Carles Puigdemont
La estrategia de Puigdemont aleja su candidatura a las catalanas
Euforia en el entorno del ex president tras la sentencia del TJUE. Dan por muerta la euroorden y confían en que mantendrá la inmunidad: «Si el Supremo pide el suplicatorio, será su Waterloo»
Carles Puigdemont vive sus días más dulces desde que hace más de dos años decidiera poner tierra de por medio y huir a Bruselas para no responder ante la Justicia española por su papel en el proceso independentista. La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha insuflado una considerable dosis de optimismo al ex presidente de la Generalitat, que ya se prepara para el próximo asalto: la euroorden cursada contra él por el juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena, instructor de la causa del «procés», y la más que previsible petición de suplicatorio que deberá cursar el magistrado para que el Parlamento Europeo suspenda su inmunidad.
En fuentes del entorno del ex president no tienen dudas de que el fallo del TJUE catapulta sus opciones de seguir rehuyendo su entrega a España. «La OEDE está muerta», afirman tajantes, convencidos de que el juez belga –que ha convocado una vista el próximo 3 de febrero para abordar la euroorden– «ni la va a tramitar» una vez investido Puigdemont de la ansiada inmunidad. «No habrá que esperar siquiera al 3 de febrero», auguran incluso.
Pero como ya publicó este periódico, el juez Llarena no tiene intención de dejar sin efecto la orden de prisión cursada contra Puigdemont, por lo que será el Parlamento Europeo el que tenga la última palabra respecto a la suspensión de la inmunidad del ex presidente de la Generalitat que deberá instar el magistrado.
Idéntico recorrido aventuran esas mismas fuentes a una futura petición de suplicatorio, para la que el equipo jurídico del líder independentista lleva meses preparándose. «Si el Supremo lo solicita, se llevará la sorpresa de su vida. Ese será su Waterloo», afirman. Y es que Puigdemont está reuniendo un pléyade de juristas «de primerísima fila» especializados en Derecho Comunitario que «ya han sido contactados y contratados» para un proceso que prevén que dure «casi un año».
“No se va a presentar”
El éxito, hasta ahora, de su estrategia jurídica aleja incluso –insisten fuentes de su círculo más cercano– su posible candidatura a unas elecciones catalanas con la presidencia de la Generalitat en el punto de mira, lo que le obligaría a renunciar a su escaño en Bruselas y a la euroinmunidad. «No se va a presentar. No hay debate. Sería dar pasos atrás y echar todo por la borda», aseguran respecto a la posibilidad de que el ex president fuese detenido e ingresara en prisión pese a su inmunidad. «Hasta ahora ha primado, y seguirá primando –advierten–, la estrategia jurídica, que es la que nos ha traído hasta aquí. Está absolutamente descartado y, además, sería una tomadura de pelo al Parlamento Europeo».
De ahí que, por ahora, el ex president no se plantee regresar a España, ni siquiera con inmunidad, con una orden de prisión contra él en vigor. Su círculo más próximo lo tiene claro: «La sentencia está herida de muerte. Se acabará anulando. Pero habrá que esperar a Estrasburgo». El tiempo, confían, corre a su favor.
Puigdemont y el ex conseller Toni Comín, también fugado de la Justicia española, esperan resolver los últimos trámites –una declaración de intereses financieros y de incompatibilidades– el próximo día 6 y estrenarse en el Pleno de la Eurocámara una semana después. El pasado viernes ya escenificaron su victoria –selfie incluido– en la sede del Europarlamento en Bruselas. Nada más notificarse la sentencia del TJUE sobre Junqueras, el equipo jurídico de Puigdemont la remitió a la Cámara y, según aseguran, ese mismo día recibieron tres llamadas desde la oficina del presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, emplazando al ex president y a Comín a personarse en la sede parlamentaria al día siguiente, como finalmente hicieron.
Mientras tanto, el tribunal del juicio del «procés» está a la espera de conocer la posición de la Fiscalía (que ya se ha opuesto a la libertad de Junqueras y reclama que se ejecute su inhabilitación), Abogacía del Estado y la acusación popular que ejerce Vox para pronunciarse sobre el líder de ERC. Tras un exhaustivo análisis del fallo del TJUE, fuentes del Tribunal Supremo lanzan un mensaje de calma. «No se debe confundir lo que dice la sentencia con lo que a algunos les gustaría que dijera la sentencia». Y al tiempo que ciñen el ámbito del fallo a la prisión provisional de Junqueras, y no al objeto del proceso, hacen hincapié en que el propio TJUE deja en manos del Supremo determinar el alcance de sus efectos respecto a la causa del «procés». Toca, subrayan, llevar a cabo un «estudio y análisis desmenuzado».
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