El Gobierno de Pedro Sánchez

“Geometría Sánchez”: dos años en vilo por 25 diputados

Sánchez regresa mañana al bloque de la moción de censura, con el aval de ERC, como única vía para poder completar el mandato»

Un diputado presiona el botón de voto en el Congreso
Un diputado presiona el botón de voto en el Congreso© J. FDEZ. - LARGO

Si el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania, la gestión de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno se ha convertido en los dos años que acaban de cumplirse desde su llegada a La Moncloa en una sucesión de votaciones inciertas, calculadora en mano en muchas ocasiones, en donde (casi) siempre termina ERC decantando la balanza. Prometió el líder socialista durante el debate de la moción de censura contra Mariano Rajoy que convertiría al Parlamento en el centro de la vida política española. El paso del tiempo ha venido a darle la razón al presidente, aunque el cumplimiento del pronóstico tenga quizá más que ver con la debilidad que atenaza a la coalición que lidera que con un fervor sobrevenido por el parlamentarismo. Desde la propia moción de censura a la investidura de enero de este año, Sánchez se ha visto obligado a negociar escaño a escaño sus apoyos. El penúltimo de estos episodios lo afrontará este miércoles.

¿Con qué apoyos cuenta Sánchez para sacar adelante mañana la sexta y última prórroga del estado de alarma?

El acuerdo alcanzado con ERC, que se abstendrá, allana el camino para sacar adelante esta nueva extensión del estado de alarma durante 15 días más. La desaparición del mando único, también en materia sanitaria, la recuperación plena de las competencias por parte de la Generalitat, la posibilidad de que el Govern pueda gestionar el Ingreso Mínimo Vital y la disposición de Moncloa a reanudar en las próximas semanas la mesa de diálogo sobre Cataluña han propiciado que el partido republicano vire del voto en contra a la abstención. Ello, unido al voto favorable del PNV y de varios partidos minoritarios, junto con el posible aval de Ciudadanos –bien sea en forma de «sí» o de abstención– despeja el horizonte para el Gobierno en su propósito de completar el proceso de desescalada bajo el paraguas que le permiten las medidas excepcionales de limitación de la movilidad que recoge el decreto de estado de alarma.

¿Ha erosionado la actual crisis el respaldo parlamentario con el que cuenta el Gobierno?

Más allá del desgaste que, en términos políticos, implique para el Gobierno la gestión que ha hecho de la epidemia, la realidad de los datos demuestra que el apoyo parlamentario con el cuentan Sánchez e Iglesias es, a día de hoy, casi idéntico al del inicio de la legislatura. Tras imponerse en las generales del 10 de noviembre y firmar su acuerdo de coalición con Unidas Podemos, el líder socialista obtuvo en la sesión de investidura 167 votos a favor y 18 abstenciones. No necesitó de la mayoría absoluta de la Cámara Baja. Mañana, después de haber llevado ya al Parlamento otras cinco prórrogas previas, podría darse el caso de que Sánchez sacase adelante la votación con entre 167 y 169 votos a favor –sin contar en este cómputo el posible apoyo de los 10 diputados de Cs– y con, al menos, 18 abstenciones. Es decir, casi nada se ha movido en estos meses: PNV, Más País, Teruel Existe y Nueva Canarias se han convertido en los socios más fiables de socialistas y morados, mientras que EH Bildu y ERC, con sus abstenciones, han permitido al Gobierno sacar adelante las votaciones más comprometidas. Sólo con motivo del debate de la cuarta y la quinta prórroga –en las que los de Oriol Junqueras y Gabriel Rufián votaron en contra–, el PSOE volvió a tirar de geometría variable para ganarse el apoyo de Ciudadanos y, así, salir del paso.

¿Estos equilibrios permiten al Gobierno afrontar la legislatura con tranquilidad?

El presidente ha insistido en los últimos días en su voluntad de completar los cuatro años del actual mandato. Y al margen del apoyo puntual de Cs para prorrogar el estado de alarma y constatada la imposibilidad de que PSOE y PP alcancen algún tipo de acuerdo, el actual reparto de fuerzas en el Congreso señala a Sánchez un único camino posible para poder esquivar el adelanto electoral: recomponer el bloque de la moción de censura. En la votación celebrada ese día, el 1 de junio de 2018, Sánchez reunió el apoyo de 180 diputados: además de la bancada socialista, obtuvo el respaldo de Podemos, ERC, PDeCAT, PNV, Compromís, EH Bildu y Nueva Canarias. En la investidura del pasado enero, ese nivel de apoyos cayó hasta los 167 diputados, aunque ERC y EH Bildu también facilitaron que se concretara el Gobierno de coalición al abstenerse. Del bloque de la moción sólo se cayó entonces Junts per Catalunya. En la votación del techo de gasto –paso previo para la aprobación de los presupuestos–, Sánchez logró en febrero de este año su objetivo con 168 votos a favor y, una vez más, el apoyo en forma de abstención de Bildu y ERC. La escena será idéntica a la de este miércoles y si el Gobierno aspira a aprobar unos presupuestos de emergencia, buena parte de sus opciones pasarán por volver a reeditar este equilibrio. Buscar el «sí» o la abstención de entre 20 y 30 diputados para seguir con vida hasta la siguiente votación. De lo contrario, sabe a lo que se expone. La única vez que falló la «geometría Sánchez» fue en la votación de los presupuestos de 2019. ERC votó en contra y fue necesaria una cita con las urnas.