), ayer durante el debate
Rubén Martínez Dalmau (Podemos), José Luis Ayllón (PP), el director de LA RAZÓN, Francisco Marhuenda, Gregorio Cámara (PSOE) e Ignacio Prendes (C’s), ayer durante el debatelarazon

LA RAZÓN celebró ayer una mesa debate en la que los representantes de Podemos, Rubén Martínez Dalmau; del PSOE, Gregorio Cámara; de Ciudadanos, Ignacio Prendes; y del PP, José Luis Ayllón, junto al director de este diario, Francisco Marhuenda, abordaron las consecuencias de una posible reforma de la Constitución.

La reforma de la Constitución es una de las tareas pendientes que asumen los partidos políticos para la próxima legislatura. LA RAZÓN ha reunido a cuatro representantes de las principales formaciones que se presentan a estas elecciones, José Luis Ayllón (PP), Gregorio Cámara (PSOE), Rubén Martínez Dalmau (Podemos) e Ignacio Prendes (Ciudadanos), para debatir y analizar si existe o no el consenso necesario para acometerla y cuáles serían las prioridades de unos y otros para asumir la modificación de la Carta Magna.

Las propuestas de los cuatro partidos dejaron ver que sólo existe consenso sobre la necesidad de eliminar la prevalencia del hombre sobre la mujer en el acceso a la Corona y de convertir al Senado en una verdadera cámara territorial. Sobre el resto de objetivos esgrimidos por PSOE, Ciudadanos y Podemos, relativos a garantizar los derechos fundamentales, el Estado del Bienestar o medidas de regeneración democrática, el PP mostró su escepticismo sobre si, para ello, es necesario realmente modificar la Constitución, ya que consideró que algunas de las modificaciones que veía imprescindibles el resto de partidos se pueden realizar a través de una ley sin necesidad de abrir la Carta Magna.

También generó discrepancias el modo en que la reforma debe legitimarse por parte del pueblo español. Mientras que PSOE y Ciudadanos creen que debe votarse una vez acometida la reforma, Podemos planteó que los ciudadanos debían pronunciarse con carácter previo a los propios trabajos, para mandatar el sentido último de las modificaciones.

Para los socialistas, la reforma constitucional es un pilar clave de su programa, porque –a través de ella– quieren convertir la organización del Estado en un modelo federal. Una solución para la problemática catalana que no pasaría por reconocer la plurinacionalidad, como demandaban desde Podemos.

Mientras que para el PP la Constitución del 78 está plenamente vigente, PSOE, Ciudadanos y Podemos defendieron que es necesario actualizar el texto para adecuarlo a la realidad actual, recogiendo, por ejemplo, la pertenencia de España a la Unión Europea o garantizando derechos como la Sanidad o la vivienda. No obstante, ninguno de los partidos se mostró partidario de hacer borrón y cuenta nueva, destacando que la Carta Magna actual es y ha sido muy valiosa y su esencia debe mantenerse, aunque se la someta a actualizaciones. El PP defendió que sigue en vigor y teme que cuando se cuestiona tanto se trate de dar el mensaje de deslegitimación.

El rifirrafe más intenso lo protagonizaron los candidatos de Ciudadanos y Podemos a consecuencia del artículo 2, que recoge que «la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles», un punto compartido por PP, PSOE y C’s, pero la postura de Podemos a nivel partido chocó con el resto. En varias ocasiones, el candidato de C’s le reprochó a Podemos su defensa de un referéndum en Cataluña. «¿Estás a favor de que un grupo de personas decida sobre Cataluña? ¿Y en Galicia?», y le advirtió de que lo que quieren hacer es la «superación de la democracia representativa». Por su parte, el candidato de Podemos destacó que está a favor del referéndum, «aunque no defendería el sí» y reprochó a C’s que trate de excluirlos en la búsqueda de consensos para reformar la Constitución.

PP

Ayllón: «No es una prioridad la reforma del texto de la Carta Magna»

El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, destacó que el PP nunca ha negado que la reforma de la Constitución «sea posible». Defendió que su partido ha participado en reformas que se han hecho de manera activa y reconoció que para ellos «no es una prioridad la reforma del texto constitucional» algo que no se ve como una «prioridad» en estos momentos ni tampoco cree que sea algo que preocupe a los españoles.

Ayllón defendió que la Constitución «tiene plena vigencia» y ve con preocupación que por parte de partidos como Podemos se intensifique un discurso en el que se da a entender que es mala y que hay que reformarla porque «el exceso de debate sobre la necesidad de su reforma de las que le lleva a su indefensión». El secretario de Estado advirtió de que «algunos quieren hacer una España más pequeña para que Cataluña quepa mejor. Nosotros pensamos al revés».

Recordó que los populares son partidarios de abordar algunas reformas como la de la sucesión de la Corona, donde en la Constitución aún se dice que hay prevalencia del varón sobre la muje e insistió en que «no existe un consenso de partida ni de llegada» para acometer las reformas en la Carta Magna y defendió que para garantizar derechos sociales o la ley electoral también se puede hacer mediante una ley sin necesidad de tocar la constitución. «Nos preocupa una reforma que nos lleve a una Constitución española menos de todos». El secretario de Estado agradeció a LA RAZÓN la iniciativa que había llevado a los cuatro partidos a ver sus posturas previas a una subcomisión e interpeló en varias ocasiones al candidato de Podemos si él estaría de acuerdo en acometer una reforma de la Constitución sin esa plurinacionalidad que ellos defienden.

PSOE

Cámara: «La mayor lealtad a la Constitución es reformarla»

Cuando Pedro Sánchez ideó su «Gobierno del cambio» pensó en Gregorio Cámara, reputado constitucionalista, para dirigir los trabajos de lo que sería un pilar fundamental de su mandato si logra llegar a La Moncloa: la reforma de la Constitución. Los socialistas quieren garantizar en la Carta Magna derechos fundamentales como la Sanidad o la vivienda, reforzar el Estado del Bienestar y la calidad democrática y actualizar el texto de 1978 a la realidad del siglo XXI.

Para ello, Cámara llamó a no «tener miedo», a abrir el melón constitucional y puso como ejemplo la tradición de reformista de otros países de nuestro entorno europeo como Alemania –más de 60 cambios– o Francia y Portugal –una veintena–. La necesidad de adecuar la Constitución al escenario actual –recogiendo la presencia de España en la UE, por ejemplo– es, según el experto socialista, una actitud de lealtad debida al texto marco. «Lo más leal que podemos hacer con la Constitución es reformarla», destacó, al tiempo que apremiaba a no peder más tiempo, porque «cuanto más tardemos en reformar, de más calado tendrá que ser la modificación».

La visión federal del modelo territorial que los socialistas quieren recoger en la Carta Magna es, en su opinión, la «desembocadura lógica» y supondría la solución para propiciar el encaje de Cataluña en España. No obstante, el socialista quiso poner el acento en la necesidad de alcanzar consensos mayoritarios para acometerla porque «necesariamente va a ser –una reforma– de todos». «La Constitución es la casa en la que estamos todos dentro, su tejado es el que nos va a proteger y tenemos que arreglarlo entre todos», llamó a partidos como el PP, que se muestran reticentes a favorecer la apertura de la reforma.

PODEMOS

Dalmau: «Hay que reconocer que somos un Estado plurinacional»

El representante de Podemos, Rubén Martínez Dalmau, comenzó su intervención cuestionándose sobre el objetivo de reformar la Constitución que, a su juicio, se resume en tres ideas fundamentales: «regenerar la democracia, fundamentar los derechos sociales y mejorar los derechos civiles y refundar una sociedad que necesita adaptarse a su tiempo». Esta actualización es indispensable, según Martínez Dalmau, porque la Carta Magna es «hija de su tiempo», esto es, 1978,y las condiciones de salir de una dictadura para avanzar hacia un sistema democrático. «Es una Constitución de los muertos y necesitamos una Constitución de los vivos», señaló.

El representante de Podemos criticó la postura «inmovilista» del PP –partidario de no reformar el texto– porque, en su opinión, a los populares les beneficia que no se produzca ningún cambio en un texto que les dota de «mayoría absoluta en el Senado con el 30% de los votos, les permite acometer recortes en derechos sociales y mantener los aforamientos». Entre los cambios que se deberían asumir, para el representante morado está una ley electoral justa, que el Senado se convierta en una verdadera cámara territorial, la eliminación de la preeminencia del varón sobre la mujer en la Corona o favorecer la independencia del Ministerio Fiscal. Otro de los pilares para Podemos es que la Constitución reconozca que «somos un Estado plurinacional, por lo que hay que hacerlo valer». También se mostró partidario de –a través de un proceso constituyente– no sólo consultar a la ciudadanía por la reforma una vez realizada, sino antes de acometer los cambios para saber qué aspectos del texto constitucional quieren modificar los españoles: «La Constitución para ser modificada tiene que ser consultada».

CIUDADANOS

Prendes: «No puede ser una Constitución de nadie sino de todos»

El candidato de Ciudadanos, Ignacio Prendes defendió, a diferencia de Podemos, que no nos encontramos ahora en un proceso constituyente de una Constitución «de los vivos y otra de los muertos» como si la actual no estuviera vigente. «Tenemos claro que la Constitución está plenamente vigente» y subrayó que no van a impugnar los principios de 1978 al contrario, «los reclamamos». Prendes defendió que lo que hace falta es «actualizar» la Constitución vigente y «aplicarla», la exigencia de hacerla cumplir. «Lo importante de la Constitución de 1978 es que no es una Constitución de nadie, por tanto, es de todos» y destacó que esto es lo que ha permitido que vivamos en el periodo más largo de la historia.

Ciudadanos no da excesiva importancia a que unos lo llamen Estado de federaciones sino que de lo que se trata es de reconducir a la unidad a un país diverso y plural en el conjunto de la nación. «En términos jurídicos y de soberanía, sólo hay un sujeto de soberanía, que es el conjunto de los españoles y no vamos a tolerar que se trocee. Sobre esto decidimos todos. No hay posibilidad de trocear ese sujeto, nosotros no lo vamos a consentir». Entre algunas de las reformas por las que Ciudadanos apuesta, Prendes destacó la de la supresión de los aforamientos, la financiación de los partidos, la reforma de la ley electoral, porque «hay posibilidad de avanzar en esa línea», la regeneración, la pertenencia de España a la UE, la «inutilidad» del Senado, «si lo reformamos o prescindimos de él». «No caigamos en la trampa de que no hay consenso para no tocar nada», destacó. Los que defendemos los valores y principios de esa Constitución tenemos la obligación de mantenerlos y reformarlos» para que perduren, pero no para dar satisfacción a los nacionalismos.