Coronavirus

El via crucis de Sánchez: investido en Reyes, señalado en Jueves Santo

ERC y Bildu no apoyan la prórroga; PNV, BNG y Más País critican la gestión de la crisis del coronavirus

Una parte de los socios que impulsaron la investidura de Pedro Sánchez en enero votaron ayer en contra de prorrogar por segunda vez el estado de alarma. Otros de los que le dieron su apoyo, criticaron con dureza su gestión de la actual sanitaria. En poco más de tres meses –los que separan el pleno de investidura celebrado en plena festividad navideña de Reyes y la sesión de ayer, en Jueves Santo–, el presidente del Gobierno ha visto cómo se ha ido erosionando el respaldo de los que le auparon a La Moncloa a una velocidad de vértigo.

Desde ERC, su portavoz, Gabriel Rufián, avanzó que harán una oposición dura. «Hay que parar. O paramos el país o no habrá país o bandera que levantar», aseguró el jefe de los republicanos en la Cámara Baja. Al margen de la prórroga del estado de alarma –votación en la que se abstuvieron–, Rufián rechazó de plano la propuesta de unos nuevos pactos de La Moncloa. La solución, dijo, no se encuentra con «la cúpula de cuatro partidos, un ejército y un rey encerrados en un despacho de Moncloa». «No habrá pacto que valga en España sin pacto previo en Europa», y, añadió, sin un pacto de Ajuria Enea en el País Vasco y del Palau de la Generalitat en Cataluña. «Quien diga lo contrario, miente», dijo.

Aitor Esteban, en representación del PNV, apoyó la prórroga de las medidas excepcionales y se mostró abierto a lanzar unos nuevos acuerdos como los que impulsó Adolfo Suárez en la Transición. Pero exigió a Sánchez una mejor gestión y tener más en cuenta a los gobiernos autonómicos. Pidió «más colaboración, cooperación, organización y planificación de las medidas y no más trágalas», dejar a un lado «la política pequeña» y a pactar con las comunidades el necesario plan de relajación del confinamiento que habrá que acometer.

Bildu tampoco apoyó la prórroga del estado de alarma y avanzó su negativa a construir unos acuerdos de Estado que tengan como objetivo «robustecer la Constitución española» porque supondría robustecer la monarquía y el papel del ejército. Según su portavoz, Oskar Matute, en la gestión de la crisis del coronavirus sobran las proclamas militares y las soflamas patrióticas, por lo que exigió que se ponga en primera línea a los trabajadores denominados «imprescindibles» y se «desmilitarice» el estado de alarma. El diputado del BNG Néstor Rego, fue muy duro con el Gobierno por la «escenificación militarizada» que, a su juicio, ha acompañado al estado de alarma y por querer reanudar la actividad de sectores no esenciales: «Supone abocar a los trabajadores a riesgo de contagios». Y en esa crítica insistió Íñigo Errejón, de Más País: «Paralizar el país es la única medicina para frenar la curva de contagios».