Elecciones autonómicas

El nuevo BNG pelea por los votos de PSOE y Podemos

Aspiran a ser segunda fuerza. Con un mensaje más social y menos identitario, aspira a dejar atrás el peso de las Mareas

La candidata del BNG a la Presidencia de la Xunta, Ana Pontón, al comienzo del acto electoral que celebró el BNG en la plaza de A Quintana,
La candidata del BNG a la Presidencia de la Xunta, Ana Pontón, al comienzo del acto electoral que celebró el BNG en la plaza de A Quintana,Lavandeira jrAgencia EFE

Aunque la única encuesta válida en un proceso electoral es el voto que deposita el censo el día de las elecciones, a día de hoy, todos los sondeos pronostican dos tendencias:el PP gallego de Alberto Núñez Feijóo ganará las elecciones y el BNG, con Ana Pontón a la cabeza, cosechará una enérgica subida. Los nacionalista gallegos están llamados a dar la sorpresa en los comicios autonómicos al superar a las Mareas –que bajarán de la segunda posición a la cuarta– e, incluso, disputarle la segunda plaza a los socialistas de Gonzalo Caballero.

No es una cuestión baladí. Los buenos datos que podría cosechar la formación gallega supondrían la resurrección de una formación que en el siglo XXI protagonizó un enorme declive pese a ser unos de los partidos más relevantes del sistema gallego desde su formación en 1982. En línea ascendente desde 1985, el partido alcanzó su cima electoral en 1997 cuando logró 18 escaños que le situaron por delante del entonces líder del PSOE Abel Caballero, el actual alcalde de Vigo y tío de Gonzalo Caballero. Volvería a ser la segunda fuerza en 2001 con 17 escaños solo superada por el PP. Pero, a partir de ahí, la formación entró en una lenta pero despiadada caída libre. Sus resultados en prácticamente todos los comicios han sido peor que en los anteriores.

Durante los años dorados del nacionalismo gallego, el hombre que llevó la batuta fue Manuel Beiras, el mismo que protagonizó la escisión del partido de la mano de la actual ministra de trabajo, Yolanda Díaz. Beiras dio paso a Anxo Quintana, que a pesar de empeorar los resultados, consiguió llegar a vicepresidente de la Xunta gracias al bipartito con el PSOE.

Los felices años 20 del nuevo milenio no se parecen a los 90 y menos aún con una pandemia protagonizando la recta final de la campaña. Sin embargo, el BNG trata de recuperar los viejos tiempos, aquellos en que eran la fuerza de resistencia al PP de Manuel Fraga y las siglas que atraían a los jóvenes progresistas. El próximo domingo, los gallegos vuelven a las urnas y el BNG confía en dar la sorpresa.

Según la encuesta de NC Report para LA RAZÓN, el bloque gallego rentabiliza bien su escaño en el Congreso de los Diputados, representado por el nacionalista Néstor Rego, que hasta ahora ha sido clave en la minoría parlamentaria del Gobierno de coalición, al igual que el resto de partidos minoritarios con representación en la Cámara Baja. EL BNG suma entre seis y ocho escaños respecto a 2016, y pasa de seis a entre 12 y 14 asientos. Según el sondeo, recogería 1.000 votos de los morados y hasta 4.000 de los socialistas.

En la nueva dirección del partido está desde 2016 Ana Pontón, el nuevo e ilusionador rostro del nacionalismo gallego que trata de convencer a los jóvenes. Es precisamente en ese nicho de edad donde la única mujer candidata a presidir la Xunta de Galicia encuentra su mayor apoyo electoral. Según la mencionada encuesta, el nicho de edad comprendido entre 18 y 29 años es el único tramo en el que el PP no es la opción más votada. Javier Taibo, estudiante de ingeniería de diseño industrial, es uno de esos nuevos votantes que se sienten atraídos por el nuevo nacionalismo gallego. Según cuenta A LA RAZÓN cambiará su voto respecto a las elecciones nacionales. «Yo voté al PSOE en la generales y no estoy contento con la gestión el gobierno de coalición y creo que la mejor alternativa es el Bloque», explica. Para este joven de 20 años, el reto del nuevo presidente o presidenta de la Xunta pasa por «dar seguridad social y sanitaria a la población y mirar por Galicia».

Con el lema «O cambio galego» (El cambio gallego), y con apelación directa a hacerlo posible a través de la fase «We can do it!» (Lo podemos hacer), haciendo un guiño al ex presidente Obama, Pontón recorre Galicia apelando a la movilización del electorado y priorizando en el eje social frente al identitario. El objetivo: comer el espacio a Unidas Podemos y a los desencantados del PSOE.