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"Narcisista, soberbio y resiliente", así es el Pedro Sánchez más político

El líder del PSOE genera "rechazo" en la sociedad y trabaja "con un círculo muy pequeño de confianza"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Bruselas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Bruselas OLIVIER MATTHYSEFE/EPA

"Temerario y autocrático", así es Pedro Sánchez. O al menos así le definía el pasado mes de mayo el diario británico "The Times". La debacle electoral del 28M llevó al jefe del Ejecutivo a protagonizar un nuevo golpe de efecto en pro de su carrera y de su sillón en La Moncloa. Así, a la desesperada, convocaba elecciones generales para este domingo. Y es que la carrera política de Sánchez ha estado marcada siempre por la huida hacia delante. Tras cinco años de "sanchismo", el gobierno de coalición deja una herencia envenenada: endeuda en 370.000 millones más a los españoles, deja la mayor carga fiscal de la historia y el mayor paro de toda la UE.

Pero antes de analizar el momento actual, hay que recordar que la llegada de Sánchez a la primera línea de la política estuvo marcada por su frescura y su atractivo físico. El pueblo le aclamaba y veía en él a un líder emergente. Pero Sánchez era más que una cara bonita, ya que se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, un hecho del que ha presumido siempre que ha tenido ocasión.

En su haber figura el hecho de ser el secretario general que llevó al PSOE a los peores resultados de su historia en 2015. Histórico fue su rechazo a apoyar a Mariano Rajoy para permitirle gobernar y los hechos que sucedieron después y que provocaron una de las etapas más convulsas de la política española. Tanto es así que hubo que repetir elecciones, con un resultado parecido. El "no es no”, de Sánchez a Rajoy provocó una crisis sin precedentes en el PSOE que se cobró una víctima y una dimisión, la del propio Sánchez.

Y en este punto comenzó su fama de "resiliente". Cual Ave Fénix resurgió de sus cenizas y regresó a la Secretaría General del PSOE en las primarias de 2017, derrotando en la votación a dos pesos pesados del socialismo como Susana Díaz y Patxi López. Un año después, coincidiendo con el fallo de la Audiencia Nacional sobre el "caso Gürtel", presentó una moción de censura contra Rajoy, que salió adelante gracias al PNV y los independentistas. Un doble proceso electoral le otorgó finalmente la mayoría suficiente para gobernar en coalición con Unidas Podemos hasta el día de hoy.

El desgaste de Pablo Iglesias, Irene Montero e Ione Belarra; sus pactos con EH Bildu o los independentistas; los indultos a los condenados del procés; su cambio de posición con el Sáhara; la polémica ley del "solo sí es sí"... y un largo etcétera de controvertidas decisiones provocaron un desplome electoral el 28M y la consiguiente jugada a la desesperada de Sánchez para este 23J. Porque Sánchez no solo se juega hoy su sillón en La Moncloa sino su liderazgo dentro de un partido que ansía un cambio de registro y de titular.

Sobra decir que, a estas alturas de la partida, una parte importante de su partido considera que Sánchez es un lastre para el PSOE, que se ha distanciado del pueblo y solo "opera con un círculo muy pequeño de confianza", según detallaba el diario "The Times". Y la derecha política todavía es menos benevolente con él. "Narcisista soberbio, autócrata, con una ambición desmedida y con una gran incapacidad para darse cuenta de que provoca gran rechazo", así define la derecha al líder del PSOE.

"Con las divisiones en su propio gobierno dominando los titulares, ha tratado de centrarse en su perfil internacional y en la economía, que sufrió una caída récord en 2020 pero registró un sólido repunte en 2021-22, después de miles de millones en fondos de rescate de la UE", destacan desde el diario británico. Y es que Europa ha puesto el foco en estas elecciones, que podrían afectar a la presidencia rotatoria de la UE, que ahora ostenta España.