Ciudadanos

Cs medirá en las vascas si se coaliga con el PP en Cataluña

El 5 de abril será la primera toma de temperatura. Arrimadas solo podría asumir una caída de dos tercios para evitar la debacle del partido

Clausura de la Asamblea de elecciones de la Asociación de Trabajadores Autónomos
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la clausura de la Asamblea de elecciones de la Asociación de Trabajadores Autónomos, en Madrid (España), a 9 de marzo de 2020.09 MARZO 2020;AUTÓNOMOS;ATA;MADRID;SÁNCHEZ;Eduardo Parra / Europa Press09/03/2020Eduardo ParraEuropa Press

La nueva líder de Cs, Inés Arrimadas ha tomado el relevo de un partido que deberá reflotar y evitar así su desaparición. El partido insiste en que tienen poder autonómico y local donde cuenta con vicepresidentes, consejeros y vicealcaldías y que no van a extinguirse.

Todo líder se estrena siempre en unos comicios y Arrimadas tiene por delante las elecciones gallegas y vascas donde las encuestas no les dan grandes pronósticos. Por un lado, Galicia, donde Cs no logró la coalición con el PP, Feijóo mediante y donde el partido naranja se presenta en solitario aunque su perspectiva de voto no es muy grande en esta región. País Vasco, donde concurren en coalición con el PP, será la toma de temperatura de la formación naranja donde, a pesar de que sus candidatos entrarían en el parlamento, al haberse asegurado dos puestos de salida que los naranjas podrían tomar como un triunfo, no lo sería tanto si no consigue aumentar o mantener los nueve escaños que ahora tienen los populares en el Parlamento de Vitoria. Y los pronósticos no dan buenos resultados. Eso sí, Cs tendría por fin representantes en un bastión donde nunca ha logrado entrar. Por ello, Galicia y País Vasco será «sintomático», ya que las encuestas le sitúan en torno al 1%.

Arrimadas logró ganar las primarias con un 77%, sin embargo el sector más crítico considera que la suma de los abstencionistas, más el 22% de los votos que fueron para Francisco Igea dejan ver que uno de los principales retos de la presidenta de Cs será el de la «integración» y deberá volver a llevar al partido al centro. La propia líder de Cs ya indicó que su intención es que ahora todos remen «en la misma dirección» hayan votado la opción que sea.

Cataluña, prueba de fuego

Cataluña será la prueba de fuego de Arrimadas ya que la debacle en la tierra, cuna de Ciudadanos, sería «inasumible».

El pacto que ofreció Arrimadas al PP de ir coaligados para las elecciones catalanas ha quedado «a estudio», «por responsabilidad», hasta después del 5 de abril que tendrán lugar los comicios gallegos y vascos. De producirse ese pacto, la formación naranja ya dijo que su candidata, Lorena Roldán sería quien la lidere ya que Cs tiene en el parlamento catalán un total de 36 escaños y fue la fuerza más votada.

La última encuesta de NC Report no daba buenos resultados. Ciudadanos sigue perdiendo afines, y le daba un 5,6% del voto válido. Con respecto a las elecciones del 10-N bajaban mes a mes en perspectivas de escaños e intención de voto debido a que la inmensa mayoría del votante de Cs migró al PP y Vox, por eso crecieron cuatro puntos en las elecciones pasadas. En abril quedaron a 200.000 puntos del PP y aún así, no consiguieron sorpasarlos.

Por Arrimadas deberá concentrar sus esfuerzos en Cataluña, que sería lo que haría reflotar el partido de nuevo. Perder esa plaza sería hundir el partido. Cs fue el partido que más creció en Cataluña gracias al voto obrero, convirtiendo el cinturón rojo en naranja con un discurso de centro y muchos de los votantes del PSC se fueron a Ciudadanos. Por ello, si quiere volver a revalidar resultados deberá debilitar a los socialistas catalanes y para ello volver al discurso del centro. Sin embargo, buena parte del voto de entonces ahora está «dubitativo» entre volver al PSC, abstenerse o votar a los naranjas. Será clave el discurso que implemente Arrimadas para que en Tarragona o Barcelona se decanten por Cs. Un discurso escorado a la derecha o escenificar pactos en esa línea, algunos expertos demoscópicos consideran que podría alejarle de su objetivo e insiste en que debe volver al «centro». Arrimadas no podría asumir más de dos tercios de pérdida de voto en Cataluña, es decir que bajar a 12 escaños constituiría un fracaso y un paso más a la desaparición.