
Política
Vox afronta las elecciones en Extremadura con el viento a favor en los sondeos
De confirmarse los pronósticos, a Vox no le habría penalizado la situación de bloqueo en la región

Vox irrumpió en la política autonómica extremeña a mediados de 2023 cuando emprendió una travesía marcada por varias renuncias, la ruptura del acuerdo de gobierno con el PP y un cambio de liderazgo regional para afrontar ahora unos comicios con el viento a favor en los sondeos electorales, que le otorgan de nuevo un papel clave.
Según distintas encuestas sobre las elecciones autonómicas del 21 de diciembre en Extremadura, este partido seguiría siendo decisivo para la formación de Gobierno por parte del PP, que saldría victorioso ante el declive del PSOE, e incluso ganaría fuerza respecto a la cita electoral de 2023, al pasar de cinco a ocho e incluso doce diputados en el escenario más optimista que refleja la del CIS.
Tercer partido más votado
Vox sería de nuevo la tercera fuerza política con mayor respaldo en Extremadura al lograr más del 11 % de los votos, tres puntos por encima de lo alcanzado en las últimas autonómicas cuando obtuvo 49.798 votos, el 8,14 %, que se tradujo en cinco escaños: tres por Badajoz (30.297) y dos por Cáceres (19.501)
Esta cifra porcentual ya supuso casi duplicar el resultado de las elecciones a la Asamblea de 2019 en las que cosechó el 4,71 % de los votos (28.992) aunque se quedó a las puertas de superar el umbral del 5 % para entrar en la Cámara autonómica.
Alternativa al bipartidismo
De confirmarse los pronósticos, a Vox no le habría penalizado la situación de bloqueo en la región, como le recriminan los populares por su falta de apoyo a los presupuestos; por el contrario, habría calado más su insistente discurso de única alternativa a un bipartidismo que ha llevado a la región "a la cola de España", ante la "corrupción" del PSOE y la "estafa" del PP, según palabras de sus dirigentes.
Un mantra electoral que Santiago Abascal, así como otros numerosos rostros populares de la formación (Pepa Millán, Samuel Vázquez, José M. Figaredo o Ignacio Garriga), han repetido en sus múltiples actos políticos en diferentes municipios de la región para tratar de granjearse la confianza los extremeños.
Cambio de liderazgo regional
Ello en una campaña personalizada en la figura de Abascal con un candidato que es el menos conocido de los cuatro con opciones de entrar en la Asamblea y en un contexto en el que los resultados de estos comicios se interpretan por muchos como el anticipo, con matices, de lo que sucederá en otros territorios o las generales.
No repite como candidato Ángel Pelayo, hasta ahora presidente del grupo parlamentario y senador autonómico -fruto de la concesión del PP en el infructuoso pacto de gobernabilidad-; y se estrena como cabeza de lista el presidente provincial en Cáceres y portavoz en la Asamblea, Óscar Fernández Calle.
Renuncias, ruptura del pacto y líneas rojas
Vox encara el 21D como un actor protagonista y controvertido en la que ha sido la legislatura más corta de la historia de Extremadura con el primer gobierno de coalición en la comunidad (PP-Vox).
Por el camino, la sorpresiva renuncia a los pocos meses de Camino Limia, la consejera nombrada por el socio minoritario a la que sustituyó Ignacio Higuero; la salida de Vox de los gobiernos autonómicos con el PP como el extremeño transcurrido solo un año; o la desobediencia de Higuero manteniéndose en el cargo para acabar dimitiendo por falsear su currículum.
Pocos acuerdos en el bloque de la derecha en estos dos años y medio y muchos desencuentros, falta de presupuestos y discrepancias ante lo que Vox denomina el "fanatismo climático", el "chiringuito" de los sindicatos o las ONGs, la "ideología de género" y la "invasión migratoria", que comparten, a su juicio, socialistas y populares.
Inmigración ilegal e inseguridad
La particular cruzada de Vox contra la inmigración ha tenido su reflejo en la región con sus reiteradas peticiones al Gobierno de María Guardiola de negar la acogida a los menores no acompañados y el cierre de los centros que los albergan, con especial interés en el de El Prado en Mérida, para cuyo alcalde socialista pidió sin éxito la reprobación en la Asamblea.
Difícil encaje ha tenido además su vinculación entre la inmigración ilegal y el incremento de la delincuencia en la que se mantiene como la comunidad más segura de España con la menor tasa de criminalidad del país.
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