Elecciones Galicia

Isabel Faraldo o la búsqueda del ideal político de una administrativa del Sergas

Coruñesa de nacimiento y de vivencias, militante de Podemos desde 2014, concejala o huelguista de hambre para defender sus absolutos, la candidata de los morados a la presidencia de la Xunta llega a estos comicios buscando su espacio tras la ruptura con Sumar

Isabel Faraldo en una visita reciente a Laxe (A Coruña).
Isabel Faraldo en una visita reciente a Laxe (A Coruña). Redes sociales

La de Isabel Faraldo (A Coruña, 1966) no ha sido una vida fácil. Basta un rápido vistazo para comprender parte del relato que la ha conducido, casi sin buscarlo, a ser la candidata de Podemos a la presidencia de la Xunta.

Un reto complejo en un escenario dividido, en el que la izquierda se presenta más fraccionada que nunca y en el que la formación morada ha dado múltiples bandazos: primero internos, con dos listas, Transformar Galicia -la oficial, encabezada por Faraldo- y Rexurdir Galicia, enfrentadas ya antes de enfrentarse con Sumar, a quienes unos dijeron sí y los otros, no. Ruptura escenificada, como casi todo en estas elecciones gallegas, a nivel nacional, donde Iglesias decía no y Monedero le llevaba la contraria.

Ajena aún a todo esto, Faraldo nacía en el barrio coruñés de Labañou, al noroeste de la urbe. Un lugar que imprime carácter y que se levantó en torno a las viviendas de pescadores que existían en la zona. Allí, en Labañou, se construyeron en la década de los 60 varios grupos de viviendas que pasaron de los nombres oficiales - María Pita, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y Paro de Santallana-, a los motes populares -China, Japón y Corea-.

“Creo que esto supone mi primera definición: familia modesta, raíces humildes, contorno sencillo”, expone Faraldo en su biografía. Una que atraviesa entre recuerdos con olor a salitre y a mar y la escuela del barrio, paso previo al Instituto Eusebio da Guarda.

Sin embargo, la crisis de los 80 obligó a Isabel a ponerse a trabajar para ayudar a su familia. Lo hizo en un comercio textil de A Coruña, donde decidió presentarse a unas oposiciones que bordó al aprobar casi simultáneamente cuatro plazas en diferentes administraciones.

Y así Faraldo se convierte en una parte muy importante de lo que es hoy: una administrativa del Sergas, representante sindical durante más de 10 años, y defensora, hasta las últimas consecuencias, de sus ideas. Como demuestra el hecho más notorio, política al margen, de sus vivencias: la huelga de hambre que protagonizó en 2005 para que se equiparasen las condiciones de las administrativas del Sergas a las del resto de administraciones de la Xunta.

Militante desde 2014

Casi una década después se haría militante de Podemos, siendo además portavoz de los morados en A Coruña y concejala en el municipio. En las últimas municipales fue elegida también candidata, pero declinó, echándose a un lago para dar paso a José Manuel Sande, persona que, en teoría, representaba el consenso para buscar un pacto con la ya diluida Marea Atlántica. Pacto que no fructificó y que ha dejado a Sande como asesor de Yolanda Díaz en el Ministerio de Trabajo.

Del mismo modo que tampoco fructificó la unión con Sumar Galicia, abriendo así las puertas a que Isabel Faraldo sea la candidata de Podemos el próximo 18 de febrero. Una elección de las bases, que primero apostaron por la lista oficial que encabezaba, y que después prefirieron la concurrencia en solitario.

Sin ambas votaciones, Isabel hoy no estaría aquí, en la carrera a la presidencia de la Xunta, buscando para Podemos recuperar un espacio político que, en el caso de Galicia, nunca ha estado demasiado definido. Un lugar desde el que seguir creciendo o, al menos, intentarlo, dejando atrás la sombra amable de Sumar. Si es que esto resulta aún posible.