Coronavirus

Humildad y agradecimiento

Sánchez ha desaprovechado posiblemente la única ocasión para haber salido fortalecido tras su penosa gestión para afrontar la pandemia del coronavirus

Belén Bajo

La humildad de los hipócritas es el más altanero de los orgullos decía Martin Lutero. Y ese es el mejor resumen que nos dejó ayer la intervención del presidente del Gobierno en el Congreso para explicar el estado de alarma.

Sánchez iba al Parlamento con el sí de todos los grupos pero con una mayoría tan exigua como la que tiene su partido y con tantas aristas en la coalición como quedaron de manifiesto en el pasado Consejo de Ministros extraordinario, hubiera debido de hacer un discurso humilde, responsable y agradecido con los apoyos recibidos.

Ha desaprovechado posiblemente la única ocasión para haber salido fortalecido tras su penosa gestión para afrontar la pandemia del coronavirus. Lo primero hacer autocrítica, no pasa nada, nadie pedía que se hiciera el harakiri en la tribuna, pero si era necesaria una frase como “es posible que las cosas se hubieran podido hacer de otra manera” y no camuflar sus errores en lo pasado en Italia y China que nos tenían que haber servido de referentes.

Lo segundo responsabilidad, no se puede poner en jaque nuestra sanidad con una comisión de estudio o un libro blanco y a la vez reconocer que es la primera de Europa y la tercera del mundo. Y por último agradecimiento, un gracias de verdad, sentido y no mirar para otro lado cuando Casado te está ofreciendo su apoyo aunque te exija que para salir de la crisis económica hacen falta más medidas para los autónomos y un plan de choque fiscal.

Winston Churchill decía “que una nación intente prosperar poniéndose impuestos es como que un hombre que está de pie sobre una cubeta quiera levantarse a sí mismo por el asa”. Es el momento de remar todos juntos pero con un poquito de humildad y más responsabilidad se boga mejor.