Verde

Una montaña marina artificial, casa de 250 especies

El Biotop de Torredembarra se consolida como área de investigación y buceo

Un buceador junto a ejemplares de besugo negro en El Biot
Un buceador junto a ejemplares de besugo negro en El BiotBMW Group España

En su primer año de vida El Biotop de Torredembarra, Tarragona, ha atraído a más de 250 organismos marinos que lo han colonizado y hecho de esta construcción artificial un lugar para vivir.

Se trata de la primera montaña subacuática artificial formada por rocas de carbonato cálcico. Construida con más de 40.000 toneladas de este material natural, su base está situada a 32 metros de profundidad y tiene una altura de 18 metros. Es un proyecto de Natural Art Reef que cuenta con el apoyo del Port de Torredembarra y la colaboración de BMW Group España. La Consejería de Medio Ambiente de la Generalitat de Catalunya dio una concesión para llevar a cabo esta iniciativa y el Ministerio de Medio Ambiente su visto bueno.

Con esta construcción se ha creado un área subacuática que es, al mismo tiempo, un centro de investigación marina y una zona de buceo y observación de especies.

Alrededor de la instalación principal se han situado otros 10 arrecifes, (cuya construcción e instalación ha facilitado BMW Group España), que, igualmente, son estructuras que dan refugio a las especies marinas, fomentan su proliferación y tiene la función de balizar la zona para la práctica segura del submarinismo en el entorno del Biotopo.

Submarinismo e investigación marina

Todo ello hace de este proyecto una plataforma multidisciplinaria para estudios científicos sobre la biodiversidad marina y la restauración ecológica, así como un área de formación, sensibilización y ciencia ciudadana, en la que 2.000 buceadores ya han podido observar de cerca la vida que alberga la estructura, y recogido datos científicos.

Un ejemplo de ello es la limpieza mutualista entre el pez luna (Mola mola) y la chopa (Spondyliosoma canthaurus). Un comportamiento que se ha documentado ahora por primera vez.

También el mejillón, cuya presencia en la zona en las últimas tres décadas había disminuido drásticamente, vuelve a estar presente en la costa de Torredembarra gracias a las condiciones que encuentra en esta estructura.

Además, ya se han observado 13 pequeñas gorgonias (Eunicella singularis), uno de los corales más característicos del Mediterráneo. Su presencia, importante en sí misma, es valiosa porque estos corales son objeto de numerosas acciones de conservación y creadores de hábitats en los que se refugian, alimentan y reproducen gran variedad de especies marinas.

Adicionalmente, al estar prohibida la pesca en la estructura, se han registrado durante este año puestas de huevos de especies comerciales de cefalópodos, como calamar, (Loligo vulgaris), pulpo (Octopus vugaris) y sepia (Sepia officinalis).

La presencia de especies de peces, crustáceos y algas protegidas, algunas incluso amenazadas de extinción, resalta la importancia de la montaña como un refugio crucial para su conservación.