Rompe con Sánchez
Yolanda Díaz: de evitar el "ruido" a seguir el plan de Podemos
Sigue la estrategia de Podemos de desvelar las discrepancias con el PSOE y rompe el «tándem» con Sánchez
«He llevado adelante debates intensos y nadie se ha enterado de los mismos», es la máxima que siempre ha seguido la vicepresidenta Yolanda Díaz desde su entrada en el Gobierno de coalición. Frente a Unidas Podemos en el Gobierno, la ministra de Trabajo pedía «discreción» a la hora de negociar con el PSOE en el Consejo de Ministros y «evitar el ruido». De esta manera la hoy líder de Sumar ha logrado innumerables acuerdos con los agentes sociales evitando dar publicidad a las discrepancias que surgían en la mesa de negociación. Las llamadas a la cautela y a la calma eran también avisos directos a los morados cuando se rebelaban contra la parte mayoritaria en Moncloa.
Podemos ha hecho de la discrepancia un modo de entender y hacer política y así ha tratado de poner contra las cuerdas al PSOE al denunciar en negociaciones clave la negativa de su socio a aprobar la Ley de Vivienda o los permisos de cuidados, entre otros asuntos sociales. El modus operandi de los morados era el de proclamar que habían logrado «torcer el brazo» a su socio o de jactarse de que los socialistas solo hacían políticas de izquierda si estaban ellos detrás.
Una estrategia, la de la confrontación con el PSOE, que ahora adopta la vicepresidenta, ya como candidata y a las puertas de la campaña electoral. Ya no rehúsa contestar a su socio en el Gobierno, no solo en asuntos más concentrados en la contienda electoral sino en la vida diaria del Gobierno. La candidata de Sumar desveló un día antes del Consejo de Ministros que existía una discrepancia con el PSOE en lo relativo al fin de la prórroga del decreto anticrisis que congelaba los precios del alquiler. Durante esta semana, la vicepresidenta ha acusado a los socialistas de «vivir fuera de la realidad» y ha centrado el debate en este sentido con ataques a los socialistas.
La semana pasada la líder de Sumar también cargó contra el presidente del Gobierno por rechazar un debate cara a cara con ella y criticó los debates cara a cara entre Sánchez y Feijóo: «España es mucho más que un debate entre dos señores», dijo. El feminismo, uno de los temas sobre los que versa esta campaña electoral también está en el foco político de discrepancia entre Sánchez y Díaz. Para la ministra de Trabajo fue una «incorrección» las declaraciones del presidente del Gobierno en las que apuntaba a retrocesos en el feminismo integrador en alusión a las políticas del Ministerio de Igualdad.
Pero Díaz había marcado distancias con el presidente del Gobierno mucho antes. En el acto de presentación de sus principales candidatos, la líder de Sumar pinchó el optimismo económico que Sánchez había exhibido días antes. Frente a su discurso de «España va como una moto», la ministra enmendó el triunfalismo socialista para dejar claro que «no es verdad que seamos el motor económico de Europa porque la gente lo está pasando mal», advirtió.
Díaz busca en esta campaña electoral romper con el «tándem electoral» que hasta ahora formaba con Pedro Sánchez en el Gobierno. Un adjetivo con el que se apodaba a ambos por su complicidad a pesar de las diferencias ideológicas de los dos partidos que conviven en Moncloa. Desde el PSOE, hasta ahora, se ha impulsado a la vicepresidenta con el objetivo de que consiguiera unificar a los partidos a la izquierda del PSOE para revalidar en el futuro con su apoyo La Moncloa. La vicepresidenta también ha sabido, hasta ahora, contener todas las crisis provocadas por los morados en el Ejecutivo e, incluso, se ha posicionado con el PSOE en algunas de las decisiones que más soliviantaban a Unidas Podemos en el Gobierno, como el envío de armas a Ucrania o el incremento de la partida de Defensa en los Presupuestos Generales del Estado, entre otras polémicas. La reforma del «solo sí es sí» ha sido una de las últimas crisis que ha vivido la coalición y en la que Díaz trató de mediar pero, finalmente, acabó apoyando el «no» de Igualdad. Mientras, el presidente del Gobierno, cuando es preguntado por Díaz, evita entrar en el cuerpo a cuerpo. Sin embargo, en el PSOE le piden ya públicamente que transmita internamente sus diferencias en el Consejo de Ministros y no públicamente, en palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
El objetivo de Sumar es distinguirse del PSOE y no situarse en la «esquinita del tablero», es decir, busca también apelar al elector tradicionalmente del PSOE.
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