Política
Miquel Iceta: “En España hay ocho naciones, las he contado”
Es un hombre clave en la relación con Esquerra pero no renuncia a presidir la Generalitat. Defiende que en España hay “ocho naciones según los estatutos, nueve si sumamos Navarra”. Pide a Torra convocar elecciones: “Su proyecto está agotado”
Miquel Iceta repetirá como Primer Secretario del PSC en el congreso del partido. No oculta que quiere elecciones y ambición de ganarlas, porque los socialistas catalanes han recuperado posiciones. Se ve de presidente. Afronta la política con deportividad y afirma, sin morderse la lengua, aunque con un regusto amargo, que el Senado le da «mal fario». Recuerda que se «sacrificó» a José Montilla, que él no pudo ser presidente de la Cámara y que Manuel Cruz ha durado lo mismo que un caramelo a la puerta del colegio. «Es una plaza que se nos resiste».
-¿Cuál es la hoja de ruta del PSC?
-Seguir recuperando terreno y espacio. Somos el segundo partido de Cataluña y nuestra ambición es ser el primero. Este congreso servirá para mostrarnos como alternativa.
-¿Se ve de presidente?
-Me veo, porque Cataluña necesita un presidente no independentista, que gobierne para todos, consciente de la complejidad de la sociedad catalana y capaz de recoserla.
-Para recoser ha propuesto una adaptación de la inmersión lingüística y le han caído por todos los lados.
-Sí, pero nadie discute lo que decimos. Reforzar el catalán donde haga falta, el castellano donde haga falta y el inglés en todas partes. Esto es flexibilizar la inmersión. Algunos aspiran a una sociedad monolingüe. Nosotros no, queremos que sea plurilingüe y que los niños y niñas dominen catalán y castellano, y añadimos el inglés.
-Otra polvareda. El PSC define Cataluña como nación.
-Lo decimos desde 1978. Para algunos, nación y estado son lo mismo y la nación es homogénea. Para nosotros no. Por eso, España es una nación de naciones, y las naciones que viven en España son plurales. En Cataluña hay quien piensa que la nación es para los que hablan catalán. La nación es para todos los catalanes hablen catalán o castellano, es un sentimiento de comunidad. Se puede ser nación sin aspirar a Estado.
-¿Cuántas naciones hay en España?
-Las he contado. Según los Estatutos de Autonomía, ocho, y si sumamos el preámbulo de Navarra, nueve. Los Estatutos de Galicia, Aragón, Valencia, Baleares, Canarias, Andalucía, País Vasco y Cataluña dicen que son nacionalidades, o nacionalidades históricas. Nación y nacionalidad son sinónimos.
-¿La solución pasa por la ruptura de los bloques?
-Los bloques, bloquean. Nadie tiene que renunciar a su proyecto, pero a Cataluña la hemos de tirar adelante entre todos desde la transversalidad. No nos lleva a ninguna parte estar de espaldas la mitad frente a la otra mitad. Si fuéramos un equipo de fútbol tendrían que dimitir todos porque desde 2012 no hemos ganado ni un solo partido. El PSC tiene un proyecto ganador superando el conflicto. Muchos de los que se fueron del partido vuelven a mirarnos con simpatía porque tenemos un proyecto que pretende solucionar el conflicto político a partir de un diálogo que no puede llevarnos a retroceder, a estancarnos, ni tampoco a romper con el resto de España. La solución pasa por la mejora del autogobierno, financiación y mayor incidencia en las decisiones de Estado.
-¿Cómo?
-Sólo con unas elecciones. Nuestra ambición es encabezar un gobierno para abrir una nueva etapa que supere la división actual. Queremos una Cataluña ganadora.
-¿Torra debería convocarlas?
-Sí. Su proyecto está agotado. Está solo. Anunció un nuevo referéndum de autodeterminación y no sólo no lo siguió ERC, sino que JxC no se hizo responsable. Ante la soledad, lo mejor es dar un paso al lado.
-Pide mayores sacrificios y polarización.
-Si uno pide sacrificios lo mejor que puede hacer es ofrecer el suyo primero. ¿Polarización? No la quiero. Mi compromiso como presidente es no dividir, es buscar la unidad. Torra no es consciente de su responsabilidad institucional. Corta carreteras en coche oficial y alienta a los sectores radicales en una nueva etapa que define como de confrontación.
-Cambiemos de escenario. El PSC ha perdido la presidencia del Senado.
-El presidente me lo comunicó tras hablarlo con Manuel Cruz. Hubiera preferido que siguiera, y eso que valoro mucho a Pilar Llop. Aunque cuando me dijo que Meritxell Batet seguía al frente del Congreso de los Diputados me emocioné. Era una forma de demostrar que hay muchos españoles que quieren a los catalanes. Asumo la reflexión de Sánchez y su propuesta.
-¿La compensación será un ministerio?
-Mi ambición sería tener cuanta más representación mejor, pero el Consejo de Ministros no es un sumatorio de territorios, ni una subasta. Lo importante es la sintonía sobre lo que hay que hacer.
-¿Vamos a tener Gobierno?
-Soy prudente a la hora de escoger las palabras. No quiero meter presión a nadie, pero me siento presionado. Todo depende de ERC. Es su decisión y su responsabilidad. Sin este gobierno o terceras elecciones, y el peligro de una alternativa de derechas. Para España y para el problema catalán no son alternativas. Les pido que reflexionen. Hay voluntad real de acuerdo. No nos hemos de meter presión con respecto al tiempo para alcanzarlo, o si debe ser un acuerdo de investidura o tiene que ir más allá para dar estabilidad.
-¿Más allá de la investidura?
-Siempre es posible y depende de las dos partes. Hay que dar la oportunidad al gobierno de echar a andar y de funcionar. En estos momentos, debe salir un nuevo gobierno con fuerza, confianza y estabilidad para afrontar los retos de España y la cuestión catalana.
-¿Tiene contactos con ERC?
-Tenemos una relación fluida con ERC y, a pesar de las diferencias, ambos apostamos por una posición dialogante y constructiva. Esto no es presión, es reconocimiento de su papel. ERC ahora es pragmática y realista, pero los acuerdos tienen mala fama. Si los alcanzas, dicen que te has rendido, que has cedido. Cuando hay un problema hay dos maneras de afrontarlo. El que busca la solución o el que busca aprovecharse. Los socialistas y ERC no nos perdonaríamos no intentarlo.
-La derecha española y la catalana les critican que negocien.
-Junts per Catalunya está más cerca del bloqueo. Por eso, es positivo que el PSOE haya abierto también conversaciones con ellos. La derecha española nos acusa de vendernos al independentismo por hablar con ellos. Tiene un punto de hipocresía. Casado no debería hacerse responsable de un bloqueo y debería reflexionar sobre el hecho que sus expectativas de llegar al Gobierno están estrechamente ligadas a Vox, y eso es un problema.
-¿Vox es un partido constitucionalista?
-No. Quieren eliminar las autonomías y piensan más en eliminar derechos que en ampliarlos. Pretenden cambios contra el espíritu de la Transición. Hace tiempo me dijeron que los que queríamos cambiar la Constitución la defenderíamos ante el riesgo de involución.
-En Cataluña discutimos sobre el pesebre de Sant Jaume y en Madrid se celebra la COP25. ¿Es una manera de medir nuestro estado de salud social y política?
-La COP25 se hace por la agilidad de Pedro Sánchez ante las dificultades de Chile y la aceptación unánime de la comunidad internacional. En Barcelona, por premura no se podía celebrar y además las protestas han levantado alarmas y susceptibilidades. No es una carta de presentación una ciudad que corta calles, quema contenedores o intenta bloquear el aeropuerto. Debemos reflexionar si atraemos grandes acontecimientos o los expulsamos. Sobre el pesebre, la tradición es la polémica sobre el pesebre. No lo monto en casa, pero si lo hiciera habría buey, mula, niño Jesús, Virgen, San José, ángel y estrella. En Barcelona, en lugar de pesebre se hace una instalación, una obra artística con la excusa del pesebre. Para lo tradicional, el museo Marés.
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