La número dos de Maduro será la interlocutora de Iglesias en la ONU

Cuando el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, acudió en la madrugada del pasado lunes al aeropuerto de Barajas, lo hizo, según el presidente Sánchez, para evitar una crisis diplomática. Si la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, hubiera pisado suelo español, la Policía Nacional la hubiera detenido al pesar sobre ella sanciones de la Unión Europea por violación en materia de Derechos Humanos.

Esta condena de Bruselas, sin embargo, no es obstáculo para que Rodríguez sea la encargada dentro del Ejecutivo de Nicolás Mauro de gestionar las competencias de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Un proyecto de la ONU con 17 objetivos y 169 metas que abarcan temas ambientales, de bienestar, económicos y sociales, y, en cuyo centro, se encuentra también la defensa de los Derechos Humanos. Se da la circunstancia de que en el Gobierno de Pedro Sánchez es el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, el ministro que tiene adscrita a su cartera la Agenda 2030, articulada como una de las dos secretarías de Estado de este departamento. Ello implica que Delcy Rodríguez será la interlocutora venezolana del Ejecutivo español al abordar los acuerdos de la Organización de las Naciones Unidas en estas materias.

Delcy Rodríguez asumió esta responsabilidad al ser nombrada vicepresidenta Ejecutiva del Gobierno de Maduro. Es, en la práctica, la número dos del régimen. Tal y como señalan en su web oficial, Venezuela cuenta con un órgano de alto nivel denominado Consejo de Vicepresidentes que está encabezado por el Vicepresidente Ejecutivo de la República e incluye a los seis Vicepresidentes Sectoriales. Ese Consejo es desde el que controla Delcy Rodríguez el Órgano coordinador de la Agenda 2030 en Venezuela.

Esta abogada que se incorporó al Gobierno de Hugo Chávez desde el Despacho de la Presidencia, no ha evitado, en estos años, entrar en confrontación directa con España: «Ocúpese de la crisis de gobernabilidad en su país y del desastre social en el que ha sumido a España en precariedad antes de opinar sobre lo que no sabe. El gobierno del Reino de España ha extralimitado el debido respeto a la República Bolivariana de Venezuela, su gobierno y su pueblo», le increpó en 2016 al ex presidente Mariano Rajoy. Aunque en sus ataques ha trascendido los límites de los partidos políticos: «El Reino de España ignora su propia historia y desconoce la lección como imperio que fue derrotado hace más de 200 años por nuestros Libertadores», aseguró en otro de sus tuits. No ha ocultado en este tiempo su sintonía con algunos partidos políticos españoles como el PCE, Sortu o Podemos. En su diana, ha situado asimismo a los exiliados venezolanos que residen en nuestro país: «Indigna ver a gente que ha nacido en Venezuela, hablar mal de su país por unos cuantos euros del Partido Popular de España».