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Joaquín y Alberto: 58 días sepultados bajo los escombros

Derrumbe del vertedero de Zaldibar. El PP pregunta al Gobierno si facilitará al Ejecutivo vasco medios para la búsqueda de los cuerpos de los dos trabajadores

El 6 de febrero se produjo un derrumbe en el vertedero de Zaldibar, cerca de las localidades de Ermua y Eibar
El 6 de febrero se produjo un derrumbe en el vertedero de Zaldibar, cerca de las localidades de Ermua y EibarMiguel ToñaEFE

58 días llevan enterrados Joaquín Beltrán y Alberto Sololuza bajo la basura. Casi dos meses de angustia para los familiares de los dos operarios que fueron sepultados el pasado 6 de febrero cuando el vertedero de Zaldibar (Vizcaya) colapsó por causas todavía desconocidas y se tragó los cuerpos de estos dos trabajadores. Desde aquel jueves de invierno, todo han sido dificultades para recuperarlos: primero se paralizó la búsqueda tras el hallazgo de amianto –un material de construcción altamente cancerígeno– entre los escombros y después la inestabilidad del terreno ralentizó cualquier avance en el rescate durante varias semanas.

Durante semanas y coincidiendo con la proximidad de las elecciones vascas –ahora aplazadas– el derrumbe del vertedero se convirtió en un arma electoral. El desastre humano y ambiental logró algo impensable: el Partido Popular y Bildu se pusieron de acuerdo para impulsar una comisión de investigación en la que el lendakari, Iñigo Urkullu, compareció para explicar los trabajos realizados en los primeros días y la situación legal de la compañía encargada del vertedero, Verter Recycling. Más allá de pedir disculpas por los errores cometidos, desde el Gobierno vasco han adoptado una posición de silencio respecto a esta cuestión. Un silencio que debido al estallido de la crisis sanitaria del coronavirus está siendo todavía más doloroso tanto para las familias como para los vecinos de Eibar y Ermua, las dos localidades situadas a escasos metros de la escombrera.

Pese a decretarse el estado de alarma en todo el país –que ha obligado a «hibernar» a la gran mayoría de las industrias–, el Ministerio de Sanidad confirmó al Gobierno vasco que los trabajos de estabilización del vertedero y las tareas de búsqueda no se ven afectados por el Real Decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo que regula el permiso retribuido recuperable en actividades no esenciales. Diariamente, operarios y excavadoras trabajan desde las 8:45 de la mañana a las 19:15 horas en la puesta en marcha de una celda de acopio de residuos y se prosigue con la búsqueda, rastreando y cribando el material con el objetivo de hallar los cuerpos de Joaquín y Alberto.

Precisamente, el Partido Popular, a través de su diputada Beatriz Álvarez Fanjul, solicitó ayer al Gobierno central información relacionada con el derrumbe. En concreto, le pregunta si pondrá a disposición del Ejecutivo vasco «los medios humanos y técnicos necesarios para acelerar los trabajos de búsqueda de los cadáveres» para «acabar con el sufrimiento de las familias». Además, le solicita una copia de la carta enviada por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, al consejero de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola, donde «confirma que pueden mantenerse las labores de búsqueda» y le pide una valoración sobre las tareas efectuadas hasta el momento.

Desde el derrumbe del vertedero de Zaldibar, el gobierno de Pedro Sánchez se puso de perfil y actuó con total indiferencia, pese a que el PSE es el actual socio de gobierno del PNV. Ni el presidente ni la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, visitaron la zona cero del desastre. Ante las dificultades del rescate y las labores de estabilización del terreno, según pudo comprobar LA RAZÓN, muchos vecinos reclamaron la intervención de la Unidad Militar de Emergencia (UME) y el despliegue de sus modernas excavadoras, una petición que jamás cursó el Gobierno vasco.

En el plano humano, los familiares de los dos operarios desaparecidos están hartos de esperar. Insisten en que lo único que quieren es que se encuentren los cuerpos y se aclare lo sucedido aquel fatídico jueves del mes de febrero. También los vecinos de Ermua asisten con preocupación a los planes de desmantelamiento del vertedero. Según explica la portavoz de la Platafoma de Vecinos de San Lorenzo a este medio, «el trasiego de camiones estos días es constante. Sacan escombros y no sabemos hacia dónde los llevan». Aseguran que «ya no se informa de las mediciones de la calidad del aire» y que están preocupados. A los aplausos a los sanitarios, se suman estos días la cacerolada al Gobierno vasco por su nefasta gestión en esta crisis.