Política
Indigno despropósito
Suele decirse que «una imagen vale más que mil palabras», y lo comprobamos en la apertura oficial de la Legislatura. Las contundentes escenas televisadas evidenciaron la enorme contradicción que supone iniciar los trabajos parlamentarios con un Gobierno constituido con el apoyo de partidos que no respetan el marco constitucional, hasta el punto de tener a sus dirigentes en prisión o fugados por delitos cometidos en su contra.
Podemos –con un vicepresidente y cuatro carteras– permite, o decide, que algunos de sus diputados no asistan al acto y expresen rechazo público al Jefe del Estado, al igual que uno de sus representantes en la Mesa, que incluso se jacta abiertamente de ello.
El resto de apoyos, encabezados por ERC, han llevado su protesta al límite. Una cosa es la libertad de expresión, y otra la más elemental falta de educación y respeto a la Constitución.
Es urgente establecer en el Reglamento del Congreso una fórmula concreta y precisa de acatamiento de la Constitución para acabar con la farsa en la que se ha convertido la toma de posesión del escaño, y evitar que adquiera la condición de parlamentario quien no la cumpla.
Y, desde luego, hay que reformar la Ley Electoral para evitar los espectáculos de condenados o prófugos de la justicia que resultan electos en las instituciones que ellos mismos han ultrajado con sus actos. Pero lo más grave e indigno, es que esos diputados decidan quién gobierna España.
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