Consejo de Ministros

Así es el manual de convivencia PSOE-Podemos: prohibido criticar a otros ministros y “ponerse medallas” ajenas

Sánchez e Iglesias pactan “lealtad” y “máxima discreción” tras las filtraciones de ministros y firman que, en caso de una crisis de gobierno, se mantendrán las cuotas de poder

PSOE y Unidas Podemos constituirán el Gobierno de coalición la próxima semana. Será entonces cuando se conozcan los nombres de todos los ministros. Para cuando llegue ese momento, ambas formaciones han querido dejar bien claras las normas que deben regir su convivencia. Ayer, sus responsables parlamentarios suscribieron un acuerdo a este respecto, después de que en las últimas horas hayan surgido las primeras fisuras. En Moncloa ha molestado el goteo constante de filtraciones de Unidas Podemos sobre los ministerios y cargos que ocuparán en el Gabinete, sin que –en algunos casos– se hubiera comunicado a los salientes que no continuaban. Preguntada por esta cuestión, la vicepresidenta Carmen Calvo minimizó su importancia –«hay cosas a las que no se les debe dar más trascendencia»– aunque sí lanzó un recado a Podemos: «Hay formas en política que son fondo, no son formas, y conviene no saltárselas».

El documento firmado ayer supone un «protocolo de funcionamiento, coordinación, desarrollo y seguimiento del acuerdo», al que se incorporan las principales «reglas básicas de funcionamiento» de la entente, en las que se subraya que ésta se regirá por «principios de lealtad, cooperación, corresponsabilidad y estabilidad».

Respeto a la Constitución

En línea con esta lealtad, se recuerda que la acción del Gobierno se desarrollará con respeto a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico, pero en particular a lo previsto en el artículo 98 de la Carta Magna y en la Ley del Gobierno. Esta referencia no es baladí pues recoge la subordinación de todos los miembros del Ejecutivo a Sánchez. «El Presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del mismo, sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión», reza el artículo 98.2 de la Constitución. Además de delimitar claramente las atribuciones de cada cual, se exige a Podemos –lo que en Moncloa consideran que no ha existido hasta ahora– «máxima discreción en relación a las negociaciones y acuerdos que se produzcan en el seno del Gobierno y, de manera singular, en la Mesa Permanente y en la Comisión de Seguimiento Parlamentario». Este órgano se constituirá en el mes siguiente a la conformación del Ejecutivo para revisar el funcionamiento de la misma.

Compartir agenda

Tendrán además una estrategia comunicativa conjunta que establece, entre otros puntos, que los «ministros respetarán su ámbito competencial propio y evitarán opinar o dar publicidad a proyectos de otros ministerios antes de ser refrendados por el Consejo de Ministros». Los ministerios, a su vez, «deberán comunicar» los anuncios que se van a realizar con antelación suficiente a la Secretaría de Estado de Comunicación, como órgano encargado de la coordinación de la política informativa».

Mantener las cuotas de poder

El acuerdo contempla incluso los pasos que los dos partidos deben seguir ante una eventual crisis de Ejecutivo: «En caso de reestructuración del Gobierno durante la legislatura, se mantendrá el número de áreas gestionadas por PSOE y Unidas Podemos y su peso relativo en el conjunto del Gobierno». Si el baile de sillones en el Consejo de Ministros supone una «alteración sustancial» del reparto de carteras, «las partes volverán a abordar las cuestiones esenciales que se planteen en relación con dicha reestructuración».

Aunar el sentido del voto

La coordinación entre socialistas y morados concernirá también a la labor parlamentaria de ambos grupos. Los de Sánchez e Iglesias «se comprometen a dar apoyo parlamentario», tanto en la Cámara Baja como en el Senado y en Bruselas, a «la acción de Gobierno y al desarrollo de los acuerdos alcanzados en el programa progresista, debiendo prestar respaldo a cada uno de los ministerios que lo componen». En todo aquello que afecta al programa de gobierno firmado por los líderes de las dos formaciones «actuarán con unidad de criterio y de sentido de voto». Del mismo modo, cuando presenten una proposición de ley, una proposición no de ley o una enmienda «deberán comunicarlo con antelación suficiente al otro socio y se requerirá el acuerdo de ambas partes para su presentación». Esto también afectará a PSOE y Podemos a la hora de votar proposiciones de los partidos de la oposición. Tendrán que acordar el sentido de voto si lo que se ve sometido a debate tiene relación o afecta directamente a algún punto del acuerdo de gobierno. Se creará una Comisión de Seguimiento Parlamentario, con cinco miembros de cada partido.

Sin enmiendas a las cuentas

Los Proyectos de Ley «serán apoyados, defendidos y votados favorablemente por ambos socios». Sobre esta cuestión, los socios del futuro Gobierno van más allá y establecen que las enmiendas a esas leyes, tanto las propias como las que provengan de otros grupos, «serán rechazadas o aceptadas con el consenso de las dos partes. Respecto a la tramitación de los Presupuestos Generales, los socios se comprometen a no presentar enmiendas si no existe un acuerdo previo al respecto.

Unidad en temas de Estado

Su autonomía también se verá recortada en cuestiones que no estén incluidas en el pacto suscrito por Sánchez e Iglesias. Si estas cuestiones tienen «alta repercusión en la escena política o en ámbitos sectoriales de la política estatal, los socios deberán consultar su posición respectiva y buscar que las mismas no sean contradictorias entre sí».Se trata de una referencia de especial importancia dadas las diferencias entre ambos partidos en temas de Estado como Cataluña.