Política
Ciutat morta
Como al parecer el presidente Sánchez no se acuerda de lo que afirmaba cuando era el «ciudadano Sánchez», ya que debe su continuidad en el Gobierno e incluso en la política activa, a los separatistas catalanes de ERC y a los comunes podemitas, creo oportuno recordarle alguna de las acciones protagonizadas por sus ahora entusiastas socios.
Sobre Puigdemont y Torra no es preciso insistir, aunque la Audiencia Nacional nos ha recordado quién es su actual abogado Gonzalo Boye: condenado en 1996 a 14 años por el secuestro del empresario Emiliano Revilla, asumió junto a Jaume Asens –ahora diputado portavoz de Colau y estrecho socio de Sánchez– la defensa de Rodrigo Lanza, que recientemente ocupó titulares por su autoría del «crimen de los tirantes» en Zaragoza, aunque ya era un viejo conocido en Barcelona por sus antecedentes.
Hace 14 años ya fue condenado por la grave lesión al guardia urbano Juan Salas mientras estaba en acto de servicio durante el desalojo de una fiesta ilegal organizada por okupas, que le ha dejado en estado prácticamente vegetativo desde entonces.
Lo significativo es que los antistemas del momento, con Boye, Asens, el Síndic de Greuges Ribó, Colau y la colaboración estelar de TV3 con su documental «Ciutat Morta» –premiado por el Ayuntamiento de Barcelona–, apoyaron sin fisuras al reincidente Lanza, y olvidaron a la víctima. Hoy Salas sobrevive en su silla de ruedas acompañado del cariño de su mujer y sus cuatro hijos.
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