Inteligencia Artificial

La guerra se arma con IA

Los ejércitos de todo el mundo, incluido el español, están empleando ya la Inteligencia Artificial para las operaciones de defensa... y también para el ataque

Uso militar de la IA
Uso militar de la IATarget Tecnología

Las guerras que se libran en Ucrania y en la franja de Gaza son una buena muestra de que los ejércitos del mundo están empleando la Inteligencia Artificial (IA), tanto para su propia defensa como para labores de ataque (fijación y eliminación de objetivos, sistemas autónomos, drones, análisis de datos para la toma de decisiones estratégicas y tácticas, así como en soluciones avanzadas de ciberseguridad...).

De hecho, expertos como Jordi Charles, responsable de Desarrollo Técnico, Innovación y Negocio de Target Tecnología (empresa dedicada a la tecnología de seguridad y emergencias), aseguran que si algo hay que resaltar es «el papel de Israel como pionero, desarrollador y exportador líder de soluciones militares con un marcado componente de IA».

El desarrollo de la IA en Defensa se da también en Europa y España. Miguel Morell, Chief Technology Officer (CTO) de Indra (que mantiene contratos con el Ministerio de Defensa),dice que la IA será clave en el desarrollo y despliegue de las futuras capacidades requeridas en el ámbito de la Defensa y Seguridad, puesto que es «una de las tecnologías más transversales, que se empleará prácticamente todos los sistemas militares». Además, añaden que esta tecnología permite desarrollar sistemas que «aprenden de la experiencia, que pueden ser entrenados y que son capaces de responder de manera eficaz y rápida a un gran número de situaciones en las que se necesita detectar, identificar y seguir algún objetivo o incluso optimizar el empleo de los recursos».

Cómo cambia una guerra

Si en el mundo laboral se habla constantemente de cómo pueden cambiar los trabajos con la aplicación de esta tecnología, en el ámbito militar la cosa no difiere en absoluto.

La guerra impulsada por la IA se caracteriza, según Charles, por operaciones más ágiles, precisas y adaptables. «Las capacidades autónomas posibilitan respuestas instantáneas a cambios en el campo de batalla, mientras que el análisis predictivo anticipa movimientos enemigos» relata.

Por eso, Manuel Gallardo, director de Data Analytics e Inteligencia Artificial de Grupo Oesía, asegura que aquellas naciones que sean «capaces de liderar tecnológicamente la adopción de la IA en sus sistemas de Defensa contarán con una ventaja fundamental tanto a nivel estratégico como a nivel operacional en los diferentes teatros de operaciones, siendo capaces de gestionar mayores niveles de información de mejor calidad, de manera rápida, y certera, proporcionándoles la capacidad de tomar las decisiones adecuadas en los momentos adecuados en los cinco ámbitos de la Defensa: Tierra, Mar, Aire, Espacio y Ciberespacio».

Sin embargo, esta tecnología tiene también sus riesgos aplicada a este ámbito de defensa, como la falta de control humano en decisiones críticas y la posibilidad de conflictos más letales y desestabilizadores. «El equilibrio entre la ventaja estratégica y la gestión ética será determinante en el futuro de las operaciones militares impulsadas por la IA», según el responsable de Target Tecnología.

De hecho, y al menos en las naciones occidentales alineadas con la OTAN, «siempre se considera disponer de un factor humano como último punto de decisión a la hora de confirmar las acciones a emprender en cada caso», incluso en aquellas en las que interviene la IA, de manera que «la última decisión siempre queda en manos de la ética humana, equilibrando el desarrollo tecnológico con consideraciones éticas fundamentales», tal y como explica el portavoz de Oesía.

Ética

Además, Gallardo incide en que en las operaciones militares «siempre se prioriza la protección de civiles y el respeto a las leyes internacionales humanitarias. El uso de tecnología en escenario militares, independientemente de la tecnología que se trate, queda supeditada siempre y en todo caso a los procedimientos y doctrina militar que aplique en cada caso, y que, en todos los casos, es estrictamente escrupulosa con las leyes internacionales vigentes».

Indra está aplicando la inteligencia artificial en sectores críticos de la defensa. La compañía asegura estar comprometida con el uso responsable y ético de la IA, «garantizando que todas las aplicaciones cumplan con las normativas legales y los estándares éticos internacionales», lo que incluye la «transparencia en los algoritmos, la explicabilidad en la toma de decisiones automatizadas y la protección de datos personales».

Morell asegura que es «necesario gestionar los riesgos y el impacto que puede implicar tomar una decisión, asegurar que existe siempre un responsable de las acciones y evitar los sesgo a la hora de entrenar a los sistemas», por lo que la empresa colabora «activamente con organismos reguladores, académicos y otras partes interesadas para formular directrices que guíen el desarrollo y la implementación de IA en contextos sensibles».

Esto conlleva la necesidad de «gestionar de manera precisa la privacidad y seguridad de los datos, así como la inquietud respecto al desarrollo de armas autónomas sin supervisión humana», según Charles, quien alude a la interoperabilidad de sistemas, la capacidad de los adversarios para explotar vulnerabilidades en sistemas de IA y la posibilidad de decisiones autónomas equivocadas como otros obstáculos.

En este sentido, Indra está implicada en el desarrollo de los programas ECYSAP y EU-GUARDIAN impulsados por la Comisión Europea para el desarrollo de plataformas de ciberdefensa que utilizarán la IA para detectar y responder a ciberataques en tiempo real en operaciones militares.

Para qué se emplea

El uso de la IA en defensa se bifurca en varios aspectos, pero siempre con el reto de «mejora de la eficacia operativa y la toma de decisiones hasta la reducción de bajas humanas».

La IA se utiliza para optimizar procesos logísticos, operaciones de reconocimiento, medidas de ciberseguridad y otras áreas clave, con la finalidad de incrementar la ventaja competitiva y la capacidad de adaptación en entornos dinámicos y complejos. Más concretamente, en el ámbito ofensivo, la IA se emplea para potenciar la precisión y eficacia de los ataques, refinando estrategias y seleccionando objetivos con mayor exactitud. En el ámbito defensivo, la IA se utiliza para robustecer los sistemas de seguridad, focalizándose principalmente en el análisis en tiempo real de patrones de comportamiento y la anticipación de posibles amenazas.

Por ejemplo, Indra trabaja con el Ejército de Tierra en el sistema de Logística Predictiva SILPRE y ha presentado al Ejército del Aire soluciones basadas en IA para la futura Base Aérea Conectada Sostenible e Inteligente. Se trata, en todos los casos, de sistemas diseñados para incrementar la disponibilidad de buques, blindados y aeronaves y extender su ciclo de vida. «También revolucionan el trabajo en talleres y hangares y la gestión de materiales, conocimiento, y stocks, lo que agiliza despliegues y permite planificar misiones de forma más precisa», señalan el CTO de Indra.

Pocos datos y sensibles, otro reto de la IA

El desarrollo de la IA conlleva el análisis y gestión de millones y millones de datos. En el caso de su aplicación a las cuestiones de Defensa, los ejércitos se enfrentan a la complejidad de que no hay tantos datos disponibles, además de ser muy críticos y sensibles. Gestionar la calidad del dato y su procedencia es vital para garantizar que el enemigo no se acabe infiltrando en casa para boicotear la actividad militar. Algo que, además, hace desarrollar esta tecnología en el ámbito militar sea aún más complejo y con pocas plataformas disponibles.