Política

La izquierda pierde más de un millón de votos

Cada vez se asemeja esta situación electoral a la que vivimos con anterioridad a 2011, en la que el PP de Mariano Rajoy se impuso con mayoría absoluta

Encuesta NC Report
Encuesta NC ReportNC ReportLa Razón

Por primera vez desde que tuvieron lugar las elecciones generales de noviembre de 2019 se rompe la tendencia a mantenimiento del potencial del bloque de la izquierda y de la derecha, con tan solo los ajustes internos en cada uno de ellos.

Ahora la izquierda retrocede claramente, perdiendo 1,1 millones de votos, 2,2 puntos porcentuales y entre 9 y 11 escaños. La caída es generalizada entre todos sus miembros: PSOE, Más País y Compromís. La única excepción es Unidas Podemos y sus confluencias, que mejora en una décima.

Cada vez se asemeja esta situación electoral a la que vivimos con anterioridad a 2011, en la que el PP de Mariano Rajoy se impuso con mayoría absoluta, facilitada por la enorme abstención de la izquierda en las elecciones que tuvieron lugar en noviembre de 2011.

Encuesta NC 5
Encuesta NC 5José Luis Montoro

En el campo de la derecha, su crecimiento global es de 2,1 puntos y ganan entre 5 y 10 diputados. Cada uno de sus tres principales actores corre una suerte diferente. El Partido Popular es el que mejora claramente, con un ascenso de 2,4 puntos, mientras que es Ciudadanos el que más retrocede con una caída de 0,6 puntos. El que se estanca es Vox, con un limitado avance de 0,3 puntos.

El aumento porcentual en el conjunto de la derecha no se corresponde con incremento del número de votantes, sino que se debe a la caída en más de un millón de electores de la izquierda, de los cuales más de 0,8 millones marchan a la abstención ante el descontento con sus siglas.

El repunte del Partido Popular se debe fundamentalmente a los 219.000 votos que le llegan desde Ciudadanos y a los 179.000 procedentes del partido de Santiago Abascal. La caída de Ciudadanos se sustenta principalmente en el trasvase del 13,3% de sus votantes al PP y del 6,2% a la abstención. El estancamiento de Vox es consecuencia de la transferencia del 4,9% de sus votantes al PP y de la abstención de otro 4,8%.

El resultado en este escenario es una reestructuración de las fuerzas de las derechas, donde el PP pasa del 48,7% del voto del centro-derecha al 51,8%, por lo que refuerza su liderazgo ante Vox y Ciudadanos. Los de Abascal pasan de controlar el 35,3% del voto de la derecha al 34,3% y Ciudadanos baja del 16,0% al 13,9%.

Este proceso, lento todavía, debe conducir al electorado de estos tres partidos a decidirse por uno de ellos si es que quieren desalojar al actual gobierno de coalición de la Moncloa. No hay otra alternativa. El ciudadano es dueño y señor de su voto, pero en circunstancias excepcionales debe reconsiderar ejercer el voto útil, en este caso concentrando su elección en una única candidatura. Las siglas PP, Vox y Cs suman un total del 44,6%. Si concurriesen bajo una única candidatura, la Ley d´Hondt les garantizaría la mayoría absoluta en ambas cámaras.

Si esa «unificación» en torno al PP no es permitida por los líderes de las otras formaciones, atendiendo a sus intereses particulares, el electorado de estos partidos debe tomar la decisión de «unificarse» con los votantes populares. La división del voto en la derecha garantiza de momento el liderazgo del PSOE en votos y escaños. Pero a nadie escapa que una candidatura conjunta de Partido Popular y Ciudadanos en teoría sumaría 6,7 millones de sufragios, el 29,4% del voto y entre 126 y 128 diputados, que junto a los 51/53 del partido de Santiago Abascal controlarían el Congreso de los Diputados.

El problema radica en el mantenimiento de una candidatura de Cs, ya que si finalmente se integran en una lista conjunta con el PP, sumados los votantes de Cs a los del PP se obtendrían entre 16 y 18 escaños más que Cs y PP cada uno por su cuenta.