La familia de un guardia civil muerto por coronavirus defiende que murió en acto de servicio

La familia de uno de los cinco guardias civiles fallecido por coronavirus, Francisco Javier Collado, reclama que se reconozca que su muerte se produjo en acto de servicio. Un letrado del equipo jurídico de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), Jorge Piedrafita, ha asumido la defensa de la viuda y el hijo menor de edad del agente, que falleció el pasado día 20 a consecuencia del Covid-19. Collado, de 38 años, trabajaba en la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) llevando a cabo tareas de seguridad y de traslado de internos.

Así lo ha confirmado a este periódico el abogado Jorge Piedrafita, que asegura que desde la asociación prestarán a la familia de la víctima toda la asistencia jurídica y administrativamente “que sea necesaria para que los familiares se sientan respaldados en un momento tan difícil, máxime con esta situación excepcional del estado de alarma”. Asimismo, añade, “se estudiará en profundidad lo sucedido para ejercitar todas las acciones de investigación y judiciales necesarias para llegar al fondo de la cuestión y que se reconozca el fallecimiento de este agente como acto de servicio y se depuren todas las responsabilidades que pudieran proceder en salvaguarda de los derechos de la familia”.

El letrado considera que Collado murió en acto de servicio porque los agentes que trabajan en la prisión de Herrera de la Mancha “no disponían todos de equipos de protección individual y así se ha producido el contagio, como está sucediendo en muchos cuarteles”.

De momento, recalca, la asociación ha detectado “importantes insuficiencias generales en toda España” que obligan a muchos agentes a prestar servicio “sin los equipos de protección individual”. “No se están realizando los test a todos los agentes que durante el servicio han podido tener contagio por contacto con personas infectadas”, lo que suponen, denuncia, “un riesgo para su salud y la del resto de ciudadanos”. Y aboga por que se lleve a cabo una “revisión del protocolo” para que todos los agentes “dispongan de equipos de protección individual” y se les practiquen las pruebas a quienes puedan estar contagiados, poniéndoles en cuarentena “para frenar el contagio” ante la “preocupación” por el aumento de guardias civiles infectados.

Collado, que fue representante de la AEGC en Ciudad Real, era natural de Linares, aunque vivía en el municipio de Manzanares. Al menos otros cinco agentes que trabajan en ese mismo centro penitenciario están en cuarentena en sus domicilios.

El padre de la víctima difundió un mensaje en redes sociales en el que criticaba duramente la gestión del Gobierno de la crisis sanitaria del coronavirus: “Soy el padre del guardia civil muerto hoy en Ciudad Real y vengo de enterrarlo por culpa de un gobierno inepto y un ministro del Interior aún peor, por no preocuparse por su gente que están velando por nuestra seguridad y de la sanidad y el traslado de enfermos al hospital. Mi hijo estuvo en casa cuatro días esperando al médico a que fuese a comprobar su estado. Hasta el cuarto día por la noche en que pidió ayuda por encontrarse mal y que lo llevasen a un hospital. La ambulancia tardó 3 horas en acudir, pues según ellos su horario de apertura eran a las ocho de la mañana. Así pues, cuando llegó al hospital ya estaba prácticamente muerto”.

Tras la muerte del agente, la AEGC solició que se hiciesen las pruebas del Covid-19 a todos los guardias civiles tanto de Herrera de la Mancha como del puesto principal de Manzanares dado que, exponía, “existe una estrecha relación de servicio entre ambas unidades, ya que los guardias de Herrera suelen acudir a la oficina del Puesto de Manzanares a gestiones profesionales”. Del mismo modo, la asociación recordaba que desde el comienzo de la crisis sanitarias ha reclamado “de manera insistente” material de autoprotección para todos los agentes.