Política

Reyes Maroto: «Los empresarios deben ser un pilar en la reconstrucción tras la crisis»

Así lo afirma la ministra de Industria, Comercio y Turismo en una entrevista para LA RAZÓN

No ha habido tiempo para poder hacer todavía balance de su gestión de gobierno, pero como retrato sí es significativo que en estos meses se ha ganado la confianza y el crédito entre el poder económico.

¿Hasta dónde estima que puede llegar el daño a nuestro tejido productivo por la pandemia?

–En las previsiones para este año fijamos una caída del PIB superior al 9%. El impacto es muy negativo, pero seguimos confiando en una V asimétrica que se vea apoyada con la ayuda del fondo europeo, que esperamos recibir en los próximos meses. Las medidas de choque están sujetando el tejido empresarial y el empleo, y ahora necesitamos recuperar la confianza en el consumo, tanto en viajes como en comercio, para que la cadena se empiece a activar.

–Pero todos los organismos están rebajando a la baja sus previsiones. Esta semana el FMI ha dibujado un panorama muy negro, con una caída del 12,8 % en la economía, la peor de todo el mundo. ¿El Gobierno no va a actualizar en esa dirección sus cálculos?

–Tenemos que ser prudentes. Nuestra previsión de caída es ya de por sí alta, respetamos las actualizaciones de previsiones al alza y a la baja, pero mantenemos nuestros números. Hay que ver cómo se comporta el verano, será muy importante la recuperación del turismo. Si fuera más rápido de lo previsto, los datos podrían ser mejores. Como le decía antes, todo depende de la confianza.

–¿Los ERTE deben mantenerse hasta final de año?

–El Gobierno trabaja para proteger el empleo y la capacidad productiva de la economía. Los ERTE han sido una buena medida, que ha permitido sostener a más de tres millones de trabajadores y trabajadoras. Ahora han empezado a reincorporarse, pero es verdad que a un ritmo que ha exigido prolongar la medida más allá del 30 de junio. El acuerdo con empresarios y sindicatos para llevarlos hasta final de septiembre es una buena noticia, y estamos abiertos a mantener todas las medidas que han sido efectivas.

–Entonces, ¿para algunos sectores deben llegar hasta diciembre?

–La negociación se ha hecho para todos los sectores, porque todos necesitan protección y apoyo. Creemos que es una medida eficaz, veremos qué resultados da en los próximos meses y se revisará de nuevo su continuidad, como hemos hecho ahora.

–¿A usted le preocupa la apertura de las fronteras?

–España ha hecho una desescalada gradual porque quisimos ser prudentes sobre cuándo y cómo se abría. Teníamos que tener controlada la pandemia y hoy lo está en términos generales. Hay que mantener a raya al virus, pero esto no quiere decir que no podamos recibir turistas con seguridad sanitaria. Hemos elaborado con el sector veintiún guías, que tienen el certificado ISO y el reconocimiento internacional. España es un destino seguro. Manteniendo a raya el virus podemos recuperar la temporada turística, que en los primeros días está ofreciendo esperanzadoras señales de reactivación.

–¿Pero las fronteras pueden ser un problema, como advierte la oposición?

–Este tema es una cortina de humo. El debate importante es la reconstrucción del país sin dejar a nadie atrás. El Gobierno está liderando esa reconstrucción con sus planes de impulso a la economía, con medidas como el Ingreso Mínimo Vital, y con una comisión parlamentaria en la que se ha trabajado por el consenso. Y en relación a las fronteras, estamos siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de la Comisión Europea, avaladas por el Centro Europeo de Enfermedades.

–El sector del turismo dice que el plan diseñado para ayudarles es más de promoción que de rescate.

–En las medidas iniciales de choque, el sector turístico ha sido el más beneficiado, con más de 15.000 millones de euros. Además, hemos aprobado un plan de impulso con 4.262 millones de euros adicionales. Y, además, España ha tomado la iniciativa para situar el turismo entre las prioridades de la agenda europea. Vamos a aprovechar esta situación para modernizar nuestro modelo. Los empresarios están pidiendo que la digitalización sea parte de la agenda del Gobierno, y ya lo es, no en vano hay una Vicepresidencia para este gran proceso de transformación. Además, es una palanca clave en nuestra estrategia turística a 2030.

–Italia ha apostado por bajar impuestos. También al sector turístico. ¿Esto no nos coloca en desventaja?

–La respuesta de los países está siendo distinta, porque la situación también es distinta. Respetamos lo que han hecho otros países, pero hay hechos que avalan la respuesta del Gobierno. Hemos actuado con rapidez y eficacia, y no se trata de cuánto dinero, sino de la calidad de las ayudas y de la solvencia a la hora de resolver los problemas. El futuro demostrará quién ha acertado.

–España está a la cola de la ayuda a las empresas en Europa, y encima son, sobre todo, avales. ¿Cómo se puede competir de igual a igual así?

–Es más importante el resultado de la política que la cantidad. Si esa cantidad se anuncia y no se gasta, no sirve para nada. Las palabras han de traducirse en hechos, y los hechos son el BOE.

–Otro sector muy perjudicado es el del automóvil. ¿Qué futuro le ve?

–España es el segundo fabricante en Europa y el noveno a nivel mundial, es decir, estamos ante un sector que representa una historia de éxito. Hay que construir el futuro entre todos y el Gobierno ha puesto las bases con un plan de gran dotación económica que apuesta por estimular la demanda y por modernizar las plantas para que puedan albergar los nuevos modelos vinculados a nuevas formas de movilidad. Creo que estamos enviando las señales correctas para que haya nuevas inversiones. Además, esta semana hemos aprobado el paquete de cien millones de euros para la renovación del parque automovilístico y mejoras en la fiscalidad y amortizaciones.

–El presidente garantizó la continuidad del empleo de Nissan en España y las plantas de Zona Franca han anunciado su cierre. ¿Qué se midió mal en esta negociación?

–Habíamos propuesto a Nissan un plan de futuro para Zona Franca, pero cambiaron las circunstancias. La pandemia y la crisis reputacional de la empresa japonesa la ha dejado en difícil situación. Pero no tiramos la toalla. Estamos trabajando con administraciones, sindicatos y comité para lograr revertir la decisión de cierre. Esta semana hemos recibido una buena noticia, la de que van a mantener uno de los centros de trabajo. Son pocos empleos, pero es un paso, vamos a seguir luchando en defensa del empleo. Si, finalmente, Nissan sigue adelante, hay que ver alternativas industriales. Queremos una empresa de automoción en Zona Franca, que no se descapitalice un ecosistema tan importante, por el nivel de empleo directo e indirecto.

–¿Se está trabajando ya en esa alternativa?

–No cerramos la puerta a proyectos industriales, pero nuestra prioridad es revertir la decisión de Nissan, y no se lo vamos a poner fácil.

–¿Está en condiciones de asumir el compromiso de que no se cerrarán más plantas en España?

–Es muy difícil asumir ese compromiso, pero sí le digo que vamos a hacer todo lo posible para que sea así.

–La pandemia ha vuelto a actualizar el eterno debate sobre la necesidad de una reconversión industrial.

–En España ha habido una notable ausencia de política industrial. No se han protegido ni impulsado con eficacia nuestras capacidades productivas. Antes de la pandemia este Gobierno se tomó en serio esta política, y por eso hay un ministerio que tiene como prioridad el cambio de modelo junto a los sectores productivos. Un cambio que pasa por la digitalización, la sostenibilidad y la internacionalización. Además, creemos que la política industrial no sólo se hace en España, estamos dando la batalla en Europa y defendiendo las plantas españolas allí donde haya un decisor. La diplomacia económica es muy importante para proyectar en las casas matrices nuestras capacidades productivas.

–¿Cómo ve el futuro de Alcoa?

–Hemos ofrecido un plan de futuro con dos opciones, y han dicho que no, que quieren cerrar e irse. Están cerrando también otras plantas, y en Lugo llevan años sin invertir a pesar de los millones de ayudas públicas que han recibido. Estamos pidiéndoles corresponsabilidad, que sean parte de la solución, igual que a la Xunta, que no tiene política industrial y, además, esta semana ha dado oxígeno a la empresa que va a dejar en la calle a cientos de trabajadoras y trabajadores. No podemos permitir que Galicia siga perdiendo tejido industrial por inacción del presidente Feijóo.

–El comercio pide más ayudas al alquiler. ¿Es posible?

–Ha sido uno de los sectores más beneficiados. Aprobamos una moratoria de alquileres que beneficia a pymes y autónomos. Como en el resto de sectores, hay que pasar de los planes de choque a los planes de relanzamiento. Estamos trabajando para recuperar la confianza en el consumo y que la experiencia de compra sea buena.

–¿Y una mayor apertura de horarios, sobre todo los domingos, aunque sólo sea para equilibrar el tiempo que han estado cerrados?

–Creo firmemente en el diálogo y comparto muchas sensibilidades. Sobre este tema no hay consenso, y hay que contar con que las competencias son autonómicas. Ahora mismo hay distintos modelos, y creo que hay que tener claro que esta crisis es también una oportunidad que hay que aprovechar para la digitalización y para que el multicanal entre en un modelo de negocio basado en lo presencial.

–Pero parece cada vez más difícil que el pez grande no se coma al más pequeño.

–Hay dos modelos que pueden convivir. En el barómetro del CIS de mayo se constató que el comercio de proximidad había recuperado clientes durante la pandemia. El consumo aumentó en un 16%, y hay que fidelizar esa ventana de oportunidad que supone que el cliente haya vuelto a nuestras tiendas.

–¿Y en el ámbito de la internacionalización?

–La empresa española es muy reputada fuera de España, somos líderes y tenemos que seguir ejerciendo ese liderazgo. El sector comercial fue palanca para la salida de la crisis de 2008, y hemos protegido mucho el comercio exterior durante la pandemia. Estamos trabajando en lo urgente, pero también mantenemos una agenda de futuro en la que hay cuestiones tan importantes como conseguir un buen acuerdo con el Brexit.

–La pandemia también ha subrayado las debilidades de nuestro sistema productivo. Somos pioneros en componentes aeronáuticos, pero no tenemos una industria que fabrique mascarillas de tela.

–Es evidente que hay que fortalecer sectores esenciales en los que hemos perdido peso en la globalización. Por eso el presidente ha apostado por avanzar en la creación de reservas estratégicas. Ya contamos con fabricación nacional de EPIS o de mascarillas, somos capaces de fabricar más de cien millones a la semana en todas las líneas de producción en funcionamiento. Quiero agradecer al sector textil y a Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, el trabajo realizado para desarrollar estas líneas de fabricación, que seguiremos necesitando en el futuro. También estamos trabajando en la reserva estratégica de medicamentos y, en un futuro, de vacunas, para poder producirlas en España. De ser importadores vamos a pasar a ser exportadores de respiradores o geles, y da mucha tranquilidad saber que para el futuro contamos con un mercado nacional.