Investidura de Pedro Sánchez

El plan “antitamayazo” del PSOE y Podemos: Convertir la abstención en “síes”

Socialistas y morados ultiman una vía «in extremis» hoy en el hemiciclo ante el fantasma del «tamayazo»

El Congreso de los Diputados será hoy un hervidero. Nervios y tensión asegurada en la bancada socialista hasta que Meritxell Batet no proclame a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno en plenas funciones.

A partir de las 12:45 horas se producirá la votación definitiva que, en principio, alzará a Pedro Sánchez, de nuevo, a La Moncloa y ratificará el primer gobierno de coalición desde la República. Pero los números actuales son tan ajustados (167 «síes» frente a 165 «noes») que cualquier imprevisto o equivocación puede alterar el resultado de la votación y frustrar por tercera la investidura del candidato socialista. El frágil equilibrio de fuerzas que sustenta a Pedro Sánchez desde la moción de censura en 2018 hace que tan solo un voto en contra no previsto pueda poner en peligro y arrebatar a Sánchez el Ejecutivo. Así, desde el domingo las filas socialistas han vivido 48 horas de infarto repasando una y otra vez sus algoritmos numéricos y contemplando vías alternativas para no volver a hacer historia (fallida). Ayer, los diputados evitaban pronunciarse, pero éste era el ambiente que se palpaba el propio domingo en la Carrera de San Jerónimo cuando sus Señorías abandonaban la Cámara Baja tras perder la primera votación.

Si el sábado Pedro Sánchez pedía a sus diputados que durmieran la noche del lunes a martes en Madrid para evitar que cualquier retraso en sus viajes les impidiera llegar a la votación, ayer preparó otro plan de urgencia para ejecutar en el propio Congreso «in extremis». Ante el fantasma de que se cumpla hoy un tamayazo, el PSOE ultimó un «antitamayazo». Un mecanismo de defensión para que sí o sí el Gobierno salga adelante. Socialistas y morados han pactado con sus socios que en el caso de que se produzca alguna ausencia «o traición» de algún diputado que hasta ahora prometía el «sí», ese voto o votos se blinden de otra forma. Es decir que sí falla un voto, alguno de los diputados que votará abstención se pase al «sí». Garantizarse sí o sí la investidura es el plan que recorría ayer en el PSOE y en Unidas Podemos. Aunque se estudia que sea ERC quien «salve» la investidura con un «sí» de alguno de sus diputados, también podría ser Bildu quién facilitase la gobernabilidad. Jon Iñarritu, uno de los cinco diputados del partido abertzale, confirmó ayer en Catalunya Radio que para evitar el fallo él podría cambiar su voto de abstención a sí. «No se puede poner en riesgo que gobierne la extrema derecha, del PP, Cs y Vox», se escudaba.

El Partido Socialista evitaba así cualquier sorpresa desagradable que pueda empedregar el camino de Sánchez al frente de la política española. De hecho, uno de los votos a favor que ayer ponían en duda, a pesar de haber firmado un pacto de investidura, es el del turolense Tomás Guitarte, tras las presiones que denunciaba el propio diputado desde el Hemiciclo que, aseguraba, provenían de su tierra. En Teruel no ha gustado que el voto de 19.696 personas se destine a apoyar a un gobierno del que partidos independentistas puedan ser partícipes.

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