Cataluña

Torra plantea echar del Govern a los consejeros de ERC y convoca una declaración institucional por sorpresa

Desde el partido le instan a pasar a la acción y sustituirles por fieles a Puigdemont para encarar con más garantías un posible adelanto electoral

Torra saluda a Oriol Junqueras, quien abandonó la prisión para acudir a la comisión de investigación en el Parlament / MIQUEL GONZÁLEZ
Torra saluda a Oriol Junqueras, quien abandonó la prisión para acudir a la comisión de investigación en el Parlament / MIQUEL GONZÁLEZlarazonMiquel González/ Shooting

Joaquim Torra está deshojando la margarita. Tras el pleno del lunes, el presidente de la Generalitat volvió a sopesar la convocatoria de elecciones. Sus relaciones con ERC están bajo mínimos. La imagen de su vicepresidente, Pere Aragonés, sentado a su lado sin aplaudir mientras los diputados de Junts per Catalunya estaban ovacionándole puestos en pie, es una foto que dibuja muy bien el estado de las relaciones entre los socios. Los pasillos del Parlament son también testigos mudos del «mal rollo» entre partidarios de Puigdemont y republicanos. Al final, Torra volvió a paralizar la convocatoria electoral. Igual que cuando la Junta Electoral Central realizó el primer dictamen que le dejaba sin acta de diputado. La razón, en ambas ocasiones, fue la misma. Carles Puigdemont le recomendó, le pidió, que esperara unas semanas. Junts per Catalunya no está en condiciones. No tiene candidato, Puigdemont no quiere serlo, y ERC está marcando la agenda política.

Hoy se reúne el Govern y la tensión se podrá cortar con un cuchillo. Sobre la mesa, el proyecto de presupuestos que presentará el líder de ERC, y vicepresidente del Ejecutivo. Un proyecto de presupuestos que se puede aprobar sin mayores contratiempos por el acuerdo alcanzado por Aragonés con los Comunes, pero que no cuenta con entusiasmo en las filas de Junts per Catalunya, muy contrarios a las propuestas fiscales que allí figuran. De hecho, Joaquim Torra amagó, también en este punto, con romper el acuerdo. El día de la presentación, el lunes de la pasada semana, del acuerdo entre ERC y Comunes, Torra exigió una foto con su vicepresidente a las 9 de la mañana en el Palau de la Generalitat para transmitir la sensación de que el presidente de la Generalitat estaba al cabo de la calle de lo acordado. Lo cierto es que la situación fue tan tirante que Torra amenazó con no hacerse la foto.

En este escenario de recelos y enfrentamientos, llegó el pleno del Parlament del pasado lunes. El resultado final, al margen del espectáculo que se vivió en directo, es que Torra fue abandonado por ERC, a juicio del propio Torra y de Junts per Catalunya. En una palabra, los republicanos son unos traidores, unos «botiflers», que están sacrificando la «sacrosanta» independencia por la consolidación de la autonomía, pactando con el PSOE la gobernabilidad de España y abandonando a su suerte a los exiliados y al presidente de la Generalitat. Con este análisis, surgen voces en Junts per Catalunya que reclaman contundencia contra los republicanos para recuperar la iniciativa y formatear un relato en el que ERC sea la culpable de la convocatoria electoral y la pérdida de la unidad independentista.

La ausencia de un candidato de consenso en el seno de Junts per Catalunya fuerza a Torra a no dar el paso de convocatoria electoral. Algunos de los sectores de su partido consideran que no es suficiente buscar «poner en evidencia a ERC en los plenos», donde se reproducirán los enfrentamientos que ayer fueron manifiestos. La próxima semana se vuelve a reunir el pleno del Parlament y JxC intentará de nuevo forzar las decisiones de la Mesa de no permitir a Torra ejercer el voto porque ya no es diputado, bajo la amenaza de bloquear la institución.

La sustituta del president renuncia al escaño

Maria Senserrich, a quien la Junta Electoral Provincial de Barcelona acordó expedir la credencial de diputada del Parlament en sustitución de Quim Torra, ha decidido renunciar al escaño y ha propuesto al resto de miembros de la lista de JxCat que hagan lo mismo.

Estos sectores consideran que esta situación no viene mal a ERC porque la degradación aboca a una convocatoria electoral. Por eso, piden a Torra pasar a la acción y le han transmitido una idea: que el presidente de la Generalitat cese a todos los consejeros de ERC sustituyéndolos por fieles a Puigdemont para encarar con más garantías un proceso electoral. Estas mismas fuentes apuntan que una vez cesados, Torra podría presentar los presupuestos en el Parlament para iniciar el trámite.

Si ERC «vota en contra de sus propios presupuestos y hace caer al Gobierno» se consolidaría el argumento de que ERC es la culpable del fracaso de esta legislatura y la responsable de la caída de un gobierno independentista. Fuentes de ERC apuntan que la posibilidad del cese masivo de sus consejeros «es real», y son conscientes de la situación. «Si se presentan los presupuestos que nosotros hemos cerrado con los Comunes, votaremos a favor de su tramitación».

La sentencia del Supremo que aparte definitivamente a Torra no tiene fecha. La tramitación presupuestaria puede durar tres meses y «en este tiempo puede pasar de todo». Algunos sectores de JxC consideran que el cese de los consejeros de ERC no debería implicar el trámite de presupuestos «porque no son los nuestros y tampoco se entendería que ahora se aprobaran para que los gestionaran otros», en clara referencia a un nuevo gobierno encabezado por los republicanos tras unas elecciones.

Torra sigue deshojando su margarita electoral. Algunas fuentes, incluso, apuntan que podría cesar a los consejeros de ERC acusándolos de deslealtad y acto seguido convocar elecciones, sin esperar ningún trámite parlamentario. De hecho, ayer mismo, fuentes consultadas por LA RAZÓN no descartaban esta posibilidad, aunque la confirmación de la reunión del día 6 con Pedro Sánchez podría alejar esta posibilidad. Otros, ante esta situación preguntan: «¿Te imaginas una reunión de los dos presidentes con ERC fuera del gobierno?».