Defensa

Un polizón a la Antártida (Crónicas desde el Hespérides): “Los 40 rugientes”

Nuestro corazón está especialmente con los camaradas chilenos y sus familiares desaparecido en aguas del mar de Hoces el pasado 9 de diciembre.

La tripulación del Hespérides, recibida por las autoridades en el Puerto de Montevideo
La tripulación del Hespérides, recibida por las autoridades en el Puerto de Montevideolarazon

Casi dos semanas han transcurrido desde que relatábamos nuestro paso por las costas de Brasil. Dos semanas en las que hemos alcanzado nuestro primer hito: la llegada a Montevideo. El pasado miércoles recalábamos en este puerto uruguayo, donde nos recibieron diferentes autoridades civiles y militares.

Tras tres días de estancia en puerto, la dotación ha cargado las pilas para iniciar esta parte final del tránsito de incorporación a la XXV Campaña Antártica del buque, sus bodas de plata antárticas.

Imagen del Hespérides
Imagen del Hespérideslarazon

Hoy navegamos a la altura de Puerto San Julián, donde hace 500 años buscaba refugio de invernada la expedición Magallanes-Elcano. Escasas 400 millas náuticas nos separan de uno de los puertos de entrada que utilizaremos para acceder al continente helado. Y es que en apenas dos días entraremos en el puerto de Punta Arenas, en Chile, para allí recoger al personal científico y militar que abrirá las dos Bases Antárticas Españolas.

El ánimo de la dotación crece a la par que ganamos latitud sur. Lejos quedan los 30 grados de temperatura de hace dos semanas, hecho por el cual las prendas de abrigo son cada vez más visibles por las diferentes cubiertas del barco. En estas semanas, se han sucedido escuelas de supervivencia en ambiente de frío extremo. A bordo del Hespérides contamos con uniformidad especial para la operación en ambiente polar, que se reparte a cada integrante de la dotación en función del puesto que vaya a desempeñar dentro de dos semanas, cuando nos encontremos en las archipiélago de las islas Shetland del Sur.

Imagen de la tripulación del Hespérides
Imagen de la tripulación del Hespérideslarazon

Sin embargo, este aumento gradual de latitud sur no sólo ha traído consigo una bajada de las temperaturas. Las latitudes 40º S son conocidas, entre las gentes de mar, como “los 40 rugientes”, debido al sonido de los fuertes vientos de componente oeste que azotan la superficie del mar en esta zona. Posteriormente, a partir de 50º S, podremos encontrarnos con los famosos “50 aulladores”, vientos venidos del sur derivados de las fuertes borrascas que se crean en las proximidades de la Antártida. Del aullido de estos vientos existen testimonios de la expedición Magallanes-Elcano que datan del año 1520. Por último, y ya en nuestro tránsito a la Península Antártica, podremos encontrarnos con los “60 bramadores”, vientos también venidos del sur y derivados de la alta generación de borrascas que ocurre en la zona antártica. Aunque famosos, nuestra intención no es otra que evitarlos, ya que generan fuertes vendavales que dificultan el cumplimiento de nuestra misión. Para ello, contamos con personal a bordo que monitoriza la meteorología de manera conjunta con un servicio meteorológico ex profeso, situado en España y que se trasladará próximamente a las bases antárticas españolas para la observación y predicción de hielos sobre la superficie del mar.

Imagen del Hespérides atracado en el puerto de Montevideo
Imagen del Hespérides atracado en el puerto de Montevideolarazon

Respecto a los proyectos científicos, hemos incorporado en el puerto de Montevideo a 4 investigadores del Instituto Antártico Uruguayo, que nos acompañan hasta nuestra escala en Punta Arenas y cuyo propósito es monitorizar la actividad de cetáceos en las latitudes comprendidas entre 35º y 50º S, hábitat natural de una gran variedad de ballenas o delfines. Cada mañana, y al alba, vemos cómo estos 4 investigadores se dirigen a su puesto de observación para poder conseguir un número de avistamientos suficiente que ayude a comprender mejor el comportamiento de estos grandes mamíferos marinos.

Nuestro corazón está especialmente con los camaradas chilenos y sus familiares, mientras continúa la búsqueda del C-130 Hércules de la FACH (Fuerza Aérea de Chile), desaparecido en aguas del mar de Hoces el pasado 9 de diciembre.