El dilema de Cambó

Como en otras ocasiones, reflejamos hoy en esta columna de “Planeta Tierra” una sesión de trabajo del Pleno de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (RACMP) que tuvimos esta misma semana: exposición y debate de la interesante ponencia del académico José María Serrano, sobre la figura del jurista, economista y político fue Francesc Cambó (puede verse todo el texto en la web de la RACMP).

Cambó nació en Verges (Gerona) en 1876 y ya en su época estudiantil se afilió a organizaciones catalanistas, orientándose al sector conservador más posibilista, que dirigían Verdaguer y Prat de la Riba. Participó en la fundación de la “Lliga Regionalista” en 1901, y ese año fue elegido concejal de Barcelona, en cuyo Ayuntamiento realizó una des-tacada labor de renovación. En 1915, dirigió la campaña «per Catalunya i l'Espanya Gran», con la pretensión de reformar el sistema polí-tico español en su conjunto con la máxima relevancia para Cataluña, más allá de la Mancomunidad Catalana conseguida en 1912.

Ese propósito ¿binario?, le valió por parte de Niceto Alcalá Zamora la crítica de su dilema vital, de “querer ser el Simón Bolívar de Cataluña, y al mismo tiempo el Bismarck de la España grande”. Una idea que no convenció a las burguesías regionales.

Fue ministro en dos de los gobiernos nacionales, por varios meses de Fomento (1918) y de Hacienda en 1921-22, presididos por Maura, potenciando el proteccionismo. Después, durante la Dictadura de Primo de Rivera, Cambó mantuvo una actitud distante, pero no hostil, al régimen.

Prácticamente, su aversión a la Segunda República le retiró de sus afanes políticos y se dedicó a cuestiones económicas propias que le enriquecieron. En 1936, apoyó a Franco desde fuera de España, pasando prácticamente el resto de su vida en Buenos Aires al frente de la gran empresa eléctrica Chade.

Globalmente como político Cambó fracasó. Pudo ser todo en los últimos tiempos del reinado de Alfonso XII en España, pero el dilema de su vida le llevó al fiasco en lo que él quería como política de concordia. Fue un gran coleccionista y mecenas del Museo del Prado y del Nacional de Cataluña.