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El regreso escalonado a la actividad de Navantia, el mayor astillero de España

El constructor naval aprueba un estricto protocolo para reforzar las medidas de seguridad y empieza a reabrir algunas áreas de sus centros

Astillero de Navantia en Puerto Real (Cádiz)
Astillero de Navantia en Puerto Real (Cádiz)Benjamín Carrasco

Navantia, el mayor constructor naval de España, con una plantilla que supera los 5.000 trabajadores, empieza a recuperar la actividad de forma progresiva. La declaración del estado de alarma el pasado 15 de marzo por parte del Gobierno hizo que la empresa pública paralizara todos los programas en marcha en sus tres grandes centros de producción, situados en la ría de Ferrol, la bahía de Cádiz y en Cartagena. Tan solo las áreas de administración y comercial continuaron mediante el teletrabajo desde casa. Un mes y una semana después, comienza a dar los primeros pasos para volver al tajo, entre exigentes medidas sanitarias y de seguridad para evitar contagios por el Covid-19 en los operarios.

El astillero estatal es un ejemplo de cómo el sector industrial intenta retomar el ritmo, en la medida de lo posible, para minimizar los efectos de la crisis derivada de la pandemia del coronavirus. Esta semana, la compañía daba a conocer un protocolo aprobado siguiendo las recomendaciones de los ministerios de Sanidad e Industria. “Incluso supera las medidas acordadas por el Gobierno”, señalan desde la empresa. Entre las medidas, destaca el reparto de Equipos de Protección Individual (EPI) a todos los empleados de los astilleros, salidas y entradas escalonadas de los centros; señales y dispositivos para garantizar la distancia de dos metros; controles de temperatura en los accesos; o la limpieza diaria y desinfección de los puestos de trabajo y zonas comunes, después de cada turno de trabajo.

Navantia además ha organizado videoconferencias para explicar este protocolo de actuación a más de 1.300 empleados. En las conexiones online, intervinieron casi 20 ponentes y los trabajadores transmitieron sus preguntas y comentarios a los responsables de prevención y salud.

La reapertura parcial arrancó hace unos días por el centro de Navantia en la base aeronaval de Rota (Cádiz). En estas instalaciones, los operarios de la compañía y de la industria auxiliar trabajan en el mantenimiento de la flota de la Armada española y de los cuatro destructores de la Marina estadounidense, desplegados en esta base. Aquí, realmente, la actividad nunca cesó del todo. Un equipo de la empresa ha seguido activo durante todo el estado de alarma, atendiendo las necesidades de los buques de la Armada movilizados para actuar, si fuera necesario, en la “Operación Balmis” del Ministerio de Defensa contra el coronavirus. El único desplegado por el momento ha sido el Buque de Asalto Anfibio (BAA) “Galicia” en Ceuta y Melilla.

Vista aérea del astillero de Ferrol
Vista aérea del astillero de FerrollarazonNavantia

El pasado lunes 20 de abril, la compañía también retomaba los trabajos programados para la varada técnica de la fragata Navarra, en el dique seco del astillero de la ciudad de Cádiz desde el inicio de la crisis. En los otros dos astilleros de esta provincia, Puerto Real y San Fernando, el foco está puesto en la desinfección de las instalaciones y aumentar las medidas de seguridad, de acuerdo con el protocolo, para que los primeros grupos puedan regresar antes del inicio de mayo al trabajo.

Mientras, en la otra punta de España, en Ferrol, empleados de la industria auxiliar y de la propia Navantia volvían también ese lunes a las obras de construcción de los dos buques AOR para la Marina australiana. En este caso, la reapertura se ha topado con problemas en el servicio de limpieza de las instalaciones, lo que pone de manifiesto las dificultades para llevar a la práctica los protocolos. El miércoles 22, solo dos días después, el comité de emergencia paraba la producción y, el viernes 24, tras alcanzar un acuerdo con la contrata de limpieza, se reanudaba de nuevo.

Saltando otra vez al sur, en Cartagena, un equipo de trabajadores de Navantia intenta también recuperar las jornadas pérdidas por el parón en el programa de los submarinos S-80. Por el momento, han sido pequeños grupos de menos de cien operarios los que han vuelto al trabajo, repartidos en estrictos turnos de mañana y tarde. El regreso a gran escala de toda la plantilla no está claro todavía cuándo llegará y dependerá, al final, de las medidas de desescalada que el Gobierno apruebe a lo largo de las próximas semanas.

Programas en curso

Navantia está inmersa en la actualidad en cuatro grandes programas de construcción de buques militares. El astillero de Ferrol trabaja desde 2017 en dos Buques de Aprovisionamiento en Combate (AOR, Auxiliary Oiler Replenishment) para la Marina australiana. Este proyecto se encuentra en la recta final, estando previsto que el próximo año ambos se encuentren ya operativos en la Armada del país oceánico.

 

En la bahía de Cádiz, las gradas de la planta de San Fernando están a pleno rendimiento. A principios de 2019, este centro comenzó con el encargo de las cinco corbetas para Arabia Saudí. Este contrato, por valor de unos 1.800 millones de euros, es la venta más importante a un país extranjero en la historia de la empresa pública. Las cifras son mareantes, la obra supondrá siete millones de horas de trabajo y generará unos 6.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos. Sin duda, un parte del futuro de la empresa pasa por este programa. Antes de la llegada del coronavirus, la botadura de la primera corbeta estaba prevista para este mes de abril y se trabajaba en un segundo buque.

Por su parte, la dársena de Cartagena afronta una fase clave del programa del submarino S80 para la Armada española. En diciembre, Navantia procedió al cierre del casco del primer submarino, el S81 Isaac Peral, y ahora ultima los preparativos para la botadura del buque, prevista para finales de este año. Mientras, avanzan los trabajos de construcción de los otros tres sumergibles de la serie contratados por el Ministerio de Defensa.

Puesta de quilla de la primera corbeta para Arabia Saudí
Puesta de quilla de la primera corbeta para Arabia SaudíNavantia

Además, la compañía continúa con el diseño de las cinco futuras fragatas F-110 de la Armada española, tras firmar el año pasado la orden de ejecución y contratos con empresas que suministrarán equipos, como Lockheed Martin, Indra o Thales. Los buques serán construidos a partir de 2022 en el astillero de Ferrol, con un presupuesto de más de 4.300 millones de euros. Las entregas están previstas en 2026 y 2031 y el programa supondrá la creación 7.000 empleos y 18 millones de horas de trabajo.