El desafío independentista
Órdago a Sánchez: UGT pedirá en marzo el indulto para Bassa
La medida de gracia a la condenada por el «procés» forzará al Gobierno a retratarse, mientras trabaja en la reforma para rebajar la sedición
La situación de los presos y los fugados del «procés» estuvo sobre la mesa de diálogo que el pasado miércoles reunió en Moncloa a las delegaciones de Gobierno y Generalitat. Al contrario de lo que cabría esperar fue el Ejecutivo de Pedro Sánchez quien introdujo la cuestión, intentando vincular una mejora de las condiciones de los encarcelados y fugados a la resolución del «conflicto político». Se trató de un mero sondeo, quizá de esas «fórmulas imaginativas», a las que hace referencia Moncloa, pero sobre la mesa de su próxima cita, en apenas unas semanas, habrá una casuística mucho más concreta: la del indulto de Dolors Bassa, cuya presentación es inminente.
Según ha podido saber LA RAZÓN los comités nacionales de los sindicatos UGT y CC OO en Cataluña ya han aprobado ponerlo en marcha. Se prevé que sea en este mismo mes de marzo. Tal como adelantó este diario, UGT estaba ultimando la petición para que la que fuera consejera de Trabajo de la Generalitat y condenada a doce años de prisión por el «procés» pudiera obtener la libertad. «Estamos trabajando en ello», aseguró el secretario general del sindicato, Camil Ros, que no considera que el indulto sea una suerte de «rendición», sino una manera de solventar desde circunstancias individuales el problema «global» de los presos.
Esta presentación abre un nuevo frente para el Gobierno que tendrá que estudiar si concede o no la medida de gracia, en plenas negociaciones con la Generalitat. Desde Moncloa no quieren adelantar acontecimientos y se emplazan a la presentación y posterior valoración para tomar una decisión. Dentro del PSOE, sin embargo, hay quienes creen que la vía a explorar para la resolución de la controversia de los presos es la reforma del Código Penal. Ésta contaría con el aval del conjunto del Congreso de los Diputados, y no se percibiría como una medida discrecional del Gobierno. Además, sería de aplicación para todos los supuestos recogidos en el tipo delictivo y no «a la carta» para los líderes soberanistas. Hay que tener en cuenta que el indulto no supone en sí mismo una solución, por cuanto que hasta ahora solo Bassa se ha mostrado dispuesta a beneficiarse del mismo y no así otros condenados como Oriol Junqueras, que lo rechazan rotundamente. Cabe recordar, también, que es imprescindible que el tribunal sentenciador –la Sala Segunda del Tribunal Supremo, presidida por Manuel Marchena– se pronuncie sobre si estima que se debería conceder el indulto o, por el contrario, rechazarlo.
La tesis del indulto ha cobrado protagonismo porque la reforma del Código Penal no opera como un recurso «exprés» para la resolución de la situación de los presos, ya que su tramitación será larga y, en todo caso, a Justicia le está costando encontrar un asidero legal que les permita reducir la pena a los encausados. De llevarse a cabo en estos plazos tan dilatados podría acabar beneficiando solo a los fugados, como Carles Puigdemont, que no han sido juzgados.
El tema de los presos enrarece el ambiente de la futura campaña catalana. Desde el PSC se reconoce que le supone un freno para crecer a costa del sector no independentista que vota a ERC y el propio Junqueras se postula ya como candidato. La concesión de permisos para acudir a la Universidad de Vic a trabajar le ofrecerá el marco para poder participar en actos de campaña cuando se convoquen las elecciones.
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