Gobierno de España
Suspenso al Gobierno: Iglesias e Irene Montero, los peor valorados junto a Castells
El perfil del nuevo Gobierno progresista no entusiasma según la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN. El 71,3% de los españoles cree que hay muchos ministros
El perfil del nuevo Gobierno progresista no entusiasma en líneas generales a la opinión pública. NC Report ha testado las primeras impresiones que deja el Ejecutivo de Sánchez-Iglesias y los encuestados reflejan que hay poca confianza en su estabilidad y en su eficacia. La muestra se tomó entre el 15 y el 17 de enero, justo después del primer Consejo de Ministros y de que Pedro Sánchez compareciese por primera vez en rueda de prensa para informar de las bondades de su equipo.
Pero las palabras de Sánchez no han resultado demasiado tranquilizadoras ya que sólo al 30 por ciento de los encuestados le parece «bien o muy bien» el Gobierno, mientras que más del 62 por ciento se apuntan a la respuesta de «regular o mal/muy mal». Por supuesto, en estas primeras valoraciones cualitativas del nuevo Gabinete quedan perfectamente reflejados los dos bloques de confrontación que marcarán la nueva Legislatura, sin espacio para los trasvases. Los votantes de izquierda aprueban con más generosidad a Sánchez y a Iglesias, frente al suspenso generalizado que suman los votantes del bloque del centro-derecha.
En general, no obstante, hay una fragmentación en las respuestas que refleja que el nuevo Gobierno ofrece pocas seguridades. Circunstancia explicable también en parte en el hecho de que es la primera vez que en democracia se ensaya un Gobierno de coalición. Son mayoría, en un 36,4 por ciento, los que opinan que el nuevo Gobierno no agotará la Legislatura ante un 35 por ciento que confía en lo contrario. Como en la pregunta anterior son los votantes de izquierdas los que tienen mejor visión del nuevo Gabinete y más fe en la larga vida para el pacto Sánchez-Iglesias.
Ahora bien, es significativo que tanto izquierda como derecha coincidan en criticar la sobredimensión de un Gabinete diseñado por Sánchez con el objetivo de encapsular a los dirigentes de Podemos, fragmentando carteras y multiplicando los sillones de ministros para dejar sin competencias a los morados. El 71,3 por ciento cree que hay «demasiados ministros». Y aquí en la izquierda se perciben sensibilidades distintas ya que los votantes socialistas penalizan más que los de Podemos la dimensión del nuevo Consejo de Ministros. Un 60,7 por ciento de socialistas estima que el número de ministros es exagerado. Entre los de Unidas Podemos tienen esa percepción el 42,9 por ciento.
De la misma manera, tampoco la izquierda es unánimemente comprensiva con el polémico nombramiento de Dolores Delgado, ex ministra de Justicia, como nueva fiscal general del Estado. Aquí sube hasta el 51,5 por ciento el porcentaje de los que reconocen «no» aprobar esta designación que ha recibido fuertes críticas de la oposición y de la carrera judicial, por entenderse como un atentado contra el principio de separación de poderes y contra el estatus de autonomía que rige a la Fiscalía.
Los votantes socialistas reprueban la designación en un 19,1 por ciento. Y los de Unidas Podemos hasta en un 20,2 por ciento. Es tan excepcional la decisión de Sánchez que ha desconcertado en las filas de su propio partido donde hay quienes se preguntan si Delgado «sabe algo» que haya forzado esta decisión del jefe del Ejecutivo. Porque si es para controlar el tema catalán sus decisiones están tan viciadas por su perfil político que cualquier otro nombre con un velo de independencia hubiera tenido más margen para actuar que la ex ministra.
Además, en relación a los casos de corrupción que afectan a la oposición, no hay asuntos pendientes que preocupen al equipo de Pablo Casado ni por los que en Génova teman que la «mano» de Delgado pueda perjudicarles. Son casos que vienen del pasado como Kitchen o los «papeles de Bárcenas», y que «ya no tocan ni siquiera tangencialmente al nuevo PP», según la lectura que hacen en Génova.
Por cierto, ninguno de los nuevos ministros supera el aprobado, si bien los peor valorados son Pablo Iglesias, Irene Montero y Manuel Castells, el nuevo responsable de Universidades y al que se sitúa en el Gobierno dentro de la cuota de la Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. De la representación de Unidas Podemos en el Gobierno, el que tiene mejor nota es Alberto Garzón, coordinador de IU y ministro de Consumo, mientras que la delegación morada se queda abajo del todo en la escala de puntuaciones.
Este Gobierno tiene entre sus principales retos el problema catalán y corregir la desaceleración económica. Y de la misma manera que no generan confianza sus ministros, a Podemos también se le ve como un problema para lograr corregir los desequilibrios económicos. Un 44,2 por ciento cree que la incorporación de Podemos al Gobierno acabará perjudicando a la economía. La derecha lo opina mayoritariamente, en porcentajes superiores al 80 por ciento. Y en la izquierda desconfían de las políticas de la formación morada más del 16 por ciento.
Los votantes del PSOE son más favorables al pacto con Podemos que al acuerdo con ERC. Este último lo reprueban un 54,7 por ciento de los encuestados. Y dentro de los votantes socialistas, más del 31 por ciento. Entre los votantes de la derecha lo desaprueban prácticamente el cien por cien de quienes optaron por PP, Ciudadanos y Vox en las últimas elecciones.
El rechazo a las decisiones adoptadas hasta ahora por el Gobierno progresista en relación a Cataluña es bastante mayoritario. Por ejemplo, también más del 57 por ciento se opone a que Sánchez se siente a negociar con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, inhabilitado por la Justicia y legitimado políticamente por Moncloa por la necesidad de que participe de la «mesa» de negociación bilateral exigida por ERC como condición para la investidura. De esta «mesa» depende la aprobación de los próximos Presupuestos, y de éstos la duración de la nueva Legislatura.
Torra genera un amplio rechazo entre el conjunto del electorado. Mayor en la derecha, pero también sustancial en la izquierda. Los votantes socialistas rechazan que se le reconozca como interlocutor en un 47,5 por ciento. Y de los de Podemos, el 13,1 por ciento, dato que confirma que la formación morada se siente más cómoda que el PSOE con la salida que ha impuesto el partido independentista para facilitar el Gobierno «del progreso».
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