José Luis Ábalos

El “Delcygate” capitaliza la primera sesión de control al Gobierno

Hasta seis preguntas y una interpelación urgente tendrán que responder Ábalos y otros miembros del Ejecutivo como Sánchez, Montero o Marlaska el miércoles en el Congreso

Vuelve la sesión de control al Gobierno al Congreso de los Diputados. Lo hace tras cinco meses de vacío desde que se preguntara por última vez in voce al Ejecutivo y casi un año después de que un presidente con plenas funciones respondiera a la oposición desde su escaño. El escenario ha cambiado considerablemente. Pablo Iglesias se estrena como vicepresidente: pasará de interpelador a interpelado y los socios independentistas de ERC renunciarán a sus tradicionales demandas secesionistas para centrarse en temas menos incómodos para el Ejecutivo como son el freno al fascismo o la situación del sector frutícola. Pero el quebradero de cabeza del Gobierno seguirá siendo una semana más el «Delcygate». El culebrón del encuentro entre el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, con la «número dos» de Nicolás Maduro sigue vivo dos semanas después, con un goteo de informaciones que dejan en evidencia las múltiples versiones ofrecidas por el que fuera titular de Fomento.

El frente de la oposición representado por PP, Vox y Ciudadanos no está dispuesto a soltar esta pieza y centrará el grueso de sus ataques en este asunto. Hasta seis preguntas y una interpelación urgente versarán sobre el polémico encuentro en Barajas. Por supuesto, las tres cuestiones que tendrá que responder Ábalos. De Edmundo Val (Ciudadanos): «¿puede explicar las distintas versiones que ha dado de su encuentro con Delcy Rodríguez?» De la diputada popular Belén Hoyo sobre las «implicaciones democráticas» de la polémica frase pronunciada en un acto de partido por el secretario de Organización del PSOE «yo he venido para quedarme y no me echa nadie» y de la también popular María Valentina Martínez Ferro sobre si de «todas las versiones que ha ofrecido […] hay alguna verdadera».

Pero no será solo el ministro quien tenga que responder, también tendrán que hacerlo Pedro Sánchez, interpelado por Santiago Abascal («¿se reunió el Ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto Madrid–Barajas Adolfo Suárez y fuera del avión por instrucciones expresas del presidente del Gobierno?»); la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para valorar «la transparencia informativa del Gobierno en el affaire de Delcy Rodríguez» e incluso el del Interior, Fernando Grande Marlaska, por las mismas «implicaciones democráticas» de la citada afirmación «yo he venido para quedarme y no me echa nadie». Además de esta batería de cuestiones, el PP también liderará una interpelación urgente para que Ábalos «explique los motivos que le llevaron a mantener una reunión con Delcy Rodríguez, los compromisos que fueron adquiridos en nombre del Gobierno de España con el régimen de Nicolás Maduro y la incidencia de dichos compromisos en las relaciones de España con Venezuela, con la Unión Europea y con nuestros aliados».

Podemos se estrena

Los diputados de Unidas Podemos con presencia en el Gobierno se estrenan. Es el caso de Pablo Iglesias, que ejercerá como vicepresidente, a preguntas del PP que le confiere este rol, en detrimento de Carmen Calvo para la que no hay preguntas registradas. El rifirrafe será con Teodoro García Egea que le interpelará por su área la Agenda 2030. La pregunta «florero» es para Irene Montero que, buscando su lucimiento personal, será preguntada por una compañera de Podemos sobre sus planes para «proteger la libertad sexual de las mujeres». Habitualmente el partido del Gobierno suele declinar usar su cupo de preguntas para evitar cuestiones que no buscan el control.

Tampoco los socios de ERC harán «sangre» con interpelaciones sobre Cataluña, en plenas negociaciones sobre la puesta en marcha de la mesa de diálogo. Si bien Junts per Catalunya si plantea la derogación del real decreto contra la república digital catalana, los republicanos prefieren centrar sus intervenciones en cuestiones más profanas como el freno al auge del fascismo o la situación del sector frutícola. Desde Bildu preguntarán por «Billy el Niño» a Marlaska.