Melilla

300 menores entran ilegalmente en Melilla por el sistema de “abandono familiar”

Se investiga si existe una organización ilegal ya que muchos proceden de dos localidades concretas

Un guardia civil ayuda a un menor a subir de la escollera en Melilla
Un guardia civil ayuda a un menor a subir de la escollera en Melillalarazon

Unos 300 menores marroquíes llegaron a Melilla y quedaron acogidos en centros asistenciales, a lo largo del pasado año, por el sistema del “abandono familiar”, según han informado a LA RAZÓN fuentes solventes.

Consiste en que los progenitores, casi siempre las madres, atraviesan la frontera con ello mediante la utilización del pasaporte familiar. Una vez en la Ciudad Autónoma, los dejan en algún lugar cerca de dichos centros o de la Policía Local, a la que deben acudir al cabo de un cierto tiempo que es aprovechado por los padres en que sus para volver a territorio marroquí.

Las Fuerzas de Seguridad investigan si existe algún tipo de algún tipo de organización mafiosa detrás de este tipo de inmigración ilegal ya que han comprobado que decenas de los menores llevados a Melilla proceden de dos localidades concretas: Tinerhir y Fez. Detrás de lo que se presentan como hechos espontáneos, protagonizados por familias que tratan de asegurar a sus hijos estudios y manutención en España, podría estar algún tipo de ente mafioso con una finalidad todavía no definida pero que podría estar relacionada con las actividades que puedan protagonizar los menores en la Ciudad Autónoma o en la Península, si es que llegan a poder cruzar el estrecho.

No es casualidad que unos de los objetivos que se fijan muchos de estos chavales cuando llegan a Melilla es el de poder abordar alguno de los cuatro barcos que conectan diariamente la ciudad con la península, donde creen tener un futuro más claro; les esperan familiares, amigos o, lo que sería más preocupante, miembros de esas organizaciones.

Todo lo que rodea a los menores en Melilla está envuelto en un ambiente problemático en el que se mueve mucho dinero, dadas las subvenciones que paga la administración para su mantenimiento, de los muchos escapan diariamente y practicar el “riski” (intento de acceder ilegalmente a los citados barcos). O vagan por la ciudad hasta horas intempestivas pese a ser menores tutelados.

Las citadas fuentes subrayan la necesidad de controlar y, en su caso, investigar, qué actividades realizan los menores que protagonizan estas escapadas, ya que algunos de ellos han sido sorprendidos con teléfonos y ropas de elevado coste cuya procedencia se desconoce.

La inmigración ilegal es un gran negocio para mafias y otros sectores sociales. La Guardia Civil acaba de desarticular una organización delictiva que cobraba 5.000 euros por llevar inmigrantes a la península en “gomas” (lanchas semirrígidas dotadas de potentes motores que también se utilizan para el tráfico de hachis).

Las Fuerzas de Seguridad y por ende la Justicia trabajan para erradicar el tráfico de menores en Melilla por el sistema del abandono familiar. Recientemente, un juzgado de Melilla condeno a seis de prisión a dos madres marroquíes detenidas cuando dejaban a sus hijos en la ciudad española para que se convirtieran en menores extranjeros no acompañados (MENA). Las dos mujeres, que no ingresaron en la cárcel al no tener antecedentes, fueron trasladadas con sus hijos a la frontera para su retorno a Marruecos. Habían sido localizadas por la Guardia Civil en las proximidades del Centro de La Purísima, uno de los de acogida donde viven hacinados unos 850 menores pese a que tiene una capacidad para 300.

Asimismo, en los últimas semanas se han producido nuevos arrestos para intentar atajar una inmigración ilegal que, lejos de desaparecer, aumenta cada día.