La investidura de Sánchez

Sánchez apura los plazos para ser presidente el 30 de diciembre

ERC no decidirá su voto hasta que se resuelva la inmunidad de Junqueras mañana, pero los tiempos pueden dilatarse hasta el 26 de diciembre, el día límite para que se convoque un pleno de investidura en 2019

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en Moncloa
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en MoncloalarazonEFE/Emilio Naranjo

Pedro Sánchez lleva 234 días en funciones desde que el pasado 28 de abril se abrieran las urnas para escrutar los votos de las primeras elecciones generales del año. A esta interinidad se suma que desde hace ya una semana, el líder socialista también ostenta oficialmente el rol de candidato, tras encargarle el Rey Felipe VI la formación de Gobierno. La expectativa de Moncloa de lograr la investidura antes de que finalice el año sigue viva e incluso se ha alimentado en los últimos días, ante los «avances» que están registrándose en la negociación del PSOE con ERC. Unos contactos que se mantienen bajo el celo más absoluto y la premisa de no cometer errores. Para muestra, tanto socialistas como republicanos que ya intercambian papeles para cerrar el acuerdo, evitaron ayer comparecer o emitir cualquier nota informativa sobre el desarrollo de la reunión de «intendencia» que mantuvieron en el Congreso, a pesar de que quisieron desligarla de los contactos formales para la investidura que llevan equipos negociadores específicos y que no estaban presentes al completo en la cita. Y es que los republicanos se antojan claves –no ya porque sus 13 diputados estén llamados a desencallar la situación de bloqueo–, sino porque los tiempos de la formación independentista son ya los tiempos de la investidura.

El calendario cuenta con el próximo jueves como hito clave. Mañana el Tribunal de Justicia de la Unión Europea deberá decidir sobre la inmunidad de Oriol Junqueras, un fallo que tendrá un impacto directo sobre los planes de Moncloa, ya que ERC no tomará ninguna decisión hasta que esto se produzca. Si se le concede la inmunidad total al líder republicano y esto tiene una extensión sobre Carles Puigdemont, la eventualidad de que el ex president fugado en Waterloo pueda ser candidato en unas futuras elecciones catalanas complicaría el horizonte electoral de ERC en Cataluña y, por ende, que se presten a facilitar la investidura de Sánchez. Cualquier otro escenario intermedio puede hacer que los acontecimientos se desarrollen a velocidad de vértigo.

No en vano, tanto el Gobierno como el PSOE han acelerado ya notablemente el ritmo. Sánchez llamó ayer a todos los presidentes autonómicos y al de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, en una sola jornada, para proponer una Conferencia de Presidentes como contrapunto al pacto con ERC. Un multilateralismo que evite cualquier suspicacia de bilateralidad con la Generalitat por parte del resto de regiones. Algunos de sus interlocutores asumieron que el pacto con ERC es ya inminente. En otro plano, la portavoz del partido en el Congreso, Adriana Lastra, prácticamente dejará resueltas hoy –a falta de los nacionalistas vascos y canarios– las reuniones con las formaciones políticas con representación en el Congreso que necesita sondear y atraer para la investidura. Un impulso final a la espera de lo que decida Luxemburgo y con la prevención de que pase de largo, también, el 28º Congreso de ERC que se celebrará el próximo sábado en Barcelona. Aunque en este cónclave solo se fijaran los marcos políticos de la formación, una decisión pública sobre su postura ante la investidura enrarecería cualquier debate interno.

Por tanto, si todo sale como espera Moncloa y los apoyos están atados antes de Nochebuena, el lunes 23 se convocaría el pleno de investidura. Si, por el contrario, los republicanos necesitaran aún un cierto margen para sopesar si están dispuestos a facilitar la investidura de Sánchez, la convocatoria del pleno podría postergarse incluso hasta el jueves. El 26 de diciembre es el límite para agendar una investidura en 2019, pues existe la posibilidad de que ésta se convoque con criterio de urgencia, incluso en 24 horas. Así lo apuntan fuentes del Congreso, que recuerdan como en 2016 en la investidura de Mariano Rajoy, el candidato popular recibió el encargo del Rey el día 25 de octubre y el debate de investidura se fijó por la entonces presidenta Ana Pastor para el día siguiente, el 26.

Si nos atenemos a las fechas probables que se barajan, la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, podría fijarlo para el viernes 27 de diciembre. Con estos plazos, ese día se celebraría el discurso del candidato y al día siguiente, el sábado, la primera votación. Dado que se requiere mayoría absoluta para superarla y Sánchez no la tiene, sería 48 horas después, el lunes 30 de diciembre cuando ya sí, con mayoría simple, el líder del PSOE saldría investido con la abstención de ERC.

El hecho de que la primera votación se produzca en sábado no es óbice para que pueda celebrarse el pleno, ya que el Congreso puede habilitar días del fin de semana para llevar a cabo este tipo de sesiones. Con este calendario, Moncloa cumpliría su objetivo se revalidar el poder antes de final de año. El anuncio de la conformación del Gabinete, que prácticamente está cerrada con negociaciones discretas durante estas semanas entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, podría conocerse al filo de las uvas o ya en 2020. Sin embargo, estos son siempre los cálculos más optimistas que manejan en el PSOE, a la espera de que el rompecabezas se vaya resolviendo a su favor y que las piezas encajen sin aristas. Fuentes del partido reconocen, no obstante, que las negociaciones son tan alambicadas que todo puede saltar por los aires en cualquier momento, por lo que la prudencia debe ser total.

Mientras, Sánchez sigue allanado el terreno hacia su investidura y hoy llamará a los agentes sociales, representantes sindicales y empresariales para tranquilizar a aquellos que aún desconfían de la alianza con Podemos y los independentistas. El candidato socialista compartirá con ellos, según fuentes gubernamentales, la necesidad de articular un gobierno cuanto antes para resolver los problemas de los ciudadanos y poner en marcha un nuevo sistema de financiación autonómica. Un deseo que constató ayer de forma «mayoritaria» en su ronda con los presidentes autonómicos.