España
Feijóo se resiste a la suma con Cs
Arrimadas lanza una oferta global de acción conjunta. Incluye Cataluña, Galicia y País Vasco. Génova lo ve una base para negociar El PP gallego rechaza renunciar a sus siglas, pero ofrece a Cs integrarse en ellas
La operación unión del voto del PP y Ciudadanos (Cs) empieza a moverse. Los dos partidos juegan tácticamente, pero es la primera vez desde que la formación naranja irrumpió en la escena política que el debate se coloca en serio encima de la mesa. Ayer la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, confirmó la información adelantada por LA RAZÓN, su decisión estratégica de plantear al PP una alianza en Cataluña, País Vasco y Galicia, las tres comunidades en las que habrá elecciones este año.
Arrimadas acepta debatir sobre la opción de Cataluña Suma, que permitiría al PP sobrevivir a un negro escenario en el que en las últimas elecciones generales sólo consiguió un diputado por Barcelona. Después de que en las últimas autonómicas redujese su representación en el Parlamento catalán a los cuatro diputados. Pero al mismo tiempo Arrimadas también pretende reducir los daños de la caída de voto de su partido en las nuevas elecciones anunciadas por Quim Torra, después de haber sido el partido más votado en 2017. En Ciudadanos creen que es posible que el PP no les sume en Cataluña, pero esperan que tampoco les reste. Y los dos partidos comparten el objetivo de ganar a Vox.
Ahora bien, Arrimadas ha jugado sus cartas y plantea al PP una oferta más global, que no sólo sirva para arreglarle a los populares sus problemas en Cataluña, cuando, por otro lado, Cs también los tiene en otras comunidades como el País Vasco, donde el PP no atraviesa tampoco una situación óptima, o en el feudo popular de Galicia.
Génova recibió con palmas la propuesta de Arrimadas, aunque no haya tanto entusiasmo fuera de la dirección nacional. Señaló que el anuncio, pendiente de ser ratificado por la nueva direccióno naranja, es «una buena base sobre la que seguir avanzando en el proyecto de suma que siempre ha planteado Pablo Casado». «Porque cuando el centro derecha acude dividido, ganan Sánchez, los radicales y la izquierda. Por eso Casado siempre ha trabajado por el diálogo y el pacto entre constitucionalistas». También resaltaron que desde el PP siempre han defendido la necesidad de que el centro derecha una sus fuerzas allí donde es necesario, donde el constitucionalismo está en peligro como Cataluña y el País Vasco. Ya lo hicieron en Navarra. De la ecuación dejan fuera Galicia, que si incluye la formación naranja, porque allí su líder, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, lo que plantea es que su partido y sus siglas están abiertas a integrar a los votantes y a los dirigentes de Ciudadanos, pero sin operaciones Galicia Suma, sin perder su identidad ni sus siglas, que son las que hasta ahora les han otorgado mayorías absolutas y gobiernos consecutivos. Se espera que Feijóo confirme que repite como candidato a la Xunta en las próximas semanas, antes de que termine el primer trimestre del año. Génova validó los límites que marca Feijóo al señalar que «en Galicia el centro derecha no va fragmentado a las urnas porque el PP siempre ha sido la suma con la que aglutinar a todos».
De momento el proceso ha echado a andar y cada parte tiene que medir sus riesgos y hasta dónde puede llegar sin perder su identidad. Es evidente que Cataluña es para Ciudadanos una plaza fundamental, la única en la que parte de una posición de ventaja con respecto al PP, y esto es clave después de que los malos resultados en las últimas elecciones generales les hayan colocado a la sombra del PP y bajo la presión de que se sobreentienda que en los siguientes comicios puede producirse el asalto definitivo de los populares a su electorado. Sí está claro de inicio que el debate sobre la unidad de acción en Cataluña no se limitará en ningún caso a valorar quién encabeza la lista y cómo se reparten los puestos.
La líder de Ciudadanos formalizó ayer su propuesta para estudiar una política de acuerdos «transversales» en Cataluña, el País Vasco y Galicia, y ésta es además la carta con la que se presentará al Congreso en el que Cs tiene que decidir el futuro de su dirección y de su posición programática. Los críticos, liderados por el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, abrieron también ya ayer su protesta contra el «cambio de estrategia» de Arrimadas. La sucesora de Rivera ha convocado una reunión extraordinaria para debatir y decidir sobre los posibles acuerdos transversales con constitucionalistas en los tres territorios, sin descartar buscar también acuerdos con el PSOE, y dejando siempre fuera a Vox. «Habrá que concretar la fórmula, pero queremos aunar esfuerzos en un momento desesperante para muchas personas que están bajo el yugo nacionalista. Me encantaría que el señor Iceta rectificara, no pierdo la esperanza, pero sabemos, más o menos, dónde está ubicado actualmente, señaló en una rueda de prensa en el Congreso.
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