Consejo de Ministros

Guerra feminista en la coalición

Las discrepancias entre PSOE y Podemos a cuenta de la ley de Libertad Sexual y su intento de capitalizar el movimiento del 8-M hacen que no haya una agenda de actos coordinada entre los socios

Las costuras del Gobierno de coalición feminista comienzan a tensionarse y lo hacen a cuenta de la que estaba llamada a ser una de sus medidas estrella. El anteproyecto de Libertad Sexual, calificado de «histórico» por la titular de Igualdad, Irene Montero, quedó ayer eclipsado por las diferencias que existen en el seno del Ejecutivo. Unas discrepancias que ya no se ocultan, sino que se airean interesada y públicamente para debilitar la posición del socio. El conflicto entre la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, acaparó ayer mayor foco que el texto que se impulsaba y colocó en serios apuros a esta última durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que compareció para dar cuenta de los detalles de la propuesta. Desde Podemos no midieron el impacto de filtrar su malestar minutos antes de que se enfrentara a los medios y fue incapaz de responder a las interpelaciones directas de la prensa sobre el conflicto. Desde el PSOE se buscó apaciguar los ánimos asegurando que se trata de un «proyecto de todo el Ejecutivo» y se dio por «zanjada» la polémica. Nada más lejos de la realidad, el vicepresidente segundo Pablo Iglesias cargó posteriormente con dureza contra el ministro de Justicia, al que acusó, sucintamente, de escudar su «machismo frustrado» en excusas técnicas sobre el texto.

Al contrario de lo que cabría esperar, el marcado perfil feminista de PSOE y Podemos no ha sido un nexo de unión dentro de la coalición. Ambos partidos intentan capitalizar este movimiento y esto les lleva a no forjar una estrategia unitaria al respecto. Algo que quedará patente en los actos del próximo 8-M, en los que los morados se estrenan como miembros del Gobierno. En las previsiones del PSOE está que las ministras socialistas lideren la pancarta de su partido y en Podemos no descartan que la ministra de Igualdad y las secretarias de Estado morado hagan lo propio con una «institucional». Los morados se han apresurado a llenar de actos la agenda de la ministra de Igualdad, hasta ocho protagonizará durante esta semana para asegurarse que todos los días el foco mediático se dirija hacia Montero. Por su parte, el PSOE celebró ayer un acto sectorial en Madrid con Carmen Calvo a como secretaria de Igualdad de la Ejecutiva socialista.

El anteproyecto de ley de Libertad Sexual vio la luz ayer en el Consejo de Ministros tras semanas de discrepancias entre el Ministerio de Justicia y el Ministerio de Igualdad. Los puntos de fricción se producen en cuanto a la tipificación de los delitos, a cuestiones de forma y técnica legal en el redactado del texto. Desde el PSOE se advertía de que existía una mala redacción que no tenía en cuenta la jurisprudencia del Tribunal Supremo, invadía competencias de las Comunidades Autónomas o no atendía a lo estipulado en el Convenio de Estambul. «Había cuestiones que mejorar y adecuar. Más cuando Justicia actúa como coproponente», señalan fuentes socialistas. Además, las «prisas» de Montero por dar salida a la ley antes del 8 de marzo, «obligaron a Carmen Calvo a implicarse directamente para asegurar que estuviera lista esta semana», apuntan. No lo ve así Podemos que critica que durante las últimas semanas, e incluso, a contra reloj, el mismo lunes, Justicia trató de «bloquear» y poner «todo tipo de pegas» en la redacción del texto. «A Justicia le costó un mes sentarse a hablar sobre la propuesta de Igualdad», resumen para después asegurar que el anteproyecto es «menos ambicioso» de lo que les hubiera gustado debido a las reservas de otros ministerios, donde Igualdad ha echado en falta «una mayor perspectiva de género». «Esta vez Igualdad ha ganado la batalla, pero para cualquier otra ley feminista habrá que volver a seguir peleando con todo. Esta va a ser una de las peleas de Igualdad esta legislatura», se resignan.

La ley ya sembró hace días uno de los primeros conflictos dentro del Gobierno de coalición, pues desde el ministerio que dirige Montero se insistía en incluir la reforma del Código Penal dentro de la propia ley para eliminar el concepto de abuso y blindar el solo «sí es sí» –como refleja el documento del gobierno de coalición firmado entre PSOE y Podemos–, mientras que desde el sector socialista se optaba por que esta medida se incluyera dentro de la reforma integral del Código Penal, para diluir el impacto mediático de la rebaja del tipo de sedición que se incluirá en la misma. Desde el partido morado blindan las condiciones del anteproyecto y recuerdan que ya, antes de firmar el acuerdo de coalición entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, se había fijado esta medida como una de las líneas rojas para firmar el pacto y una de las principales prioridades del gobierno.

Por su parte, fuentes de vicepresidencia puntualizan que esta es una ley de «todo el Gobierno» y que como tal, se ha trabajado por todo el Ejecutivo, haciendo las aportaciones oportunas para «mejorarla» y conseguir que tuviera unos estándares mínimos de seguridad jurídica que eviten posteriores recursos. En todo caso, la ley quedará ahora en manos de los grupos parlamentarios para que efectúen las consiguientes enmiendas al texto.