Las tres mentiras (y gordas) de González Laya a la BBC

“Estamos empezando a estudiar en qué podrían consistir las medidas para desescalar las medidas de confinamiento que hemos impuesto a la población”. Con estas palabras introducía la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, su peculiar explicación de cómo tiene pensado el Gaobierno evitar que la retirada de las medidas de confinamiento decretadas no produzcan un rebrote del número de contagios del virus de Wuhan.

Según la ministra serían tres los puntos básicos de esta estrategia. En primer lugar la “masiva utilización de máscaras y de desinfectantes”. Seguidamente “pruebas para detectar a los ciudadanos que puede que no tienen síntomas pero tienen el virus” y, finalmente, “el uso de la tecnología para empoderar a los ciudadanos para que responsables en la gestión de su su virus o de su inmunidad”.

Es pertinente señalar que, hasta el momento, estas tres medidas han brillado por su ausencia. La población no ha tenido acceso a mascarillas proporcionadas por el Gobierno y ha tenido que recurrir a la fabricación casera con todo lo que ello supone o incluso al mercado negro. En cuanto a el uso de test de diagnóstico éstos no han estado disponibles para el personal sanitario y no de forma generalizada. En estos momentos si un ciudadano de a pie padece sintomas realizarse la prueba del coronavirus como sí ocurre en Alemania o Corea del Sur.

En ambos países desde enero todos los ciudadanos que quieran saber si han pacedido el virus pueden acudir a sus centros de atención primaria o a párkings habilitados en el que sin bajarse del coche pueden hacerse el test del Covid-19.

En cuanto a la tercera posibilidad, la ministra no adelantó que precauciones se van a tomar para compaginar esta medida en concreta con el derecho a la intimidad de los ciudadanos españoles, piedra angular del edificio de libertados que supuestamente se venía disfrutando en España desde la transición.

No hay ninguna aplicación a disposición de la población española para registrarse y poder rastrear a los contagiados a través de geolocalización. La pata tecnológica constituye la tercera mentira de la ministra de Exteriores a la cadena BBC.

Gonzalez Laya describe una gestión más propia a la del Gobierno surcoreano con una alta propagación del virus pero con una baja letalidad y no la realidad en la que se encuentra sumida nuestro país con uno de los índices más altos de mortalidad por número de habitantes.