Coronavirus
De la «calma» a «lo que haga falta»
Tras permitir las multitudinarias manifestaciones del 8-M, el Gobierno ha activado el perfil duro frente al coronavirus y hoy desgranará su plan de choque, coordinado por la Vicepresidencia de Iglesias
Todo cambió en el anochecer del 8-M. El giro radical del Gobierno en su respuesta al coronavirus tuvo lugar en ese momento, entre el domingo y el lunes. De evitar las medidas contundentes para frenar la propagación de virus a verse obligado a actuar de forma excepcional en Madrid y Vitoria, en coordinación con sus dos gobiernos autonómicos. Y es que en esas 24 horas las cifras de infectados, sólo en la Comunidad de Madrid, se habían triplicado.
En Moncloa son conscientes de que esta primera gran crisis a la que Pedro Sánchez debe hacer frente comprometerá el resto de la legislatura. Y de que hay sombras sobre las que, una vez superado el desafío, tendrá que aportar luz. ¿Por qué se permitieron las multitudinarias manifestaciones por el Día de la Mujer el 8 de marzo, que sólo en el centro de la capital congregó a 120.000 personas? ¿Por qué no se anticiparon medidas más radicales para contener la expansión del virus aprovechando la ventaja de tener sobre la mesa el ejemplo de Italia y, fundamentalmente, los datos de la progresión del número de infectados en el país transalpino? ¿Por qué no se siguió tampoco el ejemplo de Francia, cuyo gobierno celebró varios consejos de ministros extraordinarios desde el minuto cero y que prohibió los eventos de más de 5.000 personas el 29 de febrero?
El giro comenzó a escenificarse el 9 de marzo. El presidente Sánchez, al que la oposición comenzaba entonces a reprochar su falta de protagonismo y de visibilidad, presidió esa misma mañana el comité de seguimiento del coronavirus. Después, ya sin Sánchez bajo los focos, Fernando Simón dio cuenta del crecimiento exponencial de los casos y la necesidad de endurecer las medidas. Horas más tarde, aprovechando su intervención en una asamblea de autónomos, prometió un «plan de choque», del que no ofreció más detalles. Hoy, tras reunirse con sindicatos y empresarios, el presidente concretará en qué consiste este plan de choque. También presidirá el Consejo de Ministros extraordinario que aprobará las medidas.
Superado por la realidad de los datos y por la falta de previsión en la respuesta, lo que la coalición sí ha demostrado, al menos en esta materia, es su unidad, o cuando menos su capacidad de lanzar a la población un único mensaje. Solamente se ha registrado, con motivo de la crisis del coronavirus, un amago de conflicto interno en Moncloa. Se produjo cuando la titular de Trabajo, la dirigente de Izquierda Unida Yolanda Díaz, publicó una guía para empresas sin el conocimiento del ministro de Sanidad, Salvador Illa. Desde ese momento, no se han registrado interferencias. En Podemos reconocen el liderazgo del presidente y del Ministerio de Sanidad en esta crisis. También defienden que todas las medidas se han ido adoptando conforme a los escenarios que se han ido sucediendo, siempre, añaden, conforme al criterio de los especialistas y los científicos. También en lo que concierne a la autorización para que se celebrasen las manifestaciones del 8-M. Tampoco han aflorado en estos últimos días las diferencias entre socialistas y morados por tener una cuota de protagonismo en el combate de la emergencia.
Dentro del trabajo conjunto que Moncloa quiere dar a la labor del Gobierno en este contexto hay que ubicar la reunión que ayer por la mañana mantuvo el presidente Sánchez con los cuatro vicepresidentes del Gobierno. En esta cita se perfilaron los detalles de las iniciativas que se anunciarán hoy, en las que también Podemos tendrá su papel. No en vano, fuentes de la formación morada subrayan que uno de los cuatro paquetes de medidas que aprobará el Consejo de Ministros estará destinado a las familias trabajadoras y estará coordinado por la Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030, a cuyo frente se encuentra Pablo Iglesias. Junto a estas medidas para las familias, el plan del Gobierno incluirá medidas para facilitar liquidez a las empresas, líneas de créditos y aplazamientos en el pago de impuestos.
El giro total del Gobierno a la hora de afrontar la crisis sanitaria quedó claramente constatado el martes, cuando Sánchez en su comparecencia en Moncloa reconoció la gravedad de la situación: «Vamos a tener semanas difíciles. Para combatir esta emergencia haremos lo que haga falta, donde haga falta y cuando haga falta. Y juntos, no les quepa duda, superaremos esta crisis». Como parte de este nuevo enfoque, con más protagonismo del presidente, ayer se anunció que Sánchez mantendrá el sábado una reunión por videoconferencia con todos los presidentes autonómicos».
Desde la oposición, sin embargo, continúan demandando más explicaciones. Ayer mismo, el PP y Ciudadanos registaron una petición conjunta de comparecencia en el pleno del Congreso del presidente del Gobierno para que explique la gestión de su Ejecutivo ante la crisis generada por el coronavirus y las previsiones sobre su impacto económico y social.
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