Audiencia Nacional

Pineda niega que extorsionara a bancos y a la Infanta Cristina

El ex presidente de Ausbanc rechazó que fuese una organización para chantajear Denunció una campaña «brutal» por el BBVA

Ni organización criminal, ni extorsión a bancos y empresas y menos todavía a la Infanta Cristina en el «caso Nóos». Esa fue la línea de defensa seguida por ex presidente de Ausbanc, Luis Pineda, en su declaración de ayer en la Audiencia Nacional, para quien el fiscal pide un total de 118 años de cárcel al considerarle presunto dirigente de una red de extorsión a entidades financieras y empresas que utilizó a Manos Limpias para esos fines. Entre otras actuaciones delictivas se acusa a los presuntos líderes de esta trama de tratar de negociar la retirada de la acusación contra la infanta Cristina en el «caso Nóos», en el que se personó Manos Limpias, a cambio de un acuerdo de entre dos y tres millones de euros presionando al entorno de su defensa y a la Fundación La Caixa, donde ella trabajaba.

En todo caso, exculpó de cualquier responsabilidad al resto de acusados: «El responsable último de todo lo que pasa soy yo, a estas personas se les ha destrozado la vida, soy yo el responsable».

En su declaración, Luis Pineda aseguró a la Sala que Ausbanc, en contra de lo sostenido por las acusaciones, era una asociación de usuarios «abierta, no política» ni «sectaria» y que, pese a las tesis acusatorias, en ningún momento extorsionó a ninguna entidad financiera. De hecho, aseguró que nunca han pretendido «destruir a los bancos», sino que, por el contrario, «somos fans» de ellos y que lo único que buscaban era «que funcionaran bien». Ausbanc, incidió al respecto, «no quiere destruir a los bancos, sino mejorar sus servicios». «Manteníamos la misma distancia con todos los bancos y unos lo entendían y otros no», añadió.

En cuanto a la forma de financiación, Pineda señaló que más de la mitad de los ingresos procedía de la prestación de servicios jurídicos y el resto de la publicidad que se insertaba en sus publicaciones –algunas de ellas dijo que triplicaba en difusión a los periódicos económicos– y de las aportaciones de los socios. De hecho, aseguró que incluso decidieron no recurrir a subvenciones públicas porque eran «retorcidas» y porque Ausbanc tenía una «vocación de libertad e independencia».

Sobre su relación y de la asociación que dirigía con el BBVA, señaló que esta entidad fue la primera que insertó publicidad en sus revistas. Sin embargo, en 2007 se le informó de que dejarían de hacerlo porque le estaban «molestando mucho». De hecho, aseguró que le pidieron que dejara de poner «reclamaciones» contra el banco y le avisaron para que cambiase, momento a partir del cual esa entidad empezó una campaña «brutal» contra él y contra Ausbanc, pero sin que ello supusiese emprender ninguna campaña de extorsión contra el banco citado.

En cuanto al «caso Nóos», negó tajantemente que utilizase a Manos Limpias, cuyo dirigente, Miguel Bernard, se enfrenta a casi 25 años de cárcel, para extorsionar de ninguna forma a la Infanta Cristina, tal como apunta el fiscal en su escrito de acusación. Reconoció que conocía a la abogada de ese colectivo, la también imputada Virgina López Negrete, pero rechazó de forma tajante que hubiese tenido ninguna relación con la actuación que llevó a cabo Manos Limpias en el «caso Nóos».