España
Arrimadas se impone a Igea, que se irá tras su mandato
La candidatura oficialista vence y se enfrenta al reto de recuperar el apoyo perdido el 10-N
Ciudadanos ya dio por ganadora a Inés Arrimadas hace una semana, cuando se conoció el resultado de los compromisarios que se habían identificado a favor de su candidatura. Y se cumplieron sus pronósticos. La candidatura oficialista de la portavoz de Cs en el Congreso se impuso con el 76,91% frente a la del vicepresidente de Castilla y Léon, Francisco Igea (22,32%) uno de los críticos que decidió presentarse en el último momento con la idea de confrontar programas y sobre todo y ante todo abrir debate dentro del partido.
Igea sabía que no tendría opciones cuando los oficialistas arrasaron en la votación de compromisarios para la asamblea del partido logrando el 78% de los votos emitidos lo que le reportó 277 delegados, frente a los 21 que lograron los críticos.
La votación de los afiliados se hizo en dos días, sobre tres candidaturas en una lista cerrada. El sábado los afiliados que así lo decidieron votaron de manera telemática –Arrimadas fue una de ellas– y la opción elegida por el 58,41% y ayer se procedió al voto en urna, que fue la opción por la que apostó Igea y el 1,11%. Según avances del escrutíneo, el crítico naranja logró buenos resultados en urna, pero reconocían que ése era su «público», es decir que fue expresamente su candidatura la que había pedido que se ofreciera a los afiliados poder votar también de manera presencial.
Pero Arrimadas no solo tenía el «voto secreto, y a voces» del ex líder de los naranjas, Albert Rivera que convocó una rueda de prensa días antes para anunciar que tenía trabajo nuevo y además hacer un «sutil» apoyo a su candidata, sino que era muy difícil que perdiera la batalla naranja al tener muchos de los cargos de más peso territorial comprometidos; bien porque iban en su lista, bien porque provenían de la etapa de Rivera.
Aún queda por delante la Asamblea que celebrará el partido el próximo fin de semana y donde los críticos piensan seguir dando la batalla esta vez en cuanto a los estatutos y programa interno.
Por su parte, Francisco Igea, después de concluido su mandato al frente de la vicepresidencia de Castilla y León tiene pensando marcharse del partido.
Por delante, Arrimadas ahora tiene el reto de liderar Ciudadanos y reflotarlo, evitando su desaparición después de los malos resultados en los que dejó Rivera el partido después de lograr solo 10 díputados en las elecciones generales tras los 57 que habían alcanzado en abril.
Uno de los principales enfrentamientos entre oficialistas y críticos fue precisamente por los pactos en la época de Rivera. Los críticos apostaban por haber llegado a acuerdos con el PSOE y evitar así que Sánchez se echara en manos de independentistas y Podemos frente a los oficialistas que se acercaron más al Partido Popular.
Ahora, por delante tienen las elecciones vascas y gallegas. Arrimadas, que a nivel práctico ya ejercía de lideresa del partido frente a una gestora en la que no quiso entrar para no restarle imparcialidad y que se ocupaba de los asuntos más logísticos del día a día, consiguió la alianza de PP+Cs que concurren juntos a las elecciones vascas. Está por ver si fusión les suma de verdad o si se produce el efecto contrario.
Por otro lado, en Galicia no consiguió coaligarse con los populares después de que Feijóo detectara en sus intenciones un claro interés por hacerse la campaña interna de sus primarias y lograr la expansión territorial de Cs a costa de los gallegos. Por ello, los naranjas concurren con su propio candidato, la de los oficialistas que venció a la candidatura de los críticos por un estrecho margen.
También deberá reflotar el partido en Cataluña, que en las últimas elecciones generales quedó por debajo de PP y Vox en Barcelona.
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