8-M

Un Gobierno, dos pancartas el 8-M

PSOE y Podemos acudieron por separado a las movilizaciónes. Calvo y Montero, enfrentadas por la ley de Libertad Sexual, encabezaron las delegaciones de sus partidos. Sánchez no acudió e Iglesias optó por un segundo plano

Manifestación en Madrid
Begoña Gómez (c), esposa del presidente de España, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo (2i), la vicepresenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño (2d), y la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias (d), ayer en la manifestación por el Día de la MujerRodrigo JiménezAgencia EFE

Un Gobierno de coalición, dos pancartas el 8-M. El Día Internacional de la Mujer ha supuesto un foco de fricción y de división en la coalición que forman PSOE y Unidas Podemos. Ambos partidos han hecho tradicionalmente bandera del feminismo por separado y la eventualidad de compartir espacio en la Moncloa no les ha llevado, precisamente, a converger en este asunto. La necesidad de marcar perfil propio y distancias dentro del pacto de gobierno ha motivado que ambos partidos protagonizaran una pugna fratricida por el anteproyecto de Libertad Sexual que se ha elevado hasta el enfrentamiento personal entre la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la ministra de Igualdad, Irene Montero. Ambas representan el puntal del feminismo de sendas formaciones y ambas encabezaron ayer las delegaciones de PSOE y Unidas Podemos en la movilización de Madrid del 8-M.

Los socialistas eligieron a Calvo, a pesar de que haya estado en el ojo del huracán por la polémica y –según algunas fuentes del Ejecutivo– se haya visto debilitada en sus posiciones ante Pedro Sánchez por este asunto. La vicepresidenta primera lideró la delegación de una veintena de cargos socialistas en la manifestación, entre los que estuvieron también cinco ministros: Nadia Calviño, vicepresidenta tercera y titular de Economía; Arancha González Laya, Asuntos Exteriores; Fernando Grande-Marlaska, Interior; Isabel Celaá, Educación y Carolina Darias, Política Territorial. También otros cargos del PSOE como la presidenta del Senado, Pilar Llop; la portavoz en el Congreso, Adriana Lastra o el Delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no acude desde que ostenta esta responsabilidad, la última vez fue en 2018 como jefe de la oposición. Sí estuvo su mujer, Begoña Gómez, que también participó en la cabecera socialista el año pasado.

La encargada de ejercer de portavoz fue Carmen Calvo, que aprovechó para reivindicar su compromiso con el feminismo frente a las nuevas hornadas. «Algunas llevamos muchos años en el 8-M, cuando casi nadie estaba». «Así que el PSOE sale ahora a las calles de Madrid para acompañar al movimiento feminista que es lo que hemos hecho en 42 años de democracia», recalcó. La pancarta de las socialistas rezaba «Mujeres iguales, mujeres libres». Mientras que la de Unidas Podemos, «Unidas, libres y feministas» estuvo liderada por Irene Montero. El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias sí acudió a la movilización, pero prefirió adoptar un perfil bajo y estar en un segundo plano respecto a sus compañeras.

Montero optó por la cordialidad dentro de la coalición y quiso hacer hincapié en la necesidad de tejer una «gran alianza feminista» para poder avanzar y seguir conquistando derechos. «La memoria y las mujeres que han venido antes nos enseñan que es juntas como se pueden conquistar derechos». La ministra de Igualdad también agradeció la «valentía y convicción» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el anteproyecto de ley de Libertad Sexual.

Reunión en el aire

Precisamente esta iniciativa y las divergencias que se originaron al respecto en el seno del Ejecutivo obligaron el viernes a reunir de urgencia a la comisión de seguimiento de la coalición, una reunión que estaba prevista para este próximo jueves. En el PSOE, desde donde surgió con nocturnidad la filtración de la cita, aseguraron durante la jornada del viernes que la convocatoria del día 12 obedecía a una cita programada, «que tocaba», y que no se había agendado ante el caos organizativo que había surgido a raíz de la ley del solo «sí es sí», pero también del coronavirus o de las iniciativas parlamentarias –comisiones de investigación– sobre el Rey emérito Juan Carlos I o el caso Couso. Sin embargo, la celebración por sorpresa del comité de crisis dejaba en el aire una reunión que aún hoy no está claro que se vaya a producir.

Fuentes socialistas aseguraban el mismo viernes en que se produjo el encuentro que «probablemente» se mantendría la cita, pero desde Podemos no tienen noticia de la nueva reunión y despejan balones hacia los socios socialistas que fueron quienes filtraron en un primer momento la cita y optaron por adelantarla después. Desde ambos partidos se considera que «no tiene mucho sentido» que se vuelva a reunir, porque lo que tenía que hablarse ya se dejó claro el pasado día 6. En este encuentro pactaron establecer una «colaboración» más estrecha y no superar los «límites» que ya se habían traspasado con ataques al ministro de Justicia. Un compromiso que quedó por escrito en un comunicado conjunto en el que aseguraban que mantendrían el «respeto mutuo».