Elecciones 23J

El PSOE maniobra para retratar al PP con Vox en campaña

Vara y Puig aprietan el calendario para que los posibles pactos marquen la antesala de las generales

El presidente extremeño en funciones, Guillermo Fernández Vara
El presidente extremeño en funciones, Guillermo Fernández VaraJorge ArmestarEuropa Press

El pasado 28 de mayo el PSOE sufrió un importante retroceso en su poder institucional. El resultado en votos, 400.000 menos, se tradujo en la perdida de seis comunidades autónomas: Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares y La Rioja, donde el PP ganó las elecciones; así como Canarias y Extremadura, donde los socialistas fueron la fuerza más votada, pero serán desalojados a través de pactos. Sin embargo, salvo en La Rioja, donde consiguieron mayoría absoluta, y Canarias, donde los populares apoyarán a Coalición Canaria, el PSOE entrega el resto de feudos por lo que consideran que será un «alto coste» para el PP, retratarle con Vox.

Pese a alertar de manera continuada sobre la amenaza que supone la llegada de la ultraderecha a las instituciones, alimentando la estrategia del miedo, los socialistas no están dispuestos a hacer nada para evitar ese retroceso. No pondrán sus votos al servicio del país para mantener a Vox lejos de la toma de decisiones. En esta estrategia, el PSOE maniobra para que esta foto de «las derechas» se produzca lo más cerca posible del 23J para que los españoles voten en las generales con el recuerdo bien vivo de lo que puede materializarse también a nivel nacional.

Dos son los escenarios en los que se aprecia esta estrategia. El primero es Extremadura, donde Guillermo Fernández Vara, que ganó las elecciones el pasado 28M, toma la delantera ante las dificultades de PP y Vox para llegar a un acuerdo en esta comunidad. El presidente en funciones, que llegó a pedir el reingreso en su plaza de médico forense y que felicitó en la noche electoral a María Guardiola, poniéndose a su disposición, se presenta ahora a la investidura para presionar a Alberto Núñez Feijóo en uno de los pactos que más incomodidad ha generado en Génova.

Guardiola que pedía tiempo para negociar con los de Santiago Abascal, tendrá dos meses a partir de la próxima semana, cuando está previsto que fracase el intento de Fernández Vara de revalidar el poder. La sesión se celebrará los días 5 y 6 y será el sábado 8 con la última votación cuando se activará el reloj de la repetición electoral. De este modo, el arranque de campaña de las generales estará marcado por la oposición de los populares a que gobierne la lista más votada, una oferta que Feijóo hizo en su día al PSOE y que no fructificó.

El otro escenario está en la Comunidad Valenciana, donde los socialistas se mantienen inmunes a las urgencias del PP para fijar cuanto antes la investidura. Con la maquinaria en marcha tras alcanzarse a toda velocidad el pacto de coalición con Vox y después de constituirse el lunes las Cortes, el calendario sigue los plazos estipulados en el Reglamento de la Cámara. Unos plazos que pueden agilizarse en función de la disposición de los grupos parlamentarios, algo a lo que Ximo Puig no está por la labor. El presidente en funciones ya anticipó ayer que cumplirá el reglamento, que el grupo parlamentario del PSPV se constituirá la semana que viene y que «a partir de ahí se reunirá la mesa y decidirá».

De esta forma, no hay posibilidad de reducir el plazo para la presentación de candidaturas y acelerar así la celebración del pleno de investidura, porque el primer paso para que eso ocurra, según el reglamento de las Cortes, es que los grupos parlamentarios se constituyan como tales. Puig, que es también secretario general del PSPV, insistió en que «los tiempos para la investidura los determina la Mesa de las Cortes». Al referirse a que el PSPV cumplirá escrupulosamente el reglamento de las Corts, Puig incidió en que «no se alterarán las reglas democráticas» como sí ha hecho, a su juicio, «el señor Mazón».

La estrategia de los socialistas pasa por agotar hasta el último momento este plazo, lo que llevaría a celebrar la votación que convertirá a Carlos Mazón en el nuevo jefe del Consell en la misma semana de las elecciones generales del 23J. Los grupos tendrán cuatro jornadas más para proponer a sus candidatos a la investidura y la presidenta de la Cámara –de Vox– fijará la fecha de ese pleno entre los tres y los siete días siguientes. Por tanto, el debate en el que el aspirante del PP expondrá su programa, responderá a las intervenciones del resto de grupos y se someterá a la votación, se produciría en la semana del 17 al 21 de julio. En la antesala de las generales.

Puig se mostró muy molesto por la forma de proceder del PP en la constitución de la mesa de portavoces de las Corts, asegurando que actuaron de manera «trilera», en alusión a la votación por la que Compromís logró, gracias a los votos del PP, tener a María José Amigó como representante en ese órgano. Un puesto que, en principio y según la aritmética, correspondía al PSPV. El todavía presidente de la Generalitat pidió a Mazón lealtad institucional, aclarando que el PP designe al equipo que llevará a cabo el traspaso de competencias. «Vamos a intentar realizar la mejor transición posible y lo único que le pido es lealtad institucional».