Ejército de Tierra
Así es el NH90, el helicóptero “multiusos” que este año llegará al Ejército del Aire
Tierra ya cuenta con una docena de unidades de esta aeronave, que también espera la Armada en su versión naval
El Ejército del Aire cuenta las semanas para comenzar las operaciones con uno de los helicópteros de transporte más moderno del mundo, el NH90, un modelo del que el Ejército de Tierra ya ha recibido una docena de unidades y que, en un futuro no muy lejano, actuará también desde las cubiertas de los buques y fragatas de la Armada española.
Los nuevos helicópteros del Fuerza Aérea operarán desde la base aérea de Cuatro Vientos en Madrid. Aquí, se trabaja a contrarreloj para que todo esté listo ante la llegada del primer aparato el próximo mes de julio. Las instalaciones madrileñas acogerán un moderno complejo que incluye un hangar con capacidad para albergar hasta ocho helicópteros, más un simulador, y un edificio para el personal responsable de las operaciones. El Ministerio de Defensa ha invertido en este proyecto, que también implica modificar y ampliar parte de la pista de la base, unos 20 millones de euros.
Mientras avanza la construcción de los nuevos edificios, los primeros pilotos del Ejército del Aire, un comandante y tres capitanes, ya están preparados para ponerse a los mandos de la aeronave, después de completar a finales del año pasado el curso de formación.
45 helicópteros contratados
Este es uno de los programas especiales de armamento del Ministerio de Defensa sobre el que más impacto tuvo la crisis económica. En un primer momento, España mostró su intención de comprar 104 helicópteros NH90, sin embargo, los recortes presupuestarios dejaron el primer pedido firmado en 2013 en tan solo 22 unidades. Hace apenas un año, a finales de 2018, el ministerio cerró un segundo contrato con Airbus Helicopters para la adquisición de otros 23 helicópteros de este modelo. En total, 45 aeronaves por 2.641 millones de euros, menos de la mitad de las previstas al principio, repartidas de la siguiente manera entre las Fuerzas Armadas españolas: 26 para Tierra, 12 para Aire y siete para la Armada.
El NH90 está diseñado y fabricado por el consorcio europeo NHI Industries, formado por las compañías Airbus Helicopters y Leonardo. Al igual que pasó con el helicóptero de ataque Tigre, España apostó en su momento por un producto europeo. El Ejército de Tierra recibió en diciembre de 2014 la primera unidad de las 12 que ya están en servicio en la base riojana de Agoncillo de la Fuerzas Aeromóviles (Famet). En esta base, ha sido instalado además un moderno simulador diseñado por la empresa española Indra.
Después de seis años de adaptación a este nuevo helicóptero, las Famet preparan el siguiente paso, el salto a las operaciones españolas en el exterior. El escenario elegido ha sido Irak. El despliegue en esta misión está previsto para este mismo año, con el objetivo de sustituir a los helicópteros Chinook que regresarán para afrontar un largo proceso de modernización por parte de la compañía fabricante, Boeing, en Estados Unidos.
Mientras, entre este año y el que viene, España completará su primer lote de NH90 de 22 aparatos. El calendario del programa establece que el Ejército del Aire recibirá seis helicópteros de este modelo, las Famet sumarán otros tres y la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) se quedará con el prototipo.
Estos diez nuevos helicópteros incorporarán algunas mejoras respecto a los que ya están en servicio. Entre las novedades destaca una nueva cámara con visión infrarroja Wescam de la empresa canadiense L3, comunicaciones vía satélite a través de la constelación Iridium y la posibilidad de instalar un afuste ligero para una ametralladora Mag 58 de 7,62 mm. También contarán con una grúa de rescate de doble gancho para afrontar con éxito uno de los principales cometidos de estos helicópteros en el Ejército del Aire, las misiones marítimas de búsqueda y rescate (SAR, por sus siglas en inglés).
De forma paralela, el Ministerio de Defensa está trabajando en un modelo adaptado a los requisitos de la Armada española. Las operaciones sobre la mar poco o nada tienen que ver con las de tierra firme y los helicópteros necesitan incorporar con modificaciones para garantizar el éxito de la misión. Dos serán las principales novedades que incorporará: un tren de aterrizaje más resistente, que soportará las exigentes tomas en las cubiertas de los buques, y sistema automático de plegado de las palas.
De cinco helicópteros a uno solo
El gran objetivo de este programa es ahorrar costes dentro de las Fuerzas Armadas españolas, institución en la que nunca sobran los dineros. Al revés, casi siempre adolecen de falta de presupuesto. Los Ejércitos y la Armada pasarán de cinco modelos de helicópteros de transporte táctico a una sola familia con dos versiones. El Ejército de Tierra y la Fuerza Aérea reemplazarán en los próximos años sus flotas Super Puma y Cougar por la versión del NH90 denominada GSPA (Ground Spain Army), diseñada para llevar a cabo misiones de transporte táctico de tropas, operaciones especiales, evacuación sanitaria y hasta búsqueda y rescate (SAR). En el caso de Tierra, el NH90 también sustituirá a los AB-212 todavía operativos en Canarias.
Por su parte, la Armada contará con la versión bautizada como MSPT que sustituirá de forma progresiva a sus veteranos Sea King, SH60 y AB-212, modelos algunos con más de cuatro décadas de servicio en la Flotilla de Aeronaves. Esta versión podrá desempeñar las mismas misiones que la configuración de Tierra y Aire, y, además, estará especialmente pensada para llevar a cabo operaciones de apoyo a la proyección de fuerzas desde la mar, pudiendo transportar hasta 20 soldados totalmente equipados o un vehículo ligero. La previsión es que el prototipo sea una realidad en 2022 y, un año después, la Armada ya cuente con la primera unidad en servicio.
El helicóptero NH90 es además el primer programa de adquisiciones en el que el Ministerio de Defensa apuesta por un mantenimiento centralizado. Una experiencia piloto, puesto que hasta ahora cada fuerza lleva a cabo o encarga la reparación del material que tiene en su inventario por separado. Además, el ministerio calcula que el entrenamiento en los simuladores permitirá reducir entre un 30 y un 40 por ciento las horas de vuelo reales dedicadas cada año al adiestramiento de los pilotos. Todo sea en pro de una mayor eficiencia.
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