Podemos
El jefe de Gabinete de Iglesias abandona Podemos para ser alto cargo en el nuevo gobierno de Argentina
Gentili era la mano derecha del líder morado y artífice de la coalición que él y Redondo confeccionaron en dos días junto a Adriana Lastra e Irene Montero
Quien consiguiera apaciguar el costumbrismo radical que caracterizaba a Pablo Iglesias, ahora abandona Podemos. El jefe de Gabinete del líder morado, Pablo Gentili, se integra a partir de ahora en el recientemente gobierno formado en Argentina liderado por el peronista Alberto Fernández.
“Vuelvo a la Argentina después de casi 30 años. Es extraño volver al lugar del que no te has ido nunca. Pero necesito regresar a una América Latina donde renace el futuro”, así confirmaba Gentili su decisión a los medios tras un año de su paso por el cuartel general de Unidas Podemos. El “gurú” llegó a España en un momento convulso en la formación cuando el partido se veía obligado a salir al paso del roto interno que había generado el desafío de Íñigo Errejón a liderar una alternativa dentro de la izquierda madrileña, un desafío que después se orquestaría -fallidamente- en clave nacional. Pablo Gentili ha sido durante este último año la mano derecha del líder de Podemos, artífice de esa moderación que Pablo Iglesias comenzó a mostrar en la campaña del 28-A, cuando el asesor político logró dirigir al líder morado hacia un discurso más auténtico, pausado y alejado del perfil de Iglesias del “megáfono” en las calles, el “enfant terrible” que atemorizaba a las élites económicas. Lejos quedaba el Pablo Iglesias que llamaba a tomar el cielo por “asalto” y más cerca de tocar el cielo “por consenso”, como el líder de la formación acreditaba e una carta a su militancia.
Una campaña en la que se centró en hacer autocrítica ante las continuas crisis internas que debilitaban al partido, y se encarriló con propuestas “en positivo” para frenar la crisis económica. El cambio de Iglesias se hizo más evidente cuando éste, en los sucesivos debates se ataba a la Constitución para defender los derechos sociales. Comenzó a combatir a sus rivales con argumentos y no con ataques, entonces ganó un perfil presidenciable. Unas variaciones con la marca del argentino, que sin embargo, no escribió ni un solo discurso de su líder. ““Si alguien dentro de Podemos lo hace, o le dice como moverse, esa persona está fuera al día siguiente”, confirmaba hace meses Gentili a este medio.
El argentino, de 56 años, ex asesor de Dilma Rousseff y Lula da Silva en Brasil, se enfrentó, como primer reto, a una campaña decisiva para Podemos, la del pasado 28-A, cuando el partido acusaba el desgaste de las elecciones de 2016. En abril, el batacazo se confirmó con la pérdida de 29 escaños. En la repetición electoral, aunque perdiendo electorado, sus 35 escaños le convirtieron en decisivos para desatascar la gobernabilidad.
Su trabajo como jefe de Gabinete de Iglesias ha sido especialmente clave en estos últimos meses. Gentili, que llegó a Podemos tras la moción de censura a Rajoy, fue uno de los pocos hombres fuertes de Iglesias conocedor y gestor de las negociaciones para dar luz al gobierno de coalición entre PSOE y Podemos. El preacuerdo fue liderado por él mismo, por parte de los morados, y por su homólogo en el PSOE, Iván Redondo. El tándem Redondo-Gentili –herido tras el gobierno de coalición fallido de julio- fue clave para desencallar las negociaciones que en abril resultaron imposibles y que dos días después de la repetición electoral se aceleraron. Entre ambos gestaron los contactos iniciales tras el 10-N y fueron los interlocutores necesarios para propiciar el pacto del gobierno en ciernes. En el comunicado, de hecho, Gentili le menciona expresamente: “Quiero dejar constancia de mi gratitud y amistad hacia Iván Redondo, con quien compartí algunos de los momentos más intensos de este año fascinante y turbulento».
En su despedida, Gentili confirmaba que no había sido una decisión fácil de tomar sino “una de las más difíciles” de su vida, y destacaba que Unidas Podemos le había recibido con “generosidad, cariño y solidaridad”. “Desde el principio, me sentí uno más de este gran colectivo que lideran Pablo e Irene Montero". “Haber sido su jefe de gabinete en este momento excepcional de Unidas Podemos y de la política española fue una oportunidad inmensa que agradezco con emoción y que jamás olvidaré”, aseguraba Gentili
Gentili da muestras también de la buena relación que mantenía con Pablo Iglesias al que define como un político brillante, pero, sobre todo, una persona buena y generosa". "Haber sido su jefe de gabinete en este momento excepcional de Unidas Podemos y de la política española fue una oportunidad inmensa que agradezco con emoción y que jamás olvidaré".
El propio Pablo Iglesias reaccionaba esta misma mañana en sus redes sociales a la decisión de su mano derecha de emprender su camino profesional en Argentina: “El Gobierno argentino se lleva a un grande. Me enorgullece que ahora vayas a poder servir a tu patria, defendiendo como siempre la democracia, los derechos humanos y la educación. Gracias por todo amigo, compañero. Aquí tendrás siempre tu casa." A lo que Gentili respondía asegurando que “ No la dejaremos escapar. Gracias Pablo, hermano, amigo. Seguiremos juntos", agregaba.
La relación Iglesias -Gentili se forjó en Buenos Aires
Iglesias lo conoció en un viaje a Buenos Aires en marzo. El lazo de unión fue el Parque de la Memoria, donde departieron sobre las diferencias de la memoria histórica entre los países latinoamericanos y los europeos. Iglesias le propuso ser su jefe de Gabinete, el encargado de relanzarle ante el precipicio en el que el partido se encontraba. A Gentili le sedujo su figura y su «proyección internacional», cercana a los mandatarios de extrema izquierda. El hasta ahora asesor de Iglesias era anteriormente secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y se confiesa públicamente como admirador de Evita Perón. Es autor, además, de 25 libros en el campo de las políticas educativas y los estudios sobre exclusión social en América Latina y el Caribe. La relación entre ambos es buena y fluida, según confiesa parte de su equipo más cercano. La primera conexión entre ambos se debe a su preferencia por tener varios hijos. «Yo tengo cinco», aseguraba el asesor en conversación con este medio, que valoraba el hecho de que Iglesias no sea un «padre artificial». De hecho, en las reuniones, «si se acerca la hora de dormir de sus hijos, Iglesias para la reunión, y eso es impensable que lo haga cualquier otro líder», le reconoce.
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