España
Fase II: Cómo podrá salir usted a la calle
Se recomendará el uso de mascarilla en el exterior, se realizarán test masivos para detectar el riesgo de contagio e inmunidad y se monitorizará el avance del virus
El Gobierno cree que está en disposición de alcanzar el primer objetivo que se fijó en la lucha contra el coronavirus: superar el pico de contagios y doblegar la curva de la epidemia. Una vez superado este hito, se abre una segunda etapa, que el presidente del Gobierno calificó ayer de «transición» y en la que ya está trabajando «desde hace semanas» un equipo de expertos y técnicos científicos. Una fase en la que se buscará compatibilizar el control del COVID-19 con la vuelta paulatina a la normalidad. El plan, que está siendo ultimado y que se irá adaptando a la evolución de la pandemia, se desarrollará en un triple eje.
Medidas de higiene
En un primer término, se abordará lo concerniente a las «medidas de higiene tanto individual como colectivas». En este punto entraría hacer extensiva la recomendación del uso de mascarillas a toda la población, una medida de protección que hasta hace días se consideraba innecesaria por las autoridades sanitarias tanto mundiales como españolas y restringida a personas ya contagiadas, con otras patologías o inmunodeprimidas. De hecho, las incautaciones de estos elementos protectores, así como de geles antisépticos, que se realizaron en los primeros compases del estado de alarma se dedicaron a proveer a los profesionales sanitarios, que también han mantenido una queja constante por el desabastecimiento. A pesar de las restricciones, las mascarillas están agotadas en todas las farmacias.
Ahora, sin embargo, los protocolos han cambiado y tanto la OMS como el ministro de Sanidad, Salvador Illa, e incluso el propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, se han abierto a esta posibilidad. Por su parte, el presidente del Gobierno quiso lanzar un mensaje de tranquilidad, asegurando que se va a «garantizar la provisión de mascarillas y geles antisépticos» a la población, aunque se haga «a marchas forzadas», así como el control de los precios de los mismos, que se han visto notablemente incrementados aprovechando la coyuntura. Desde las autoridades sanitarias se hace hincapié en que las medidas de higiene son las más útiles para evitar el contagio.
El uso de mascarillas en lugares públicos se ha hecho obligatorio en países como Israel, República Checa y Eslovaquia. Por su parte, Austria limita la obligación al momento de realizar las compras y Eslovenia a espacios públicos cerrados. De esta manera, estos territorios adoptan las medidas seguidas ya en China.
Test masivos y de inmunidad
En segundo lugar, se ubican las «acciones sanitarias de detección y atención a aquellas personas que estén afectadas por el coronavirus». Testar de manera adecuada, rápida y a toda la población permite establecer en qué punto se encuentra la pandemia e incluso predecir sus variables. Es, en definitiva, la única forma de perfilar el escenario real de la infección en España. En esta fase se prevé implantar de forma masiva un sistema de test que permitan diagnosticar la inmunidad o el riesgo de contagio de los españoles, con el fin de ir escalonando su exposición pública.
En su comparecencia del pasado jueves en el Congreso, Illa, deslizó que España utilizará los test de diagnóstico rápido como mecanismo de cribado ágil que permitan aumentar «de forma inmediata» y diaria la capacidad de detectar el virus. Este uso iría vinculado «probablemente»a «un test de inmunidad», aunque este uso se tiene que verificar. En el Reino Unido tienen previsto emitir certificados de inmunidad a sus ciudadanos, pero todavía no han dado con un test fiable.
Monitorización del virus
Finalmente, también se pretende vencer al COVID-19 con la tecnología, a través de iniciativas que permitan el control y seguimiento de la epidemia. En concreto, con el uso de aplicaciones móviles que realicen un autodiagnóstico del usuario, de manera que se descongestionen los sistemas de atención telefónica de las comunidades autónomas, similar al ya implantado en Madrid.
Paralelamente se avanza en otras «apps» que permitan la geolocalización de quien las usa para ofrecerle información específica de su comunidad o entorno urbano. En Cataluña, se realiza un mapa de los pacientes con síntomas leves y graves, preservando la privacidad de los infectados, para establecer las zonas a evitar. Otra alternativa que se estudia es monitorizar la movilidad de los usuarios para fiscalizar si se cumplen las restriccines de confinamiento e identificar núcleos con riesgo de una masificación excesiva que puedan incentivar el contagio.
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