Consejo de Ministros
Sánchez busca mantener el foco con el goteo de ministros
Los socialistas acaparan todo el protagonismo mediático con una estudiada filtración de las carteras y de las comparecencias públicas
No es, ni mucho menos, una táctica novedosa. Pedro Sánchez ya recurrió en 2018 al goteo informativo para el anuncio de su primer Gobierno, tras vencer en la moción de censura a Mariano Rajoy. Nombre a nombre, píldora a píldora, titular a titular se mantiene el pulso informativo, pero –sobre todo– se acapara el foco mediático. Una estrategia que cobra, si cabe, más sentido en el Gobierno con Unidas Podemos. En el PSOE son conscientes de que, pese a la colaboración ejecutiva con los morados, tendrán que competir con ellos por el protagonismo de cara a la opinión pública y por los réditos políticos y –en un futuro– electorales que dé la coalición.
Los socialistas mantuvieron un hermetismo total durante toda la negociación de investidura sobre la eventual configuración del Gobierno , mientras que desde Podemos se deslizaban paulatinamente los nombres que ocuparían su cuota de poder en el Gabinete. «Mientras uno no tiene la garantía de que su investidura saldrá adelante, no debe sentirse presidente y tomar decisiones», explicó Calvo sobre la necesidad de que Sánchez se tomase un «corto plazo» para diseñar el Consejo de Ministros. Y esto, porque un anuncio que se esperaba inminente –al día siguiente de superar la investidura, el miércoles 8– desde el entorno más cercano del presidente se dilató hasta «la próxima semana». Un movimiento para recuperar las riendas, marcar los tiempos y, sobre todo, la impronta del futuro Gabinete. Y, por qué no decirlo, que descolocó a propios y extraños, dejando en evidencia que solo un reducido grupo de personas conoce los planes de Sánchez.
Finalmente este calendario se aceleró, pero con idéntico y férreo control del flujo informativo por parte del entorno presidencial. El jueves 9 comenzaron a filtrarse nombres y a confirmarse los que Podemos había deslizado con anterioridad. La estrategia comunicativa se puso en marcha con la comunicación de la vicepresidencia sorpresa para Teresa Ribera, que asumirá también la cartera de Transición Ecológica y Reto Demográfico. El anuncio, que los morados reconocieron desconocer, se envolvió en la confirmación de las carteras de Podemos (para Irene Montero, Yolanda Díaz, Alberto Garzón y Manuel Castells) y en el titular de que «por primera vez en la historia habría tres mujeres al frente de las vicepresidencias». El descontento era palpable pero finalmente, un día después, Iglesias acabó escribiendo un tuit con el que quería cerrar cualquier polémica: «Será un honor y un privilegio compartir rango con tres mujeres brillantes de las que tengo mucho que aprender. Y frente a los que busquen sembrar la cizaña: compañerismo, trabajo en equipo y buen humor».
Las últimas tres jornadas se han trufado de anuncios: entre quienes continuarán, quienes no lo harán y aquellos que les sustituirán en sus carteras. Mientras los socialistas han acaparado todo el foco, los morados apenas han conseguido colocar dos nombres en los medios: el de Noelia Vera como secretaria de Estado de Igualdad y el de Victoria Rosell para la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.
El calendario está milimétricamente diseñado para mantener el pulso informativo. Hoy Sánchez anunciará desde Moncloa el organigrama de su Ejecutivo sin guardarse ningún as en la manga, tras desvelarse ayer la última cartera por asignar. Será una comparecencia sin preguntas y habrá que esperar hasta el martes para que, tras el primer Consejo de Ministros, en el que se realizan los nombramientos y la tradicional foto de familia, Sánchez se somete a preguntas. Lo hará después de más de un mes de silencio, tras evitar celebrar la rueda de prensa de balance de año a finales de diciembre. Mañana, todos los ministros tomarán posesión de sus cargos y procederán al intercambio de carteras en los respectivos ministerios. El viernes, se espera una nueva reunión del Consejo de Ministros en la que ya se aprueben las primeras medidas de impacto social para la ciudadanía.
Sin fichajes estrella (dos)
El cortafuegos a Podemos no ha sido meramente informativo, también se ha llevado a cabo dentro del Gabinete. Sánchez ha prescindido esta vez de los conocidos como fichajes estrella como en otras ocasiones y que se demostraron de incierto resultado –Màxim Huerta o Pepu Hernández son buen ejemplo de ello– y ha optado por perfiles técnicos, más que políticos, y de su confianza que garanticen la solvencia del equipo. «Sánchez siempre ha sabido rodearse bien», aseguran. A pesar de que se esperaba un fuerte componente político, capaz de eclipsar a los morados, el presidente ha dado la sorpresa y finalmente ha optado por tecnócratas que ejerzan un férreo control sobre sus colegas de Podemos, de los que se ha establecido cierta relación de dependencia. Se ha estudiado, además, a conciencia el pasado de cada uno de ellos para evitar que –como ocurriera en 2018– los primeros días de arranque del Ejecutivo estén marcados por los «trapos sucios» de los nuevos ministros. El objetivo es crear un Gabinete engrasado y coordinado que trabaje con una cohesión tal que evite los roces que necesariamente surgirán en sus engranajes.
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