Comunidad de Madrid

Isabel Díaz Ayuso: “El acercamiento de CS al PSOE es inquietante”

La Presidenta de la Comunidad de Madrid asegura que no subirá ningún impuesto que dependa de ella y que si puede, los bajará

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.Cristina BejaranoLa Razón

Tal y como evoluciona la situación sanitaria, ¿se puede descartar que España tenga que volver al estado de alarma?

–Yo defendí el estado de alarma al principio de la pandemia porque fue necesario para atender en los primeros momentos una crisis sanitaria sin precedente. Pero en las últimas semanas se convirtió en un parche del Gobierno de Sánchez para ganar tiempo hasta el verano y para tener silenciado al Parlamento. Resultó innecesario y un abuso de poder. Y si hicieran falta nuevas políticas de confinamiento, porque vayan a más los rebrotes, hay otros mecanismos de actuación en municipios y comunidades sin llegar al colapso general. Ahora hay que actuar sobre todo en el ámbito preventivo, por ejemplo, en reforzar los planes de atención a los colectivos vulnerables.

–¿Qué medidas deben incluir esos planes?

–El Gobierno de Madrid está trabajando para que abarquen la flexibilización de horarios comerciales y para que faciliten la movilidad en el transporte. Además, también debe reforzarse la atención en hospitales y centros de salud para estos colectivos y para los pacientes ex Covid, que cargan con las secuelas que deja el virus. Hay que ofrecerles la atención sanitaria necesaria para que estas secuelas duren lo menos posible. Yo las estoy teniendo ahora, como tantos otros afectados.

–Si no es indiscreción, ¿qué secuelas tiene?

–Las pruebas confirman que tengo anemia, me ha salido colesterol, que nunca había tenido, y la tensión la tengo bajísima, pero la tensión arterial muy alta. Muchas descompensaciones, y unas diez veces al día tengo ataques de tos. Para esto hay soluciones fáciles, y la Sanidad tiene que estar sobre estos casos para que no carguen con las secuelas.

–¿Madrid es la comunidad más beneficiadas en el reparto de fondos para la reconstrucción, como dice el Gobierno?

–Por densidad de población e impacto de la enfermedad no es exactamente así, pero estamos satisfechos y no hemos puesto ningún reparo porque creemos que la financiación recibida nos ayudará a paliar los desembolsos sobrevenidos.

–¿Qué importancia concede a los rebrotes que se están produciendo?

–De momento entran dentro de la normalidad porque se están produciendo en todos los países. Ahora sabemos más del virus que en febrero y marzo y la clave está en que mantengamos la distancia de seguridad, sigamos cuidando la higiene y utilizando los geles, y reforcemos la protección a los colectivos más vulnerables.

–¿Están funcionando las medidas de seguridad en Barajas?

–He visto varias noticias que apuntan que el Gobierno está ahora dispuesto a rectificar y a reforzar las medidas. Me parece imprescindible, así como que las dos Administraciones hablemos con total libertad para que podamos trabajar juntas contras el virus. Yo no tengo competencias en aduanas ni en la frontera ni en política migratoria, no puedo decir quién entra y quién no, pero sí puedo reforzar otras partes del sistema. Por ejemplo, puede ser muy útil el nuevo hospital de Valdebebas, del que ya han empezado las obras, y que hará que Madrid sea, si no la única, sí una de las pocas capitales europeas con un aeropuerto y un hospital juntos. Igual que pensamos en global para la economía, ahora también hay que hacerlo para la salud ante estas amenazas mundiales.

–Parece más confiada ahora en la viabilidad del acuerdo con el Gobierno que en los momentos duros de la pandemia. ¿O es una interpretación equivocada?

–Depende de para qué. Ante esta situación de alarma nacional urgen actuaciones por el bien general que se tienen que impulsar de manera conjunta y siempre voy a trabajar por ese entendimiento básico.

–Pero hasta ahora se han visto muy pocos avances en «ese entendimiento básico».

–Es que realmente estamos hablando de dos modelos completamente diferentes. Yo no me identifico en nada con el modelo del PSOE y del Gobierno de coalición. Ellos están en no defender la Constitución ni la Transición ni la Corona ni todo lo que nos une en condiciones de igualdad a los españoles. No protegen la calidad de la enseñanza, practican la mano ancha con los secesionistas, que pronto empezarán a volver a casa, y persiguen a todo el que no se somete a su criterio, y ahí están los ataques a medios de comunicación y a periodistas que no comulgan con su doctrina. En Televisión Española cada vez hay más denuncias. Tampoco comparto sus ataques a la propiedad privada a través de sus injerencias en los precios del alquiler, o la política fiscal contra los empresarios ni sobre donaciones y sucesiones. Somos dos modelos distintos y en esta situación de crisis sanitaria y económica el modelo del PP sigue protegiendo mejor el interés de los españoles.

–¿Usted puede asumir el compromiso de que en esta situación económica tan crítica no subirá ningún impuesto?

–Los impuestos que dependan de mí, no. Y en la medida de lo posible los bajaré. De hecho, en las próximas iniciativas que llevemos a la Asamblea defenderé de nuevo esta posición, a ver si Ciudadanos nos apoyan, algo que no sucedió la última vez. Creo que unos impuestos bajos permiten más creación de empleo, y defiendo que haya más personas trabajando y pagando menos impuestos porque es la mejor manera de aumentar la recaudación. Subir impuestos sólo expulsa la iniciativa, que buscará otros países y otras comunidades autónomas donde haya menos presión. Y si se va la persona que emplea, con ella se va el empleo.

–Pero la pandemia ha hecho estallar todo por los aires. El programa de coalición y, posiblemente, también el programa de la oposición. Caída de la recaudación, de la actividad, ¿no es más creíble en esta situación defender que se mantengan los impuestos que prometer que se bajen?

–En la medida de lo posible, los bajaremos. Aquellas personas que son valientes y apuestan en estas difíciles circunstancias por intentar seguir creando empleo, y por seguir construyendo España desde su esfuerzo, no necesitan más carga fiscal, sino más alivio burocrático. En vez de hablar de nuevos impuestos hay que hablar de eliminar trámites que entorpecen la iniciativa y no son necesarios. Si promueves un sistema en el que es mejor no trabajar que trabajar o no estudiar que estudiar estás matando la iniciativa. Y la iniciativa es lo que mueve el mundo. Además de la estabilidad, la innovación y el progreso. Por eso Madrid fue la primera en salir de la crisis en la anterior recesión, y volverá a serlo esta vez.

–¿A usted no le están pidiendo los empresarios y agentes sociales que intente favorecer los consensos con el PSOE para ayudar a hacer frente a la crisis?

–A mí me piden que no se suban los impuestos. Y me dicen que no se recuperen impuestos como el de Sucesiones y Donaciones porque «nos vamos».

–Todas estas diferencias de modelo que ha descrito, ¿son razón suficiente para que el PP no apoye los próximos Presupuestos Generales del Estado pese a la pandemia?

–Pedro Sánchez cree que España tiene que trabajar para él, cuando debería ser al revés. Ciudadanos tiene que darles más estados de alarma. El entorno político de ETA tiene que darle la derogación de la reforma laboral, ERC tiene que darles unas cosas, y el PP, regalarle otras. Todo el mundo ha de trabajar para que Sánchez siga tranquilo en La Moncloa, y debería ser lo contrario. Los empresarios y los sectores que mueven la economía sostienen que no se pueden subir los impuestos, y que no se puede atacar la vivienda ni la propiedad privada. Hay que ayudar a los que mueven el empleo porque es la mejor manera de conseguir unos buenos servicios públicos: el dinero viene de ahí, y sólo de ahí. Que PSOE y PP busquen en estos momentos puntos de entendimiento es necesario, pero aquí hay dos modelos, hay una alternativa y una oposición que tiene que seguir cumpliendo con su obligación. Tiene que haber pluralidad y no todos podemos ser lo mismo porque entonces todos seríamos Gobierno, y la responsabilidad de fiscalización también se tiene que cumplir.

–¿Pero por qué entonces en la Asamblea critican que la oposición quiera fiscalizar la gestión de las residencias, por ejemplo?

–No buscan fiscalizar nada, sólo buscan utilizar a los muertos para hacer política.

–¿Usted no preferiría que en una situación tan difícil como ésta, su oposición arrimase el hombro, se olvidase de hacer de alternativa en clave electoral, y le ayudase a gestionar las consecuencias económicas de la crisis sanitaria?

–Los que están en Moncloa hablando de pactar son los mismos que en la Asamblea de Madrid han creado una comisión de investigación donde quieren retorcer el dolor de las familias en las residencias de ancianos como arma política. Son los que están organizando, a través de municipios gobernados por alcaldes de su partido, la campaña para llevarnos a los tribunales, y los que no dejan de poner palos en las ruedas. Piden sumisión en la política nacional, pero luego arremeten por tierra, mar y aire contra la Comunidad de Madrid porque es su gran objetivo político. Sánchez no tiene más proyecto político que el de perpetuarse en el poder, como sea, y pactando con quien sea lo que sea, y para conseguirlo necesita controlar organismos públicos como el CIS, el CNI o RTVE, pero también necesita poder territorial y tomar el control del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Por eso todo vale para hacer política, hasta el dolor de las familias de las personas fallecidas en las residencias.

–Y con este análisis que hace de las supuestas intenciones del Gobierno de Sánchez, ¿qué le parece la nueva estrategia de Ciudadanos de buscar acuerdos con el PSOE?

–Inquietante. No sabes qué puedes esperar de ellos. Yo respeto su posición, pero creo que genera incertidumbre y desconcierto. Son mis socios y si tuviera que volver a pactar con ellos, lo haría, porque han dado estabilidad a nuestro Gobierno. Pero esta estrategia de pactar con la izquierda en la Asamblea, en muchos municipios y a nivel nacional genera mucha incertidumbre.

–Para ellos es la manera de diferenciarse del PP y marcar terreno propio.

–Pero en la ciudadanía genera incertidumbre, como le digo. Creo que deberíamos primar más lo que nos une, y sin duda que con el PP pueden construir un proyecto más amplio, liberal y de progreso que con la izquierda porque nuestras políticas de base son más parecidas y se sostienen en unos valores de defensa de la persona y de la libertad que el PSOE dejó de defender hace mucho tiempo.

–Rajoy decía que «no eran de fiar». ¿Piensa lo mismo, aunque comparta gobierno de ellos, o quizás por eso?

–Son imprevisibles. Y hay que tener en cuenta que a nivel internacional la política no se mide tanto en función de derecha o izquierda, sino por una línea en la que unos defendemos la vida, la libertad, la prosperidad, la igualdad de oportunidades, no de resultados, la propiedad privada, los derechos básicos, la Constitución, las reformas, la estabilidad y el progreso entendido como creación de empleo, de dinamismo, de vanguardia. Y al otro lado de la línea, tanto a nivel internacional como en España, hay proyectos políticos que quieren la desunión, la ruptura, la revolución, la pobreza, igualar en resultados a todo el mundo para generar dependencia del Estado, tutelajes y, sobre todo, generar cizaña entre las personas con debates estériles. En estos momentos los ciudadanos necesitan empleo, seguridad, certeza, volver a recuperar las riendas de sus vidas, y esos proyectos acaban siendo totalitarios y tiranos donde se aplican, en España y en cualquier otra parte del mundo. Por cierto, entre ellos están muy bien organizados, son siempre los mismos. Son los que pactan con terroristas y con proyectos revolucionarios que siempre llevan una tiranía oculta. Ellos están en un lado, y los demás, en otro. En ese eje, PP y Ciudadanos tienen mucho más que ver.

–¿El PSOE está en el otro lado del «eje», en el proyecto «totalitario y tirano», o se refiere a Podemos?

–Desde luego el PSOE no se rebela contra ello, y eso le hace cómplice. Yo no le he visto rebelarse contra los ataques a la Monarquía, símbolo de unidad de todos los españoles. La Monarquía está siendo deliberadamente atacada desde hace mucho tiempo y el PSOE se calla. Y estamos viendo cómo se arremete contra jueces y fiscales, cómo se ataca a medios de comunicación, y cómo se denigra el nombre de políticos, empresarios, periodistas y de todos aquellos que no van por el mismo camino que quiere imponer la línea oficial. El PSOE calla, por lo que Sánchez y su partido son cómplices de ese proyecto que lleva a la tiranía. Este PSOE no tiene nada que ver con el de los años 80 y 90, cuando PP y PSOE podían tener proyectos muy diferentes, pero los dos querían lo mejor para España. Ahora, el proyecto de una España unida sólo lo defiende el PP porque el PSOE de Sánchez está en la misma hoja de ruta que emprendió Zapatero, y que consistía en dividirnos entre hombres y mujeres, desunirnos por la identidad sexual, por el nivel socioeconómico y por el territorio. Zapatero empezó con esto, y Sánchez ha cogido el testigo. Evidentemente, los que en Moncloa tienen apellido comunista son mucho peores, pero Sánchez es cómplice y lo sabe.

–¿Qué reflexión le producen las manifestaciones de sanitarios ante la Puerta de Sol pidiendo mejoras en sus condiciones laborales?

–Todos los sectores tienen derecho a luchar por sus mejoras laborales, y yo estoy obligada a escuchar y a intentar llegar a acuerdos. Pero la inmensa mayoría de estos movimientos están politizados, tienen detrás el poder sindical que la izquierda controla en el mundo sanitario, educativo o geriátrico. En los peores momentos de la pandemia aparecieron supuestos médicos, que eran los de Podemos y los de la izquierda en campaña política contra el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Los fallecidos eran culpa de Madrid, y los pacientes que se recuperaban era gracias a Sánchez. Con esto ya está todo dicho. Nunca les he visto referirse al hecho de que la Comunidad de Madrid, con su Presupuesto, consiguió traer aviones cargados con más de 1.500 toneladas de material sanitario para protegerles, cosa que el Gobierno de España no hizo en estos meses.

–¿Los sanitarios están bien pagados, sus condiciones son buenas?

–Las campañas que le he descrito me parecen injustas. Pero esto no quiere decir que no seamos conscientes de que en una situación de tal incertidumbre hay que hacer esfuerzos para aumentar plantillas.

–¿Pero los sanitarios trabajan en condiciones precarias?

–La salud va a ser cada vez más importante, es una inversión a futuro y tenemos que reforzar nuestro modelo porque nadie nos dice que esto no va a volver a ocurrir. Hay que apostar más que nunca por la salud.

–La izquierda culpa a los recortes sanitarios del PP del colapso en los hospitales. ¿La política de inversión a futuro en salud implica que no habrá más recortes de gasto público?

–La crisis sanitaria no habría sido tan grande si el Gobierno de España hubiera reaccionado antes. Esto no es un problema de esa falsa campaña de la izquierda sobre los «recortes», sino de la imprevisión del Gobierno de Sánchez. La Comunidad de Madrid ha sido la más golpeada, pero también ha sido la que hizo despertar a España porque fuimos los primeros en reaccionar. Medicalizamos hoteles, construimos IFEMA, fuimos los primeros en tomar medidas en los colegios, y hemos estado siempre a la altura de una crisis como ésta. Pero, mediáticamente, todo lo malo parecía que sólo sucedía en Madrid cuando en España hemos vivido una auténtica guerra. El buen funcionamiento de los servicios madrileños se reconocerá con el paso del tiempo porque ahí están las cifras de recuperados y atendidos, y al mismo tiempo siguieron haciéndose operaciones urgentes y de gran envergadura. La Sanidad madrileña ha demostrado que además ser de una de las mejores del mundo, es muy humana.

–¿Le preocupan las denuncias sobre la gestión de las residencias?

–Me preocupa trasladar a las familias tanto dolor.

–Para muchas de ellas puede ser un consuelo que se fiscalice lo que ha pasado y que se asuman responsabilidades.

–Aquí no se busca aclarar nada. Sólo hay unos partidos instalados en el politiqueo y que están trasladando un mensaje que no es cierto.

–¿No faltaron medios en las residencias, atención médica y test?

–Hay que tener en cuenta que, aunque hubiéramos tenido un médico por habitación, en muchos casos no habría servido para nada. Ante el coronavirus lo más eficaz es la anticipación, como hicieron en otros países que cerraron antes las fronteras. Si España hubiera actuado en febrero o en marzo la tragedia no habría llegado a ser tan grande. Se está trasladando el falso mensaje de que se ha abandonado a la gente y de que se hubiera podido evitar su muerte, y es muy difícil que una persona con muchas patologías, gravemente enferma y muy mayor, pueda curarse cuando el virus entra en su cuerpo. Me importa que se siga removiendo este dolor con intereses políticos.

–¿Está diciendo que todas las personas mayores que han fallecido en las residencias no lo han hecho por la falta de medios y de atención médica? ¿Que no se hubieran salvado en un hospital?

–Cuando ha habido tantos fallecimientos en hospitales, esto te demuestra que había situaciones en las que era imposible evitar un desenlace fatal. Es un virus muy agresivo y la carga viral en febrero y marzo era altísima. Ahora sigue entre nosotros, pero en aquellos meses la carga viral era tan potente que las personas se les morían a los médicos en las manos. Si me dijeran que sólo han fallecido personas en las residencias, y en los hospitales, no, podríamos pensar que era una cuestión de medios sanitarios. Pero el problema es que éste es virus fortísimo y muy agresivo con las personas mayores, y más si tienen patologías, que es como normalmente se está en una residencia. Las estadísticas de fallecidos en todo el mundo confirman que más de un 60 por ciento tenían más de 80 años.

–¿No ha fallado el modelo actual de las residencias?

–Ha venido una crisis sanitaria nacional sin precedente, y hay que tomar nota de ella y ver en qué se puede mejorar porque en el futuro nos podemos enfrentar a otra situación parecida. Antes tantas muertes no nos podemos quedar de brazos cruzados y vamos a reforzar el modelo. Jamás podré olvidar esto y mi obligación es estudiar qué se puede mejorar y hacerlo. Pero por las estadísticas, y el conocimiento que ya tenemos del virus, sabemos que es muy difícil hacerle frente cuando ha infectado a una persona mayor y con patologías previas. No hay vacuna ni medicina, y hoy sólo tenemos la distancia para evitar que se propague de cuerpo a cuerpo.

–Entiendo que considera que la gestión autonómica no tiene recorrido penal. ¿Tampoco entonces la del mando único?

–Lo desconozco. Imagino que tendrá más complicaciones porque en el momento que asumes el mando, asumes también la máxima responsabilidad en la gestión. Ahora bien, yo no echo los muertos encima de nadie a diferencia de la izquierda. Y la campaña de algunos contra Madrid me parece cruel, canalla e insensata porque el mensaje que traslada a las personas que han perdido un familiar es mezquino. No les puedes decir que la muerte de su familiar no nos importó porque detrás había un sanitario, un geriatra o un bombero, que han puesto su vida por detrás de la persona a la que atendían y que han estado trabajando sin medios y sin recursos, sobre todo al principio de la pandemia. En las tres semanas más duras la situación fue de guerra.

–¿Qué valoración hace de la situación política del vicepresidente del Gobierno?

–Es gravísimo que detrás de lo que parece que fueron relaciones personales y de poder haya habido maniobras directas por parte del vicepresidente para controlar la Fiscalía y los jueces. Esto es la punta de un gran iceberg sobre el que cada vez se irán descubriendo más cosas.

–¿Un suplicatorio debería obligarle a abandonar el Gobierno de coalición?

–No lo hará jamás. Jamás abandonará el poder porque no se ha visto en otra igual. Sólo lo hará cuando no le quede más remedio por el resultado de unas elecciones. Además, él lleva años preparándose para esto, estudiando las maneras, las palabras, y aprendiendo de los mejores referentes tiranos, que entraron de manera democrática en el poder para luego utilizar todos los subterfugios del mismo para instalarse eternamente ahí. Tanto él como los que le rodean no abandonarán jamás el poder si no es por un cambio en las urnas o por una situación sobrevenida, pero nunca lo harán por voluntad propia.

–¿Se ve agotando la legislatura con Ciudadanos?

–Encabezo la lista más votada y estamos haciendo un buen trabajo por Madrid, en el que poco a poco empiezan a verse datos positivos en empleo. Si nos atenemos a lo importante, lo sensato sería acabar la Legislatura.

–Dicen en el equipo de su vicepresidente, Ignacio Aguado, que la culpa de los encontronazos es de su director de gabinete y de su «radicalización».

–Esto de la radicalización es un eslogan de la izquierda que tiene el recorrido que tiene. Siempre he sido una persona reformista, liberal, muy vehemente en defender lo que creo porque voy de frente y no me gusta el politiqueo. En todos los Gobiernos hay cuestiones internas, sean del mismo color o de coalición, eso pasa en todas las familias, pero los ciudadanos quieren que nos dediquemos a gestionar de manera eficiente. Todo lo demás no les interesa.